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*CARRENECUBA*

*CARRENECUBA*

Mi nombre es Carlos René Cabadilla Díaz. Escritor, Articulista y, Ensayista (Historia y Política). Cubano de nacimiento. Mi preferencia es la Narrativa. La prosa poética y, el humorismo acompañan mis textos.


*LIBRO V-CARRENÉ-LA OTRA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS*

Publicado por Carlos René Cabadilla Díaz. activado 9 Agosto 2023, 11:54am

 

                                                   RELATO.

 

“MISTER CHURRY”. DEL BASURERO AL CORAZÓN DE LOS CABAGUEIROS.

 

Por Carlos René Cabadilla Díaz.

Primera edición: 26-12-2015.

Segunda y última edición: 15-05-2024.

 

El nombre de “Míster Churry” no fue casual, la familia de Los Cabagueiros vivían uno de los tiempos más felices de su vida, y aunque convivían con su perrito “Machy” había pasado por sus vidas, “King” El Rey del batey, “Chan Chan” un sinsonte espectacular, “Pánfilo” un gallo “que pa que te cuento” y una Jicotea llamada “Longa”, ahora, decía la señora Alina Cabagueiros, les tocaba descansar y dedicarse por completo a la educación de “Machy” que aunque muy afectivo tenía desarreglos con algunas cosas.

   Sin embargo algo habría de ocurrir que cambiaría el ritmo de esta familia muy pronto y era que la naturaleza de la señorita Charito era de un sentido muy noble y sus sentimientos no le permitían el abandono de los seres vivos.

   Me cuenta la propia señorita Charito que una noche lluviosa del mes de octubre del 2014, ella había salido de casa de una amiga de regreso a su casa bajo el manto de una sombrilla que la protegía de una pertinaz llovizna, y al acercarse a la entrada de su casa vio abandonado en un depósito de basura un gatico recién nacido que por primera necesidad tenía la de alimentarse de los senos de su gata madre, era de color amarillo mostaza con una corbata blanca que comenzaba debajo de su cabeza y se extendía hasta cerca de las patas traseras, estaba tan sucio, tiznado y mojado que no se podía determinar bien su color, tan flaco que era un horror, con aquellos pelos parados, maullando sin parar, de inmediato se detuvo y lo observo y vio como este trataba de caminar hacia ella entre la basura pero se tambaleaba y se caía; rápidamente decidió darle un auxilio, sacarlo de ahí y llevarlo con ella, así lo hizo.

   Cuando llego con aquel animalillo, busco un trapito y lo comenzó a secar, la señora Alina Cabagueiros se le acercó y le pregunto: ¿Qué es eso? A lo que ella le contesto: “un gatico abandonado mama, ¿no lo ves?”, pero la señora Alina le dijo: “bueno yo estaría de acuerdo en darle un auxilio, porque indudablemente que los que lo tiraron en la basura y ocasionaron que la lluvia le cayese encima u otra peor cosa le pudiese pasar carecen de buenos sentimientos, pero nosotros no estamos en condiciones de criar un gato porque tú no te vas a ocupar de eso y me vas a dejar a mi enredada con el dichoso gatico, además ahí está “Machy” que no para de ladrar, tu sabes que los perros no se llevan bien con los gatos”.

   La señorita Charito le respondió a su mama: “está bien yo lo voy a salvar y después lo voy a regalar, solo necesito unos días para ello”, de inmediato busco’ una cesta vieja de Guaniquiqui, le puso unos trapos y después de secado lo deposito allí cerca de la ventilación de la máquina de un frízer de manera que recibiera calor, pero aquel animalillo no hacía más que maullar desenfrenadamente; poco rato después llego el señor Carlos Cabagueiros y cuando vio aquel panorama no necesito preguntar, solo le dijo a su hija que cuando “Machy” le partiera para arriba lo iba a descuartizar, pero hablando el señor Cabagueiros aquel gatico entonaba más sus quejidos maullando muy alto, este le hubo de decir a su esposa que le dieran leche que eso es lo que él quería, pero no sabían cómo dársela.

   La señora le indico a Charito que le echara un poquito en una vasija pequeña y se la acercara a la boca, ella lo hizo como se lo habían indicado, pero aquel gatico que no llegaba a 20 días de nacido solo había mamado de su madre gata y no sabía cómo tomar la leche en aquella vasija, entonces a la señora Alina se le ocurrió dársela con una jeringuilla desechable, buscaron una, succionaron la leche y se la pusieron cerca de la boquita dejándole caer algunas gotas, cuando este gatico que aún no tenía nombre saboreo con la lengua rápidamente se le tiro a la jeringuilla y comenzó a chupar de la misma a lo que Charito bajándole el embolo despacio le dejaba caer la leche en su boquita, se tomó una, dos y tres jeringas de leche y se echó en sus trapitos, esto basto para que dejara de maullar.

   No habían pasado 15 minutos aquel animalillo estaba maullando fuerte de nuevo, y de nuevo hubo que darle la jeringuilla de leche, estaba muy avanzada la noche y la señorita Charito no podía acostarse por los quejidos del gatico, hasta que se tranquilizó.

   Al día siguiente “Cuca Bicicleta” de visita en la casa de los Cabagueiros, allí vio todo como para que nadie le contara, a partir de ese momento ella podía contar lo que ocurriría con aquel cachorrito de felino, le dio algunas ideas a la señora Alina para que no pasase tanto trabajo con el gatico, así fueron pasando los días y aquel gatico muy cómico chupaba de la jeringuilla como si fuese la teta de la madre gata, uno, dos, tres, cinco diez días, y hasta el señor Carlos tuvo que darle leche en jeringuilla a aquel pedacito de animal.

   Cuenta “Cuca Bicicleta” que ya aquella cesta que le habían puesto solo la utilizaba para dormir por ratos, que andaba toda la casa y que a “Machy” lo habían encadenado en el extremo contrario de la casa para que no lo agrediera, pero aquel gatico no tenía sentido del peligro y cuando lograba salirse de la cesta caminaba toda la casa aun con la dificultad de un parvulito casi cayéndose, por lo que por momentos se acercaba al perrito “Machy” quien de inmediato se erguía y se disparaba a ladrar desaforadamente lo que bastaba para que las personas de la familia que se encontrasen presentes se le acercasen y lo cargasen para depositarle en la cesta de nuevo; Los Cabagueiros estaban como locos detrás de los movimientos del gatico, ya que trataban de evitar un fatal enfrentamiento entre los dos animalitos.

   Así en ese desasosiego pasaron los dos primeros meses y ninguno se acordaba de la promesa de la señorita Charito de “salvarlo y regalarlo después”, el asunto radicaba en que en el ADN de esta familia estaba intrínseco la piedad por estos animalitos y también una encubierta afinidad en su corazón por los mismos, ni uno solo de esta honorable familia hablo más del tema de regalar el gatico.

   Comenzaría por así decirlo un proceso duro y difícil para los mismos de manera que ya se había salvado al gatico y se quedaría a vivir en la casa junto pero no revuelto con “Machy”; sin embargo si se quedaba a vivir allí habría de tener nombre para pasar a conformarse una personalidad o una animalidad como sea más correcto llamarle a esta cuestión y exactamente el 24 de diciembre del 2014 la familia que preparaba la fiesta de noche buena, en horas de la tarde se pusieron a jugar con el gatico y a proponer los nombres que pudiesen ponérsele pero a decir verdad el señor Carlos Cabagueiros tenía en mente un nombre para este gracioso gatico y un nombre que respondía a su aparición en la casa, él lo pronuncio pero hubo discusiones, al final fue aprobado, todos consintieron ponerle este nombre propuesto por el señor Cabagueiros, ¿Qué nombre? Nada más y nada menos que “Míster Churry”, quien se lo iba a imaginar, pero le digo que hasta el gatico se reía de su nombre, jugaba, corría y mordía suavecito los dedos de la señorita Charito, era increíble apreciar la alegría de este animalillo, según cuenta Charito, parecía como que se daba cuenta que le habían puesto un nombre y por otra parte existía otra contentura mayor y era que se sabía miembro definitivo de esta familia.

   A partir de ese momento todos le llamarían “Míster Churry”, y cuando digo todos, digo también “Cuca Bicicleta”, “Masca Lengua”, “El Ñoco”, “Pepe el Brujo”, “Cuca Caballito”, “Moscovito”, “Neyo Santanica”, “Isabel la Revolca”, y por supuesto la familia de los Cabagueiros en pleno, porque este nuevo inquilino andaría por todas las casas de estos vecinos.

   De ahora en lo adelante comenzaría una vida tranquila para “Míster Churry”, de ahora en lo adelante la familia tendría la gran tarea no solo de alimentarle y velar por su seguridad y estabilidad, sino que tendrían que educarle como todo un gato que poco a poco adquiriría un nivel adecuado de preparación para comportarse como es debido, pero esto llevaría su tiempo y quedaba algo que para todos era un imposible, asegurar la convivencia con “Machy”.

   Para que se tenga una idea, todavía había que estarle dando las jeringuillas de leche al mismo y aunque ya comía algunos poquitos de carnes y de arroz, lo fundamental era la leche.

   Sin embargo el tiempo fue pasando, “Machy” por un extremo de la casa y “Míster Churry” por el otro, algunas veces el nuevo inquilino salía de su territorio y trataba de entrar en el de su potencial contrincante, pero los ladridos avisaban y rápidamente se actuaba para evitar males mayores.

   Un día la señorita Charito nos contaba que ella sin el permiso de los demás cargo al gatico y se lo fue acercando a “Machy” de manera que se fuesen acostumbrando a convivir pero era difícil, “Machy” se salía de sus casillas y el gatico se atemorizaba y trataba de saltar de los brazos de ella.

   Cuenta el señor Carlos que sobre los tres meses y medio habían tenido que trasladar a “Machy” cerca del extremo donde se encontraba “Míster Churry” y que este último se le acerco demasiado y cuando “Machy” comenzó a ladrar ya lo tenía muy cerca, le ladraba como si se lo fuese a comer, era tétrica la escena, sin embargo esta vez “Míster Churry” se había engrifado y le hacía frente como dispuesto a vender cara su vida, la señora Alina salió en su defensa pero Carlos le dijo que lo dejara, que enfrentándose uno frente al otro era la única forma de lograr su entendimiento, y así fue.

   Me decía Carlos que “Machy” lo trataba de morder y “Míster Churry” le amenazaba con una de sus paticas ahí de frente a frente, un duelo como de dos caballeros, tenso, palpitante, desenfrenados ambos, el gatico decidido le tiro con las paticas primero una y después la otra con las uñas fuera que casi le daña un ojito a “Machy”, este le lanzo una mordida que casi le agarra el cuello, el gatico se movía rápido y le daba la vuelta más se echaba y lentamente lo miraba hasta cogerlo desprevenido y lanzársele por un costado, “Machy” se sacudía y lo pateaba a lo que “Míster Churry” se le salía de su alcance, llego un momento en que los dos comenzaron a respetarse ahí cerca uno del otro, se miraban con el rabillo del ojo, era evidente que se odiaban pero habían medido fuerzas y se estaban respetando, se había acabado el combate. A la señora Alina le había dado un descenso y la señorita Charito le echaba fresco, era realmente “prohibida para menores de edad” porque había sido como una de las películas clásicas del cine Estadounidense cuando la violencia era en exceso. El señor Carlos no dejo que interviniesen ni que hablaran, él estaba seguro de lo que buscaba y de lo que conseguiría y así fue.

   Cuando aquel duelo hubo de terminar por completo el señor Carlos ordeno a Charito que soltara a “Machy” que se encontraba amarrado y este al ser soltado salió a la terraza a coger fresco y parece que a aconsejarse; “Míster Churry” por otra parte suspiro y salto para su cesta a reflexionar y tomarse un descanso, se había terminado el miedo del encuentro, y con él, aunque la señora Alina no lo entendía así, se habían liberado de una tremenda preocupación que habría de existir si en algún momento tenían que salir todos de la casa, porque entonces un encontronazo así pudiese haberse dado con resultados desastrosos sin su presencia; recuerdo que Carlos me decía que el estaba presente en el duelo para intervenir si algo desagradable fuese a ocurrir.

   A partir de entonces la vida de “Machy” y “Míster Churry” fue llevadera, ellos “se masticaban pero no se tragaban”, sin embargo convivían civilizadamente.

   Todos los que hemos tenido que ver de una manera u otra con la vida de estas mascotas por estar relativamente cerca de Los Cabagueiros conocemos que “Míster Churry” fue creciendo y convirtiéndose en un gato esbelto y muy bien parecido pero que a pesar de la esmerada labor de todos ellos para con él, este adolecía de algunas reglas elementales del comportamiento  poco a poco aunque “Machy” y el conversaban fueron creando roce en sus relaciones.

   Se fueron sucediendo problemas entre ellos de todo tipo incluyendo los políticos porque “Machy” era un perrito muy revolucionario, muy dado a sentir por la revolución por los perros callejeros, por los desamparados, por los perros hambrientos que comían una o dos veces a la semana la sobra que encontraban en la basura y había crecido en el seno de una familia revolucionaria que no quería decir totalitarista, él sabía que la revolución que el defendía había sido un proyecto social de magnitudes inimaginables aunque después hubiese comenzado a declinar.

   “Míster Churry” en cambio a pesar de haber sido recogido en un depósito de basura, no compartía totalmente estas ideas de “Machy”, el entendía que los gobiernos estaban para darle bienestar y libertad a las personas y que en Cuba no se le daba el bienestar requerido a las personas, no se tenía en cuenta lo que las personas querían y no había libertad de expresión. Además, el adolecía de algunas reglas de educación, se estaba orinando dentro de la casa, se defecaba también dentro de la casa a tal punto que en una ocasión lo había hecho muy cerca del dormitorio de “Machy”.

   Por otra parte “Míster Churry” en la misma medida en que había ido creciendo salía de la casa y le gustaba cazar por los tejados de las casas cercanas y su curiosidad lo llevaba a meterse dentro de algunas de las casas y comerse lo que encontraba en las mesetas de sus cocinas, chismear lo que conversaban y luego ir donde “Machy” y contarle de sus andanzas cosa que este no veía bien.

    Estos enfrentamientos se fueron enconando debido que “Machy” era un perrito de una animalidad poco tolerante, un defecto que tendrían que ir limándole a decir de la señora Alina; además “Míster Churry” se estaba comportando muy burlón con él y poco respetuoso; cuentan que le gustaba sorprender a “Machy” cuando este estaba descansando y se le tiraba desde encima de una silla para jugar de manos con él y “Machy” tenía un carácter muy distinto porque era un perrito programado y cuando descansaba no le gustaba que lo molestasen.

   Un día el señor Carlos Cabagueiros decidió hacer una reunión con ellos y la familia, de manera que en ella se trataran todos estos problemas, se discutieran hasta los más mínimos detalles, se realizaran compromisos y se limaran estas asperezas entre los dos, así mismo salieran a relucir que no estaban haciendo ellos como familia para con los dos y que estaban haciendo mal y pudiesen tomar decisiones finalmente tendientes a resolver de una vez y por todas estos malditos problemas.

   Ya les conté lo de la reunión, como bien les había dicho pensé que Los Cabagueiros se estaban volviendo locos, pero se dio aquella reunión y ustedes saben ya de ella. A partir de aquella reunión ellos se fueron llevando como familias, me refiero a “Machy” y a “Míster Churry”, fueron comprendiéndose mucho más a tal punto que se cuidaban el uno al otro.

   Me cuenta “Isabel la Revolca” que un día ella estaba tomando café en casa de los Cabagueiros y que ella le tenía mucho miedo a “Machy” porque este ladraba mucho y le parecía que la iba a morder, por lo que la señora Alina había trasladado al perrito para la terraza y lo había encadenado, estaba atardeciendo y un gato muy agresivo de color amarillo intenso se había acercado para comerle la comida a “Míster Churry” engrifándose frente a frente ambos, ella los vio, pero casi sin dar tiempo “Machy” había tratado de alcanzarle ferozmente en auxilio de “Míster Churry”, cosa que no pudo lograr por estar encadenado pero aquel gato intruso salió corriendo.

   Un día esperando turno para comprar en la bodega del batey, me encontré con “Cuca Caballito” y esta me hablaba de una trifulca entre las mascotas de Los Cabagueiros y un perro callejero, dice que el señor Carlos había sacado a “Machy” a hacer sus necesidades por la noche como hacía de costumbre y que siempre que hacia esto “Míster Churry” los seguía, que hubo un momento en que un perro callejero se le había acercado a “Machy” y se habían puesto a ladrarse frente a frente, que “la cosa se había puesto fea”, cuando “Míster Churry” se metió en el mismo medio que ella pensó que aquel perrazo lo iba a descuartizar, pero que el felino se hubo de engrifar y al partirle para arriba el perro salió corriendo, “Míster Churry” detrás y el señor Carlos gritándole hasta que consiguió que el gato se detuviera, Cuca había quedado “Pasmada” al ver esto que les cuento hoy a ustedes, me comentaba que nunca pero nunca en sus 80 años de vida ella había visto semejante cosa, bueno y como pueden ver, es Cuca la que dice ahora, no soy yo.

   Se sabe por boca de “Masca Lengua” que cuando “Machy” ladraba mucho de madrugada él se levantaba a ver que situación había, que muchas veces era porque estaban fajados aquel gato amarillo intenso con “Míster Churry”, el ladraba de la rabia de no poder salir a defenderlo, ya se había establecido una química entre los dos cualquiera de los dos estaba dispuesto a darlo todo el uno por el otro.

   Charita me conto también algo espectacular, que dice que está grabado casualmente en un video que su hermana Beatriz le estaba haciendo en ese momento, un video de “Alta Definición”, que a mí por lo menos no me cabe la menor duda que va a recorrer el mundo y será premiado además de que dejara constancia de la amistad que ya hoy le está profesando “Míster Churry” hacia “Machy”, ha sido increíble lo que me ha contado y para los incrédulos está registrado; resulta ser que ella estaba jugando con “Machy” algo así como toreándolo y que cuando se agacho para hacerle muecas y burlarse de él, “Míster Churry” se le acerco por detrás y le mordió la pantorrilla, claro la mordida fue suave pero de advertencia. ¿Qué no me creen? Fue así sin quitarle ni ponerle algo.

   Pudiésemos estar toda la tarde haciendo anécdotas del cuidado del uno con el otro, de una amistad sellada para siempre entre un perro y un gato.

   “Míster Churry” a pesar de ser un gato selecto para sus comidas, no era melindroso, pero si le gustaba comer bien, ya no quería tomar leche pero comía casi de todo, dicen Los Cabagueiros que comía calabaza hervida y que era fanático a la habichuela hervida, es increíble que un gato cubano coma habichuelas  hervidas, yo he llegado a pensar que como la canción de “Gente de Zona” y Mark Anthony que tiene el estribillo de “La Gozadera y el Arroz con Habichuela” la ponían tanto en los medios, el de tanto oírla había sentido curiosidad por la misma y una tarde le había comido un plato de habichuelas a “Neyo Santanica”, fue desde ese día de la gritería de “Neyo Santanica” que supimos que él comía la habichuela, entonces me cuenta Carlos que a partir de esa situación ellos se la daban en la casa para además de complacerlo evitar que fuese más allí a buscarla porque la verdad es que todos saben de las malas pulgas de esta señora y también saben que es capaz de matarlo por un plato de habichuelas.

   Yo tengo que reconocer que “Míster Churry” es goloso, me comentaba un día la señora Alina que almorzando en la mesa del comedor de la casa la señorita Charito, tenía en varios platos, arroz, pollo en fricasés, ensalada de tomates y pepinos y plátanos hervidos y que el susodicho se hubo de trepar en la mesa y sigilosamente se le fue acercando, ella a la vez que comía estaba viendo un programa de la televisión, pero el señor Carlos Cabagueiros que se percata que el Míster estaba muy cerca, le dice: “estate atenta que te va a llevar el pedazo de pollo, azóralo para que se tire de la mesa”, pero ella muy entretenida con el programa y muy entretenida por entretenida que es, no le presto la debida atención y miro para el tele receptor y cuando volvió la vista al plato de la comida ya el pedazo de pollo no estaba, ni tampoco estaba el Míster, y fue tanto su entretenimiento que ya no sabía bien si se lo había comido ella o el Míster se lo habría llevado; nada que con el Míster hay que andar requete muy rápido en asuntos de comida.

   “Míster Churry” no solo había crecido y se estaba desarrollando como un galán de gato macho, muy bien alimentado, fuerte y saludable, sino que ya comenzaba a sentir deseos sexuales y uno de esos días de luna llena la señora Alina acostumbrada a que el dormía dentro de la casa se percata que no estaba, lo chequeo’ varias noche y lo mismo, estaba llegando al amanecer y se estaba poniendo muy flaco, ella no se explicaba, porque comida tenía muy buena pero le servía y comía poco.

   Días después de conocer todo esto la señorita Charito se percató que una gata siamesa rondaba la casa, muchos creímos que podía ser su mama ya que existían esos comentarios por ahí, pero no fue así, era una gata locamente enamorada de él, a tal punto que “Cuca Bicicleta” la ve una noche echada en una plazoleta enfrente a la casa de los Cabagueiros y ve también a “Míster Churry” echado frente a ella, a un metro de distancia, ambos se acercaban por centímetros, pero con mucha pausa y ella no pudo quedarse a ver el desenlace final.

   Habría de comenzar una etapa de amoríos de “Míster Churry”, pero también muy peligrosa porque esta gata siamesa resultaría después una gata sin sentimientos, era muy coqueta, muy dada a darse con el primero que llegase, además de que nadie podía negar que era muy linda y muy sexi, esto tenia desquiciado a “Míster Churry”; a la vez habría de comenzar una etapa muy difícil para él porque aquel gato amarillo intenso que después nos enteramos que le llamaban “Cuarentiña” estaba enamorado también de “Rosita” la siamesa y no toleraba que “Rosita” se acercara a “Míster Churry” ni viceversa, lo que le trajo un serio problema a Los Cabagueiros.

   “Machy” estaba al tanto de esta situación y cuenta el señor Carlos que un día lo oyó diciéndole a “Míster Churry”: “sácate esa gata de la cabeza que nos vas a traer problemas a todos, Rosita es una gata sin sentimientos, yo la conozco antes que tú, ella ha andado con Vicente y toda la gente” ¿Qué van a decir de ti cuando la gente se enteren que tu andas con esa gata malandrina? Y ¿Qué van a decir de toda la familia? “tú no puedes convertirte en un gato tarru’, además de que Cuarentiña te va a matar, tú no sabes fajarte como el que es un gato de la calle”; “Míster Churry” al decir de Carlos se mantenía callado, cabizbajo, indeciso y como con miedo. Me señalaba el señor Carlos que el entendía lo que se le decía pero que el deseo que sentía por “Rosita” era superior a su voluntad.

   Día tras días salía en busca de “Rosita” y noche tras noche llegaba a la casa corriendo con “Cuarentiña” detrás de él, una de las noche la bronca fue estelar, casi todos los vecinos se despertaron y presenciaron como “Cuarentiña” le mordía una de las patas traseras y el gritaba desaforadamente hasta que la señorita Charito salió y el agresor lo soltó y huyo. Los Cabagueiros no sabían qué hacer con esta situación, de inmediato la pata trasera izquierda al nivel de la rodilla estaba bien afectada, habría que buscar algo para ayudarle a curar y sobre todo habría que hacer algo para impedir que el saliese de noche.

   Le pusieron antibiótico pero se lo quitaba, aunque el señor Carlos le recomendaba a Alina que se lo echara varias veces al día y que aunque él se lo quitara siempre le quedaría algo, y así lo hicieron, por otra parte decidieron dejarlo salir un rato por la noche para que hiciese sus necesidades y recogerlo para dentro de la casa, cerrándole las ventanas hasta el amanecer. Así estuvieron haciendo casi quince días con tan buena suerte que “Cuarentiña” desapareció y nadie sabe cómo fue, solo especulaciones, y con tan buena suerte que “Rosita” se había ido con “Cristinito” el gato de “Manuelita Bibijagua” que vivía en un barrio aledaño, Los Cabagueiros se sintieron descansados y aunque “Míster Churry” continuaba enamorado ya no podría encontrarse con ella y ya no tendría el peligro de este criminal.

   Se comenzó a comentar con razón que “Míster Churry” era muy enamorado además de que no era menos cierto que cualesquiera de las gatas del barrio y hasta más allá del barrio lo miraban con deseos, ellas estaban muertas por él, porque a decir verdad cuando salía de la casa era un galán hasta caminando y tenía algo muy sensitivo en su forma de conducirse, y todo esto en parte se derivaba de la esmerada educación a que estaba sometido, además por supuesto de su tipo.

   De nuevo a los dos meses una visitante merodeaba la casa de “Míster Churry”, él no había puesto sus ojos en ella, bueno eso dicen casi todos los vecinos y yo les creo porque ellos están pendientes a sus movimientos, pero lo menos que se iban a esperar Los Cabagueiros era que esta vez caería “Míster Churry” como muerto a los pies de la nueva visitante, nadie sabe dónde está su verdadero amor y cuando puede aparecer, y así sucedió.

   Esta nueva visitante era negra como un azabache, delicada, muy femenina y muy dócil como si proviniese de una casa de personas muy bien educadas, “Masca Lengua” me explicaba  que ella se llamaba “Genoveba” pero le decían “Veba” y que era la gata de la familia “Fumagoza”, esta familia era muy educada y casi todos eran profesionales pero tenían una adicción con el tabaquismo, fumaban mucho y el viejo de los “Fumagoza” era de apellido Garcilago pero como siempre estaba diciendo: “El que no fuma no goza”, les habían puesto a ellos “Los Fumagoza”, por lo tanto “Veba” descendía de una familia de mucha preparación y estaba claro que era una gata muy bien educada además de otros atributos como hembra. Por supuesto que aunque ella provenía de “Los Fumagoza”, no fumaba.

   El destino le habría de regalar a “Míster Churry” en tan corto tiempo el gran amor de su vida, la gata “Veba”, no pasaron ni tres días para que el comenzara a cortejar a esta bella doncella y ella que veía en él, el gato de su vida estaba como encantada, ya no esperaban a la noche para encontrarse, usted estaba de visita en casa de Los Cabagueiros en la mañana o en casa de una u otra de las “Cucas”  en otro horario y se los encontraba juntos, a veces tirados uno frente a otro con poca separación de distancia y cuentan que un día muy avanzada la noche, en el patio de Los Cabagueiros todos sintieron como si fuese una sirena un sonido sostenido que al finalizar era modulado y cuando salieron estaban encima del tejado del cuarto de desahogo de los mismos los dos enamorados realizando el acto de mayor disfrute que pueda producir el amor. Quedaba sellado el matrimonio de “Veba” con “Míster Churry”, una boda que no se había preparado, que ni siquiera “Los Fumagoza” conocían, que únicamente algunos de los vecinos habían presenciado.

   El señor Carlos nos contaba que el sentía una mezcla de alegría y tristeza a la vez, ya que “Machy” se encontraba despierto y muy pensativo, era como si supiese que a partir de ese momento su amigo ya no le dedicaría el mismo tiempo, además de que se sentía desconsolado por no tener un amor como ese, de no disfrutar la vida con esa plenitud con que “Míster Churry” la estaba viviendo.

   A partir de ese momento fueron el uno para el otro, ni un solo romance escondido de infidelidad, “Míster Churry” se estaba transformando en un señor gato, de palabra, de respeto, de honradez, de honestidad, de formalidad y razón, y que decir de “Veba”, era como una panetela de gata, fiel, indulgente, seductora, oportuna y comprensiva, ella se llevaba muy bien con la señora Alina porque comprendía que era como su suegra.

   Días después no pudo haber más secreto, “Los Fumagoza” ya sabían de la boda y de cierta forma estaban contentos que su gata hubiese entrado en una familia como la de “Los Cabagueiros”, además que la felicidad había regresado a ellos cuando supieron de “Veba” que hacía más de una semana que no iba por su casa.

   “Moscovito” comentando conmigo un día por la noche en que el señor Carlos sacaba a “Machy” a dar una vuelta, me decía: “quien iba a pensar que ese gato churroso sacado de la basura más muerto que vivo iba a ser lo que es hoy, un gato bien llevado con todo el vecindario, respetuoso y bien casado.

   Así fue transcurriendo la vida de “Míster Churry”, un gato hecho a la medida, su historia no ha terminado porque él vive aún y tiene muchos años por delante todavía pero no podemos ahora “sacarle hasta el último de los trapitos”. Esta historia es posible que tenga segunda parte, nos vemos.

   Muchas gracias a todos. Hasta la próxima.  

                                                   RELATO.

 

“MACHY”. EL INDOMABLE, VALIENTE Y, CARIÑOSO HIJO DE LOS CABAGUEIROS.

 

Por Carlos René Cabadilla Díaz.

Primera edición: 03-10-2012.

Segunda y última edición: 20-04-2024.

 

INTRODUCCIÓN.

Esta no será una historia de aventuras como la de "Rin Tin Tín" o, un testimonio como los de "Balto" o, "Barry" (aquel primer Sanbernardo que rescató en las nieves de un paso de montaña entre Suiza e Italia al menos a 40 personas perdidas y afectadas por las heladas de esas alturas) o, el de "Stubby" (aquel perro héroe de la Primera Guerra Mundial que llegó a alcanzar los grados de Sargento por su destacada y múltiple labor a favor de sus tropas) o, el de "Jack" el socorrista que salvó niños y otros afectados dentro de pantanos y ríos profundos o, el de "Smoky", la perrita paracaidista en la Segunda Guerra Mundial o, el de "Hachiko" (el más fiel) o, también como la de "Laika" (la primera Astronauta de la historia). En realidad "Machy" no fue un perro famoso como ellos con alcance internacional, sin embargo, “Machy” generó algunas venturas y desventuras que bien hubiesen podido clasificar para “las grandes ligas”. "Machy" fue, por encima de todo, un perro muy dado a llamar a la reflexión a las demás familias en cuya composición existen estos seres, yo diría en resumen que fue un perro muy singular, único en su conducta de vida.

 

UN NUEVO HIJO PARA LOS CABAGUEIROS.

 

Cuando “Machy” llegó a la vida de Los Cabagueiros era un perrito de apenas unos 45 días de nacido, de origen burgués, nacido el 20 de julio del 2011 en el seno de dos de las familias más prosperas del batey  “Tres Claveles”, lo menos que se podía imaginar era que iba a desarrollar su perruna vida en medio de una nueva familia que le brindaría quizás no las comodidades de su natal cuna de alcurnia, pero sí tendría todo lo necesario para vivir con dignidad y educarse como un perro decente y rodeado de mucho amor.

 

Esta interesante historia que les he comenzado a contar, es el resultado de la confesión de la señora Alina de Cabagueiros, la cual, logré recopilar parte a parte en cada visita o encuentro familiar en que coincidimos.

 

*LIBRO V-CARRENÉ-LA OTRA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS*

 

Siempre fue un perrito muy inquieto y aunque ya hice referencias a su linaje de procedencia, había traído consigo alguna que otra garrapata que, la niña Charito, hija del señor Cabagueiros, sin nunca haber tratado con esos insectillos, hubo de encargarse rápidamente de desmontarlas, limpiándolo y desinfectándolo. Así comenzaba este nuevo inquilino, su nueva vida en esta familia, las discusiones familiares se sucedían porque no había aún un lugar adecuado para construir su pequeño hogar; “King”, el perro abuelo estaba muy enfermo, tenía ya un cáncer en etapa muy avanzada y, requería de atenciones especiales. La señora Cabagueiros no quería más animales, se hallaba muy triste con la enfermedad de “King” y sabía que pronto moriría, estas cosas de tener y perder animales queridos la ponían muy mal.

 

Además de atender a “King”, comenzaron el tratamiento veterinario-preventivo con él. El hecho de ser tan pequeñito en edad y tamaño, llevaba a Charito a enfrentarse al resto de la familia para tenerlo dentro de la casa a fin de que no recogiera enfermedades, además con el objetivo que no molestara a “King” que tenía su pequeña residencia en la terraza de la misma; “King” no solo era un perro grande en tamaño, sino en alma también; “Machy” recién comenzaba a adquirir hábitos, sin embargo, a pesar de ser muy pequeñito era en extremo activo.

 

Un día tras otro conviviendo con los dos perros, “King” había amanecido muy mal, y hubo de recogerse el mismo al costado de la casa de la familia, en una nave de techo alto de un vecino, allí yacía tirado en el piso, cabecicaido, con los ojos vidriosos, como el que no espera ya nada más de la vida, prefería pasar sus últimos momentos solo para poder hacer un recuento de su fructífera vida; los Cabagueiros entristecidos sabían que su momento final se acercaba, pero a decir verdad era la señora Cabagueiros la que más lo sentía.  

     

Murió cerca del mediodía, si algo tenemos que decir es que su nobleza, y su sentido del deber perruno, serían inalcanzables.

 

Los Cabagueiros lo sintieron como la muerte de un familiar, pero no podían permitir que la tristeza los embargara, lo recordarían por toda la vida, pero la era estaba pariendo un nuevo corazoncillo, “Machy” pujaba su entrada, no sabía bien lo que estaba ocurriendo más, como todo un perro con ese sentido que no poseen los humanos captaba la tristeza que embargaba la casa de esta familia; aquella familia debía si, guardar muchos recuerdos de “King”, pero no podía dedicar mucho tiempo al luto ante un nuevo inquilino que sugería dedicación, ellos estaban ya en la obligación de luchar con todas sus fuerzas por él.

 

Al siguiente día de los funerales de “King”, “Machy” debutaba graciosamente entre los pies de cada uno de ellos, la señora de la casa estaba muy consternada y a la vez preocupada, y le dirigió la palabra a su hija Charito, diciéndole que se preparara para asistir aquel perrito porque lo que había pasado con “King”, con el cual ella sola se había dedicado, no se repetiría; la niña Charito por su parte le respondió que no se preocupara que ella lo habría de cuidar. Todos los Cabagueiros se reunieron alrededor de la mesa del comedor espontáneamente y conversando que hacer con el cuidado de “Machy”, juraron ser más dedicados y afectivos con el mismo para resarcir aquella falta que se había tenido con “King”; ciertamente así lo harían en el futuro.

 

El señor Cabagueiros se sentó con “Machy”, lo miró fijo y le dijo: no quiero lágrimas, se nos fue un amigo, y como cantara Alberto Cortéz: “cuando un amigo se va queda un espacio vacío”, y ahora te digo yo: ese espacio lo tienes que llenar tú, ser cada día mejor perro, seguir su ejemplo, y hacerle con la vida el mejor homenaje, que sería al final la satisfacción del deber y las obligaciones cumplidas; “Machy” ladró y saltó a su pierna moviendo el rabito en señal de complacencia, los demás lo acariciaron y estuvieron un rato con él.

 

Pasaron los días y “Machy” estaba resultando muy  juguetón e inquieto, y por  su edad, no era capaz de avizorar los peligros, fue así que una mañana, cuando el señor Cabagueiros se vestía poniéndose el pantalón, el nuevo inquilino se hallaba jugando entre sus pies y aunque varias veces lo había tratado de apartar, este volvía de nuevo, una de esas veces, con el nerviosismo que tenía por el peligro que representaba tenerlo debajo de él, al levantar uno de sus pies para entrarlo en su pantalón, perdió el equilibrio y para no caer al piso afincó firme el otro pie, cayendo con fuerza todo el peso de su cuerpo en esa pisada que en vez de ser en el piso fue encima del cuerpo de “Machy”, de inmediato comenzó a aullar, téngase en cuenta que el señor Cabagueiros para aquel entonces pesaba unas 330 libras.

 

A decir de este señor había sentido como si hubiese aplastado un tubo de embutido, cuenta que rápidamente se había  estabilizado y al mirarlo como aullaba sin parar no le había quedado la menor duda que no había remedio que lo salvase; la familia movilizada alrededor del mismo no sabía bien que había sucedido, Charito trataba de cargarlo en sus brazos pero no se dejaba tocar, él había corrido lejos del señor, al pasar unos 15 minutos comenzó a tranquilizarse algo y, aunque aullaba aún con menor intensidad, estaba muy alterado, tristón, recogido, la escena era desconcertante; a mí que soy quien les cuento, cuando la señora Alina me relató esta situación, me sentí impresionado, me parecía estar viviendo todo aquello, más cuando yo conocía la estatura y el peso del señor Cabagueiros. El señor Cabagueiros lo daba por muerto, lo creía reventado.

 

La señora de la familia le preguntó a su marido, y éste le explicó con lujos de detalles lo sucedido, ella miró para “Machy” y luego miró para el señor, repitiendo las miradas dos veces, bajó la cabeza y susurró: no hemos terminado de enterrar a “King” y otra desgracia más, por eso es que yo dije que no quería más animalitos en la casa.

 

Al fin la niña Charito lo cargo con mucho cuidado entre aullidos del perrito y lo envolvió en un trapito, la voz del señor Carlos se proyectó diciendo: pónganlo en un rinconcito en el baño y esperemos que el tiempo pase, sin embargo, la niña Charito salió con él a un campo que quedaba cerca de su casa, allí lo mimó y le permitió respirar el aire puro; mas tarde al regreso lo colocó, como bien habia indicado el señor Carlos en un rinconcito en el baño; la señora Alina Cabagueiros, miró a la niña Charito y al señor Carlos y expresó: - esperemos por Dios todopoderoso - así lo hicieron.

 

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Llegó la tarde y aunque “Machy” se mantenía en silencio no había quien lo tocara; en el batey “Tres Claveles” no existía servicio veterinario y el señor Cabagueiros había dispuesto tenerlo allí en una especie de observación hasta que llegara según él, el desenlace fatal.

 

El resto del día y toda la noche, lo estuvieron observando; al día siguiente, continuaba tímido y tristón, con su rabito casi entre las patas; al día siguiente de los hechos, el señor Carlos sufría aquello y, de cierta manera se sentía culpable, pero en el fondo pensaba que, su conciencia estaba limpia, el incidente se hubo de producir de forma casual, no intencional.

 

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Para sorpresa de la familia y de ustedes que ahora están leyendo esta narración, poco a poco se fue recuperando, hasta que pasado cuatro días, él propiamente se había quitado todos los trapitos y andaba por toda la casa como si no hubiese ocurrido nada, eso sí, todos coincidían en que  no se dejaba tocar, al parecer tan tierno, sus costillas no tenían aún la fortaleza que ellos adquieren con más edad y esto lo había favorecido, no lo había dañado, dejándole los dolores lógicos de aquel pisotón. Habría que decir que su fecha de nacimiento debió contarse a partir de aquel incidente.

 

Como se ha de comprender, luego de esa situación se estableció como una especie de sobreprotección para con él, vivía dentro de la casa y no había quien dijera en la familia que su casita debía estar en la terraza.

 

“Machy” como si nada hubiese ocurrido  día tras día, semana tras semana, mes tras mes se estaba convirtiendo en un perrito muy cariñoso, muy activo y cada vez más juguetón, y sobre todo muy agradecido; “Cuca Bicicleta”, una vecina de los Cabagueiros, aseguraba que al regresar la familia del trabajo, se podía percibir en la casa de la misma, ubicada cerca de la de ella, el recibimiento que este animalito les hacía desbordante de alegría, “Machy” jugaba un rato con cada uno de la familia que, iba entrando a la casa, en ocasiones se orinaba de la contentura tan inmensa que sentía.

 

La niña Charito creció y, ya convertida en una jovencita, afirmaba siempre que era muy majadero, (quizás propio de su edad), le había comprado un cintillo con collar de piel (lo que comúnmente se le dice de material) y él se había encargado de deshilacharlo y romperlo, entonces le buscó una cadenita y un collar más fuerte y más bonito y, lo lucía orondo.

 

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La familia hacía un esfuerzo enorme por garantizarle una educación acorde a lo que debiera ser el sustituto de “King”, sin embargo, no prosperaba en disciplina.

 

Ellos se quejaban en que ladraba mucho, sin parar, por cualquier ruido, hasta el de una lagartija, las visitas que tocaban la puerta de la casa eran recibidas con un concierto de ladridos fuertes en “clave de sol” y, luego que entraban a la casa, él solía olfatearlos, más tarde se les trepaba por los pies, tratando de jugar con ellos hasta la despedida en que entonces les hacía un acto de repudio enfurecido porque se iban; indudablemente esto molestaba y preocupaba a las visitas, algunas de las cuales temerosas, buscaban la manera de abreviar y retirarse.

 

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El señor de la casa que, no estaba muy de acuerdo con que el perrito viviese dentro de la misma, mostraba muchas molestias, con su razón -digo yo-, el nuevo inquilino se orinaba en cuanta pata de mueble le gustase para marcar territorio y, eso tenía muy disgustado a todos por la fetidez; así mismo la señora se quejaba mucho del trabajo que le estaba dando al tener que limpiar y desinfectar muy a menudo; “Machy” la había convertido de la noche a la mañana en su criada, porque Charito estaba inmersa en su curso escolar.

 

“Machy” debutaba ladrando como si tuviese el demonio metido en su cuerpo, sin embargo, nunca mordió a persona alguna y, esto debía reconocerse, solía decir Alina de los Cabagueiros.

 

REMEDIOS PARA EL PRINCIPAL MAL DE "MACHY".

 

Llegó un momento que la señora Cabagueiros, estaba agobiada, una mañana bien temprano, en una de esas visitas de tránsito que solía hacerle a la familia en que, casi siempre me brindaban una buena taza de café, me preguntó por el “Encantador de Perros”, ella había oído hablar del - encantador de perros - y, pensaba que en Cuba existía algún señor que se dedicaba a esa labor y que, además era localizable, pero sus esperanzas se desvanecieron cuando le expliqué que ese señor vivía en Los EEUU. De todas maneras, ella refería que el señor Cabagueiros señalaba que era muy probable que “Machy” volviese loco a ese encantador y, le quitase su encanto.

 

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En un intento de ayudarle le recomendé un posible remedio que había tenido efecto con otros animalitos en relación a la orina y, después pensaríamos que hacer con sus “conciertos”. Usted debe llenar de agua y cerrar con sus tapas tantos pomos plásticos transparentes como lugares él, acostumbre a orinase, le expliqué y, por supuesto, continué diciendo, sáquelo a orinar al atardecer y al amanecer, si dispone de más tiempo lo saca de la casa cada vez que pueda en el día. Le comenté que con ese remedio muchas personas habían resuelto, porque a los perritos no les gustaba orinar donde hubiese cosas extrañas.

 

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Tiempos después supe que llevaron a cabo el remedio que le había dado, pero que un día, “Machy” no había respetado uno de los pomos y lo había orinado y que, cuando la señora Cabagueiros vio la orina creyó que todo estaba perdido y quitó todos los pomos. Yo conversé con ella sobre el asunto y le hice hincapié en que lo fundamental era sacarlo a orinar varias veces al día, sumado a la persistencia con los pomos, sin embargo, utilizó otros métodos, como pasar trapos con vinagre, etc. Mucho después supe que no pudieron resolver esa situación y la arrastraron como una penitencia hasta el fallecimiento del animalito.

 

A pesar del disloque de “Machy”, la familia, con muchas esperanzas no cejaba en el empeño de que un buen día llegase a comportarse al menos, sino como “King”, con una mejor conducta que la que mostraba. Ellos conversaban mucho con él; aunque usted que está leyendo este relato no lo crea, ellos necesitan que se converse mucho, cuando usted está conversando, ellos están prestando atención, buscando entender y, en resumen, logran entender un porciento ínfimo de lo que conversa, por lo que, si toda la familia conversa con ellos y conversan muy a menudo, lograrán que ellos entiendan a un nivel mayor, el porciento será sobre un mayor número. Otra de las formas que empleaban era el castigo, el castigo sin golpes, sin lastimarlo, lo sacaban de donde estaban reunidos y lo ponían en un lugar donde no los viese, eso le enfurecía y ladraba sin parar, pero le abría las entendederas. Señores, ellos no son niños, pero entienden algunas cosas ¿Qué cree usted? ¿Cuál es su experiencia?

 

 

UNA NOVIA PARA MACHY

 

No todo habría de resultar fatal, no todo era defectos, es evidente que el nuevo inquilino era hiperactivo, y quizás el pisotón lo hubiese desequilibrado algo también, más su descendencia sobre la cual pude averiguar. Resulta que su papá era algo loco y, su mamá, al decir de la dueña, tenía “retraso mental”, sin embargo, era evidente que "Machy" podía tener algo de locura, pero de retraso mental no tenía en lo absoluto, con la familia era de oro, muy afectivo, muy juguetón, muy inteligente, respetuoso con la comida, solidario con los demás animalitos, y tranquilo de noche y madrugada al descansar, siempre y cuando no se acercasen desconocidos a la casa, porque si algo tenía como singular virtud era su olfato y, su capacidad de reaccionar ante cualquier ruido por muy ligero que fuese.

 

Como algo más que destacaba en sentido positivo estaba el hecho de que, solía familiarizarse con los visitantes más frecuentes, a los cuales trataba como amigos.

 

“Ibrahím Pata de palo” solía visitar al señor Cabagueiros,  “Machy” se paraba en dos patitas en una de sus piernas y, apretándolo fuerte, comenzaba a dar cintura, este señor le miraba y acariciaba, no sin sentir pena con la familia; evidentemente que estaba necesitado de una novia. Sin embargo, cuando el señor Cabagueiros lo regañó, este lo miro y, sin ladrar siquiera, parecía estarle transmitiendo un mensaje con la vista, algo así como: “Coño viejo, porque no me traen una amiguita tráiganla que yo me entiendo con ella”. “Ibrahím Pata de palo” no entendía que con tan poca edad sintiera esos deseos; el señor Carlos, después de azorarlo, le explicaba que, eran ciertos instintos de cachorros adelantados, no obstante, le trajo varias perritas para irlo familiarizando, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.

 

 

"MACHY" PIDE UNA MEJOR ATENCIÓN CON ÉL.

 

Todos coinciden en que le gusta mucho jugar con el señor Carlos; cuando lo veía sentado en la sala de la casa se paraba en dos patas y con sus patitas le hacía señales para que jugase con él; sobre su inteligencia todos coincidían, vecinos, visitantes y familia, decían que era muy entendedor y que, más bien solo le faltaba hablar como los humanos por las cosas que hacía. Sin dudas, mostraba determinado nivel de inteligencia que, nosotros, los humanos no éramos capaces de determinar.

 

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Como sabemos, quien más conversaba con él, era el señor Carlos y este, se había percatado que, prestaba mucha atención y, sentía como una interacción que le permitía comprenderlo. Este señor le refirió a Alina que, él y “Machy” se entendían a un 80% más menos, así mismo le manifestó que esos animalitos tenían su idioma,

 

-Ellos hablan un idioma que yo le nombré “perrol”-, le había dicho Carlos a Alina; también le argumentó que esa era una forma de comunicarse que ellos tenían y, que los brutos y desconocedores éramos los humanos; Alina llegó a pensar que su marido estaba padeciendo alguna enfermedad mental.

 

Una de esas noches, encontrándose el señor Cabagueiros sentado en el butacón de la sala, se le había acercado “Machy” para jugar con él, al darse cuenta se había hecho el desentendido, el perrito lo miraba con esa carita linda que tenía que, por cierto era exageradamente lindo con unos colores pocas veces vistos, para después saltarle en dos patitas y rasgarle con el objetivo de llamarle la atención, cuentan que le hubo de mirar a la cara  y que, este le hizo un ladrido corto, pero fuerte y volvió a ladrar, esta vez fue más largo el ladrido, más sostenido y que, al final le había sacado la lengua, mordiéndole suavecito un dedo, por lo que él se había quedado pensando que algo le estaba queriendo decir, tenía dudas y le preguntó a Alina sí o no le habían servido la comida, a lo que ella respondió que sí, pero que la había dejado toda (no había querido comer), por lo que él, dedujo que estaba dando una queja.

 

- Comprendí su queja de que la comida no le gustaba y que por eso la había dejado toda, lo miré y aunque fue en “perrol”, casi le entendí en perfecto español, me preguntó: ¿yo me estoy portando tan mal que ya no me dan la comida con calidad? Y siguió diciendo: ¿Es que no alcanza para mí? – esto que me relató la señora Cabagueiros me pareció exageración del señor Carlos, sin embargo, al final fue así, “Machy” había dejado la comida porque no le gustaba y cuando le volvieron a echar algo de comer se mostró muy contento.

 

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La señora Alina continuó comentándome este pasaje de “Machy” con el señor Cabagueiros.

 

Le respondió, comenzó a hablarle, porque no solo ellos te dicen, sino que te entienden a la perfección, le explicó que primero se quitaba parte de su comida antes que dejarlo a él sin comer, pero que la cosa estaba mala, y él debía entender que, nuestra familia había vivido hasta ahora con un determinado nivel de vida, pero que este se estaba deteriorando y eso conllevaba realizar ajustes que, no siempre la comida sería incomible, pero muchas veces mermaría la calidad, que todos estábamos pasando por ese mal momento, no solo él.

 

“Machy” le escuchaba detenidamente, le explicó que, mientras otros perros callejeros pasaban malas noches, debajo de agua, sol y sereno, expuestos a las garrapatas a las pulgas y a todo tipo de enfermedades, y pasaban días sin comer y cuando lo hacían era en los tanques de desperdicios, él vivía con una serie de privilegios. Una vez concluida la conversación de Carlos, “Machy” se echó en el piso a mirar para la calle, con las patitas traseras tiradas hacia atrás, Carlos había notado como si él estuviese pensando con lástima en esos perros callejeros, de pronto se paró y le ladró, él le acarició, volvió a ladrar y, le acarició de nuevo, hasta que quedó mirándole y balanceó de lado su cabeza; le entendió muy bien. Según Alina, Carlos estaba seguro de que, “Machy” había quedado pensando que, él se sentiría orgulloso si tuviese que compartir su comida con uno de esos perros callejeros, a la vez que no lo deberían dejar pasar hambre por despreocupación. Al señor Carlos le había dado tanto sentimiento aquello que se había quedado acariciándolo con un nudo en la garganta que, no le dejaba hablar, hasta que se tranquilizó y le pudo dirigir la palabra diciéndole algo así como que, podrían venir tiempos peores, pero por donde saliera la familia saldría él también.

 

Según Alina, “Machy” le lamió el brazo a Carlos y solito se fue para donde estaban sus trapitos, acostándose boca arriba, moviendo suavemente sus patitas, así fue.

 

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UNA INTELIGENCIA EXCEPCIONAL.

 

Fue así que pasaron días, semanas, meses y algunos años y, ya para el tercer año de vida de “Machy”, con excepción de su “incontinencia” urinaria para con las patas de los muebles, la mayor parte de los problemas que atormentaban a la familia habían sido resueltos; no se cansaba de marcar territorio como si estuviese cada vez en otro lugar. Cada tiempo pasado para “Machy”, significaba asombro para la familia de los Cabagueiros por lo que este animalito era capaz de hacer.

 

No van a creer que uno de esos días en que producto de los horarios de trabajo de la familia, “Machy” llevaba varios días sin salir de la casa, sentados todos conversando en la sala de la misma, éste trajo arrastrando hasta ellos la cadena para que se la pusieran en la cuellera y lo sacaran a pasear. Pero no sólo eso, como si “Machy” captase los adelantos científico técnico de los humanos, comenzaba a mostrar interés por la computación y la internet.

 

Es así que un buen día en la sala de la casa el señor Cabagueiros se encontraba realizando un trabajo en su computadora laptop y, éste se le paró en dos patitas por un costado tratando de meter la cabeza donde la computadora, dice que cuando el señor Cabagueiros lo observó, giró la máquina para que él pudiese ver el indicador, cosa que logró. Tendría usted que haber estado allí para creerlo. “Machy” como todo un miembro de la generación “Z” miraba el indicador muy atento y movía sus paticas delanteras que, se encontraban encima de la pierna de su dueño, deslizándolas hasta tocar la computadora, cualquiera hubiese pensado lo que su dueño: faltaba poco para que comenzase a teclear. Esa noche todos en la casa tenían que ver con lo que estaba sucediendo, fue una noche inolvidable.

 

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"MISTER CHURRY" Y "MACHY", AMIGOS PARA SIEMPRE.

 

Una de las aventuras más preocupantes se produjo con el primer encontronazo entre “Machy” y un gatito que la señorita Charito había recogido en un basurero, estaba de mamar; ella lo tenía escondido de “Machy” en una cajita y le daba leche con jeringuilla; era un gatito muy chillón y siempre tenía hambre; por mucho esfuerzo de la señora Alina en ocultárselo a “Machy”, el gatito se estaba escapando de su cajita y se movía por toda la zona del comedor de la casa; un mediodía de verano, con un calor sofocante, el gatito no soportó más la cajita y se escapó, cruzando la “frontera” del comedor, habia invadido el territorio por excelencia de “Machy”, al olfatearlo fue al encuentro, ladraba como si algo importante estuviese ocurriendo; el gatito se colocó frente a él y resopló con tanta fuerza que parecía un gato montañés, alzó una patica e hizo como para arañarle, “Machy” se acercó más y en el preciso instante en que algo grave podía haber ocurrido, la señora Alina cargó al gatito y lo separó de “Machy”.

 

Esta historia se repitió por la tarde, el gatito de nuevo frente a “Machy”, entre ladridos y resoplidos del gatito, estuvieron a 10 centímetros uno de otro hasta que “Machy” se separó y comenzó a mirarle. Estaba claro que bien hubiese podido acabar con la vida del gatito, sin embargo, demostró clase, bondad, corazón; a partir de entonces, aunque no le gustaba la idea de soportar un foráneo desconocido en su casa, lo fue observando sin enfrentarlo; el gatito hacía por buscarle y, siempre que se pudo se trató de evitar este encuentro, hasta que comenzaron a jugar o, mejor dicho, comenzó el gatito a sonsacarle para jugar a lo que "Machy" fue accediendo. Fue así que fundaron una amistad hasta el final de los días del gatito. A este gatito que se convirtió en todo un personaje, el señor Cabagueiros le bautizó con el nombre de “Míster Churry”.

 

Si algo debo destacar sobre la relación entre “Machy” y “Míster Churry”, es que ambos se defendían de terceros, compartían comida, descansaban juntos. “Machy” sufrió la muerte de “Míster Churry” como si fuese la de un hermano, una muerte violenta ocasionada por personas sin escrúpulos y sin sentimientos, le golpearon fuerte en la cabeza, abriéndole una herida que después de martirizarle le ocasionó la muerte. A decir de la señora Alina, “Machy” estuvo de luto más de un mes, se notaba triste, le buscaba, aullaba de noche, era evidente que alguien querido le faltaba.

 

Aquella noche del martirio de “Míster Churry”, no sólo la familia Cabagueiros trataba de salvar o aliviar al mismo, sino que “Machy” no se separó ni un instante de su lado, como alguien que lo estuviese asistiendo.

 

Cuando “Machy” “concientizó” que no vería más a “Míster Churry”, fue regresando a su normalidad de vida, aunque tenía momentos de mucha tristeza. Créanme que esta relación fue tal cual.

 

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"NARDO" CONTRA "MACHY". UNA TERRORÍFICA PELEA.

 

La vida trae momentos agradables y también difíciles; con esa pasión conque devela sus recuerdos, el relato de la pelea con el perro “Nardo” fue, además de interesante, desesperante; "Nardo" era uno de esos perros de pelea que debía cuidar un vecino, ya había tenido problemas con “King” en vida, los que leyeron el relato de “King”, vivieron momentos fatídicos en su lectura cuando estos dos feroces perros sostuvieron un aterrador enfrentamiento por la agresividad y descontrol de “Nardo”; ahora constituía un doble peligro para “Machy” por la diferencia en tamaño y fuerza, sobre todo en las mandíbulas, esta especie de perros posee la característica de que cuando muerden suelen no soltar. Todos debemos comprender que estos animales “de pelea” requieren de una atención especial por parte de sus dueños; en realidad ellos no son animales de pelea, sino que son entrenados por sus dueños para entablar encarnizadas reyertas donde individuos como el mencionado dueño disfrutan al ver como se destrozan.

 

Uno de esos días de verano en que, la familia se encontraba demasiado atareada, habían dejado la puerta delantera de la casa abierta durante unos minutos por la cantidad de visitas que habían recibido, fue en uno de esos instantes que “Machy” aprovechó para salirse y conocer el “esplendoroso” mundo que se le tenía prohibido, acercándose a las plantas de pequeño crecimiento, flores la mayoría, olfateaba con tal curiosidad como ajenas habían sido hasta ese momento, luego orinaba cuanto tronco de árbol o arbolito encontraba, como anunciándole al mundo que ese territorio era de su pertenencia.

 

Lejos estaban todos de lo que en breve sucederia; no habían transcurrido 5 minutos cuando aparecía en escena el temible “Nardo”, se le acercó en carrera a “Machy” y parado a menos de medio metro de él, lo observaba, “Machy”, ajeno al peligro, se acercó más, olfateando la parte trasera de “Nardo”, eso para un perro guapetón como “Nardo”, era algo así como un agravio, se enfureció, ladró como poseído y se abalanzó sobre “Machy” que no conocía de peleas y éste, con un tamaño dos veces y media inferior se le colocaba debajo de manera tal que “Nardo” no lograba morderlo; ésta situación enloquecía a “Nardo”.

 

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Aparecieron todos los Cabagueiros que, salieron de la casa como un bólido cuando escucharon los ladridos, llegando la señora Alina, “Nardo” le estaba lanzando una mordida que, alcanzó a “Machy” solamente en el pellejo de su trasero, la sangre comenzó a brotar y “Nardo” se enfureció cada vez más.

 

El señor Cabagueiros localizó un poderoso cable de electricidad trenzado que guardaba para defenderse en caso necesario y golpeó a “Nardo” por el hocico con un golpe demoledor, éste soltó y “Machy” en vez de correr, se sacudió y se viró hacia “Nardo” y en una pose de coraje le ladró impresionantemente hasta que la señora Alina se dio cuenta y lo cargó en sus brazos saliendo de inmediato con él para su casa.

 

Dice que pocas veces había sentido tanto miedo al observar la conducta de "Nardo". El señor Cabagueiros se quitó su pullover y lo enroscó en su brazo izquierdo, con el cual trataba de retener la posible mordida de "Nardo" y, le había entregado su cable trenzado a "Luis el Engrifao" que recién llegaba al escenario, a quien le había pedido que si "Nardo" le llegaba a morder su brazo, le diera fuerte con el mismo por la zona del hocico; retrocedía hacia su casa  con "El Engrifao" cerca, ante la rabia y los ladridos de “Nardo” que, al no poder continuar su agresiva embestida contra “Machy”, amenazaba con hacerlo contra él.

 

En esos momentos difíciles apareció el dueño del mismo que con muchas dificultades logró llevárselo. Hubo discusiones, malos entendidos, incomprensiones, disgustos, pero “Machy” estaba a salvo no sólo físicamente, sino por su comportamiento valiente y, podemos afirmar que estaban todos a salvo porque "Nardo" se había convertido en una amenaza muy peligrosa.

 

Cuando la señora Cabagueiros concluía la revelación de este suceso tan desagradable, me comentaba lo disgustada que estaba con “Carolina lengua de sabana”, la cual había presenciado todo desde el mismo comienzo y sólo fue capaz de contárselo cuando los hechos estaban consumados.

 

“Machy” había sido fuertemente regañado por haberse escapado de la casa, en realidad, el señor Cabagueiros en reunión familiar, según conocí, había reconocido que la culpa había sido de ellos por haber dejado la puerta abierta, también sugirió que sacaran a “Machy” como se había hecho tiempos atrás, porque ya no lo estaban haciendo y él necesitaba salirse de las cuatro paredes de la casa al igual que las personas.

 

"MACHY" DEMUESTRA SUS HABILIDADES Y CONDICIONES. ES CONDECORADO.

 

Apenas un mes después de lo del enfrentamiento con “Nardo”, tocaban a la puerta de la casa de la familia, la señorita Charito fue a abrir y en ese mismo momento “Machy” se le escapó, eran tres policías, dos de ellos retirados atrás aproximadamente a cinco metros con dos perros pastores alemanes, ambos con bozales; el policía que había tocado la puerta quedó inmóvil, “Machy” le daba vueltas alrededor ladrando fuerte, el señor Cabagueiros salió de inmediato, Charito le decía al policía que estuviese tranquilo que el perrito no lo iba a morder, cuando el señor Cabagueiros se colocó en cuclillas para cargar a “Machy”, éste que ya había olido los pantalones del policía, levantando la patica le orinó una pierna al policía; la señorita Charito que se reía de todo, comenzó a reírse hasta que el policía le preguntó: ¿A usted le da risa? Yo pensé que me iba a morder y ahora tengo que cambiarme de ropa.

 

Conversaron el tercio táctico y el señor Cabagueiros y estos le hicieron varias preguntas, había un fugitivo de la justicia que robó en una casa cercana y ellos estaban siguiendo el rastro con los perros y, frente a la casa de los Cabagueiros desaparecía dicho rastro. Esta situación podía generar malos entendidos, pero “el que no la debe no la paga”.

 

El señor Cabagueiros le explicó que él no tenía la más mínima idea de lo que estaba sucediendo, pero que en lo que les pudiese ayudar los ayudaría; el jefe del Tercio Táctico se le acercó y le hizo algunas preguntas, sin embargo, en realidad estaban perdidos en la investigación; la colaboración había sido casi nula en el barrio; algo que podría complicarle la situación era lo que aquel policía le había dicho: - Tendremos que pedir a la fiscalía orden de registro en su casa y en las casas aledañas – por supuesto que esta actividad policial no le gustaba a la familia de los Cabagueiros.

 

Al señor Cabagueiros le parecía ridículo proponerle a la policía dejar que “Machy” olfateara en el lugar exacto que según ellos había desaparecido el rastro, sin embargo, el conocimiento sobre el poderoso y selectivo olfato que poseía “Machy”, le ofrecía una oportunidad tanto de colaborar para atrapar al criminal, como de quitarse de encima aquel posible despliegue de policías alrededor de su casa, a la vez que, pensaba debía promover esas condiciones de su perrito. Aquellos perros que traía la policía eran mejores para ese tipo de función, ademas de estar entrenados, pero estaban muy cansados, agotados por un calor sofocante, “Machy” conocía en parte el lugar y, cada vez que ladraba, se le podía poner cuño a la existencia de alguna anomalía.

 

Dada las circunstancias, así como, las condiciones consabidas de “Machy”, el señor Cabagueiros no demoró más en hacerles la propuesta. Casi se insulta el jefe de aquel Tercio Táctico, al escuchar aquella propuesta, los demás que le acompañaban no hacían más que reírse ¿A quién se le podía ocurrir que “un peluche” como “Machy” que, después de ladrar tanto salió y le orinó un pie a uno de ellos, podría continuar el rastro perdido? Ese hombre es un ridículo o simplemente puede estar loco, pensaba el jefe del Tercio Táctico; sin contestarle al señor Cabagueiros, se despidió de él.

 

Cuando habían avanzado unos pasos, uno de los perreros le propuso a su jefe regresar y probar con “Machy”, su idea era que no se perdía con esa posibilidad y que, de todas formas, el rastro estaba interrumpido, sus perros estaban agotados por el calor. El jefe, después de discutir consigo mismo, aceptó; volvieron y le comunicaron al señor Cabagueiros que aceptaban emplear a “Machy” para rebuscar el rastro, Carlos sintió que “Machy” pasaría a un plano importante en aquella situación, tomó la cadena y se la colocó en la cuellera, se dirigió al lugar exacto donde los demás perros habían perdido el rastro.

 

Algunos vecinos curiosos observaban de lejos, “Machy” olfateaba a la redonda, alzaba la cabeza y los miraba a todos, repetía la operación y, de pronto se movió en zigzag, olfateaba a izquierda y derecha y avanzaba rumbo a la esquina de la casa de al lado, allí se detuvo, hacía como para pasar al otro lado, al césped de esa casa, pero una cerca de malla cerraba el paso, lo llevaron allí y cerca del portón de metal comenzó a ladrar; la casa parecía vacía, pero estaba claro que si le ladraba al portón, detrás del portón debía haber algo fuera de lo normal; uno de los policías se asomó por la parte superior del portón y al observar, en su primer recorrido con la vista no había visto cuestión alguna fuera de lo común, pero hizo su segundo paneo visual, sorprendiéndose al detectar en una orilla de la pared a un hombre de muy mal talante sentado en el piso, con una mancha de sangre en el brazo derecho. “Machy” había cumplido una misión importante, los hombres del Tercio Táctico estaban desconcertados, el fugitivo fue atrapado.

 

“Machy” había demostrado que tenía condiciones, además de que había salvado la honrilla de su barrio al evitar un despliegue policial en el mismo; él no sabía de fama, pero ya había escalado al salón de la fama de los servicios policiales cubanos al resolver lo que los profesionales no habían logrado; el señor Cabagueiros sentía mucho orgullo por tener a “Machy” y se mostraba orondo.

Aquel miembro del Tercio Táctico, no hacía más que tirarle fotos a “Machy”, amaba a los perros, de hecho, era perrero, cuidaba y, entrenaba a aquellos Pastores Alemanes. Estoy seguro de que “Machy” posa en algún retrato, en la sala de historia de la institución de esos agentes o, talvez, en su casa.

 

Seis meses después, tocaron a la puerta del señor Cabagueiros y, de cinco personas, una era aquel policía perrero que tantas fotos le había tirado a “Machy”; una gran sorpresa inesperada por la familia, ellos traían la encomienda de entregarle la medalla de “La Colaboración de Primer Grado”; la ceremonia fue familiar, “Machy” como si se supiera campeón, ladraba sin parar, un fotógrafo profesional lo fotografiaba mientras el agente perrero  le colgaba la medalla en la cuellera, a la vez que le entregaban una pechera, un bozal y una cadena nueva con su quitavueltas de aceronikel; la comitiva le entregó además un paquete de comida especial (muy alimenticia traída del extranjero). Me imagino aquella escena. La señora Alina de los Cabagueiros juraba que “Machy” se sentía como encantado, daba vueltas alrededor de toda aquella gente y les acariciaba los pies; el señor Cabagueiros temía le fuese a orinar los pies a alguno de los allí presentes, pero todo terminó sin incidencias negativas.

 

UN FINAL MUY SENTIDO Y DOLOROSO.

 

Con “Machy” sucedieron muchas cosas, pero esta no es su biografía, sino su historieta devenida de sucesos reales.

 

Es posible que a la señora Cabagueiros se le hayan olvidado pasajes de la vida de este valiente perrito; ella me recalcaba mucho sobre las tantas cosas a contar sobre Machy, sin embargo, consternada y muy ocupada en los últimos tiempos con los padecimientos del mismo, muy probable que hubiese olvidado muchas cosas sobre él. “Machy” había entrado en la vejez, ciego y con dolencias en la boca por el mal estado de su dentadura.

 

A pesar de la ceguera de “Machy”, su prodigioso olfato suplía en parte esa limitación, lo cual le permitía identificar lugares y cercanía a diferentes personas, animales o cosas en esas condiciones que enfermó de cáncer bucal, perdiendo más de un 50% de sus condiciones. Su deterioro crecía por días y, comenzó a padecer de dolores sin apenas quejarse; llegó un momento en que pasaba trabajo para incorporarse y, se negaba a comer los alimentos que con mucho esmero le preparaba la familia.

 

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Los días que antecedieron a su muerte fueron aciagos para la familia Cabagueiros y, si tristes fueron para ellos, pesarosos y difíciles fueron para "Machy"; fue así que uno de esos días, después de pasarse mucho trabajo para que comiese, no quiso comer y se echó, parecía que se echaba para siempre; la señora Cabagueiros no se encontraba en la casa ese día y el señor Carlos esperaba al Veterinario, cargó a “Machy” en sus brazos y lo traslado fuera de la casa para que recibiera el sol de la mañana, este, parado y, mirando al horizonte con su rabo caído, orinó y continuó parado con tanta firmeza que era increíble, como si la muerte tan cercana, fuese la continuidad de su honrosa vida; llevaba varios días que no podía pararse y, en esas circunstancias permanecía parado.

 

Apareció el Veterinario y lo reconoció; el dictamen era desgarrador: - Lo veo muy mal, apenas le pueden quedar 2 horas de vida; no vale la pena inyectarle las vitaminas-

 

El veterinario se marchó y Carlos se acercó a él y lo comenzó a acariciar con lágrimas en los ojos, “Machy” se recostó a Carlos hasta que cayó al piso con falta de aire y se fue durmiendo con los ojos vidriosos y fijos como el que veía el tunel de los que se alejan para siempre. “Machy” se durmió para no despertar nunca más, voló; ellos, los Cabagueiros, no saben a dónde voló, pero a pesar de que voló, ellos lo sienten todos los días muy cerca.

 

El 28 de septiembre del 2023, una mañana soleada, había dejado de existir un integrante de la familia de los Cabagueiros; ellos sintieron como que se les apagaba el sol. Un lindo perrito que, por su originalidad, inteligencia, sentimientos, bondad, valentía, entereza, solidaridad y, cariñoso modo de ser, era considerado como un hijo más.

 

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“Machy” vive y seguirá viviendo no sólo en el corazón de esa familia, sino en el de usted también que recién ha leído esta interesante historia.

 

Yo les digo a todos los que crían animales junto a ellos y también a los que no lo tienen, que la familia Cabagueiros es un ejemplo referente para el comportamiento humano con todos estos animalitos, hay que atenderlos mucho, hay que hablar mucho con ellos, hay que entenderlos, bañarlos, curarlos cuando están enfermos, alimentarlos con la frecuencia y lo que ellos asimilan, cuidarlos, no abusar de ellos, no extenuarlos, de vez en cuando ponerse en su lugar cuando queramos que ejecuten determinados trabajos. Ellos son muy buenos amigos y cuando están bajo nuestras custodias son como nuestras familias. El hecho de que ellos nos quieran expresar algo, y no los entendamos es pura culpa de nosotros, somos nosotros los brutos o faltos de preparación, que no hemos sido capaces de superarnos y aprender, de una vez y por todas, el dialecto de los animales, sus formas de expresión.

 

Les digo más, Cuba será un país culto y, civilizado, cuando se le otorgue una licencia a cada criador de animales que, constituya en sí, una autorización a criarlos y, cuando ésta licencia tenga como requisito fundamental, el entendimiento con ellos y, el respeto a los derechos de los animales. Cuando el Estado posea una fuerte y dedicada institución que se ocupe de ayudar y controlar a fondo a los que posean estas licencias y a los que violen sin licencia.

 

Triste final, pero puede haberles gustado conocer de la vida de este excepcional animalito. Espero que les haya despertado el amor por estos grandes amigos del hombre.

 

                                               FIN.

 

                                             RELATO.

 

¡ KING. EL REY DEL BATEY TRES CLAVELES !

 

POR CARLOS RENÉ CABADILLA DÍAZ.

04 DE OCTUBRE DEL 2001.

 

La familia de Los Cabagueiros recién se establecían en la provincia de Matanzas; ellos no solían tener mascotas en su casa de procedencia, pero el deseo bullía en sus mentes, querían sobre todo tener un perro de clase y al comenzar a trabajar en el balneario de Varadero los vendedores le pasaban por al lado con los perritos de distintas razas, más, no habían decidido si o no compraban alguno; la niña Rosita, pequeñita, sin idea alguna de cual perrito era mejor para la familia, prefería un perrito “chulo” o “sato” como algunas personas le dicen; esta preferencia de la niña, creaba cierta indecisión familiar y, en ocasiones se discutía el tema.

 

El señor René Cabagueiros era de la idea de adquirir un perro grande, fuerte, vigoroso y que, inspirara respeto, con el objetivo de fortalecer la vigilancia de la casa, pero la señora Adriana ponía como obstáculo el hecho de no tener un espacio suficiente para el mismo; ellos se encontraban en un alquiler hasta tanto lograran construir su vivienda; no obstante a ella le simpatizaban los pastores alemanes porque en la casa de sus padres habían criado varios de ellos y resultaban muy inteligentes, útiles y agradecidos.

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Uno de los primeros días del mes de septiembre del año 2000 una amiga del trabajo de la señora Adriana que conocía de los deseos de la familia le dijo que hablaría con su marido para que recogiera dos cachorros de pastores alemanes procedentes de una perreras de la policía en la Provincia de Matanzas, donde habían perros legítimos y muy fieros, de manera que ella se quedaría con uno y el otro se lo habría de dar, pero la señora Adriana no le hizo mucho caso.

 

Alrededor de 15 días después de esta amiga haberle hecho el comentario a la señora Adriana se apareció con la noticia de que ya tenía los dos cachorritos en su casa y que le avisaría cuando podía recogerlo. Cuenta el señor René Cabagueiros que la demora se producía debido a que el esposo de la amiga quería tenerlos un tiempo en su casa para así escoger el cachorrito de mejor desenvolvimiento para ellos, cosa hasta cierto punto aceptable pero no del todo correcta.

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Entonces, ya entrado el mes de agosto de ese año, la amiga le hizo saber que ya lo podía ir a buscar y que, llevase $25.00 dólares que se debían pagar por el mismo. El señor Cabagueiros deseoso por recoger su cachorrito organizó el viaje para Matanzas y allí en la casa de aquellos “amigos”, demoraron más de tres horas, porque aunque increíble, el señor “Jaliscampeon”, sobre nombre que tenía el esposo de la amiga de la señora Adriana , no se había decidido aún por cuál sería el de ellos.

 

Me cuenta la señora Adriana que el señor René Cabagueiros impaciente y obstinado con aquella actitud, agarró uno de los dos cachorritos y se fue a despedir, cuando “Jaliscampeon” se le interpuso y le dio el otro, en una muestra de pura indecisión, recogiendo el que el señor René pretendía llevarse, eso motivo disgusto porque el señor Cabagueiro era un hombre de palabra y muy decidido, sin embargo, se percató que, ante individuos como  éste y, ante situaciones como esa lo mejor era terminar lo antes posible. Al fin se despidieron y, el nuevo inquilino fue llevado al carro propiedad de la familia Cabagueiros.

 

Aquel viaje fue el bautizo de aquel cachorrito, todos incluyendo a la niña querían imponer un nombre al mismo, hasta que el señor René lo miró, lo tocó, lo acarició y lo cargó, diciendole: tú vas a ser un rey, es más, vas a ser el rey del batey “Tres Claveles” pero no te puedo llamar así con el nombre de Rey porque no me gusta como suena y, conversando con su familia y el cachorrito comentó casi de inmediato: ya se, le vamos a llamar “King” que en inglés quiere decir Rey, todos estuvieron de acuerdo.

 

Al llegar a la casa, la niña lo mimaba y le buscaba unos trapitos para que tuviese su casita improvisada; así comenzaría la vida de aquel cachorrito en medio de aquella familia inexperta hasta cierto punto en la crianza de estos animalitos, ya que sólo la señora Adriana conocía algo de ellos.

*LIBRO V-CARRENÉ-LA OTRA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS*

Me contaba “Masca Lengua”, uno de los vecinos de aquél alquiler en que vivía la familia de los Cabagueiros que, el cachorrito crecía por días y que estaba muy juguetón. “Masca Lengua” se habría de hacer persona de confianza de esta familia porque tenían un similar parecer en la evaluación de las cosas, él tenía un dicho permanente a punta de boca que rezaba así: -En tiempo de remolino lo que sube es la basura-, lo decía muy a menudo queriendo expresar por qué habrían ocupado cargos estatales personas de poca capacidad y faltos  de ética y moral.

 

Una de esas veces que “Masca Lengua” me había comentado sobre “King”, recuerdo que me contó que el perrito ya había hecho una de sus primeras “fechorías”, al desplumar una gallina del "Punto Cubano", otro de los vecinos y, habérsela comido; aquello me alarmó porque en realidad no estaba claro si el señor Cabagueiros conocía de este episodio y entonces decidí hablar con él, respondiéndome que había sido cierto y que esto le había producido una infección estomacal que casi lo mató, la diarrea había sido el aviso para buscar lo sucedido hasta encontrar los restos de aquella fatal gallinita; recuerda René que, salieron los dos, su señora y él, para la clínica de “La Siguapa” con aquel cachorrito volado en fiebre y, envuelto en unos trapos y que, cuando llegaron allí, al entrar, habían varias personas con perros enfermos esperando turno para ser consultados por el veterinario, al peguntar el último y sin darse cuenta, “King” casi se les va de los brazos ladrándole a un tremendo perrazo que bien podía ser su padre por tamaño y edad; según René le había indicado, si “King” libraba de aquella indigestión habría de ser un verdadero rey.

 

*LIBRO V-CARRENÉ-LA OTRA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS*

Poco tiempo después estando yo presente,  el señor René y la señora Adriana lo llevaron a una consulta de perros sanos para inscribirlo con un veterinario privado, cuando el veterinario le preguntó a René la raza de perro y el nombre, éste le dijo que era un Pastor alemán y que se llamaba “King”, a lo que el veterinario le respondió que el nombre no estaba mal pero que lo de Pastor alemán lo dudaba porque más bien parecía un “Guarapito Cubano”, ésto por poco ocasiona una riña entre la familia de Los Cabagueiros y el veterinario a lo que se incorporó “King” ladrando desaforadamente como si hubiese entendido la ofensa, pero el veterinario se percató que le había faltado tacto y se disculpó rápidamente aplacándose los ánimos.

 

Para suerte de Los Cabagueiros éste era uno de los mejores veterinarios de la zona y le estuvo atendiendo a “King” durante mucho tiempo.

 

“King” continuaba creciendo y adquiriendo un porte y aspecto increíble, todavía de mediana estatura, orejas paradas y su rabo como el de casi todos los pastores alemanes, era evidente que aún siendo un perro que salía de su temprana edad sin haber alcanzado la pubertad ya anunciaba al batey que sería un can de clase.

*LIBRO V-CARRENÉ-LA OTRA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS*

Al decir de la señora Adriana, “King” después de los sucesos de la gallina, no le estaba dando ningún trabajo, él había aprendido a hacer sus necesidades fuera de la casa en horas de la tarde-noche cuando lo sacaban a dar un paseo, se encontraba en un proceso de aprendizaje en el cual estaba bien adelantado, “Masca Lengua” le había cogido cariño y decía que era un perro limpio y con muchas condiciones, ya que no había quien se moviera en los alrededores en ningún horario, que él no detectase.

 

Al cumplir su primer año ya “King” era un “King” como decía René Cabagueiros, tenía buen tamaño, una cabeza que en materia de belleza perruna sobresalía a los demás de su raza, buen brío al moverse y mucha agilidad, su olfato era muy selectivo y sus orejas no sólo se mantenían paradas sino que le permitían oír el más mínimo ruido; Rosita (la niña) decía que era un encanto de perro y Yanelis (la hija mayor) decía: -mami ese perro es como una persona-; el señor René me confesó que se sentía orgulloso de “King”, por su conducta en general, el consideraba que era un "perrellero" (sinónimo de caballero entre las personas), respetuoso con sus vecinos, manso con los amigos y rebelde con los que atrevidamente invadieran el territorio marcado por él.

*LIBRO V-CARRENÉ-LA OTRA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS*

Poco tiempo después, estando yo presente de nuevo, el señor Cabagueiro y su señora lo llevaron a una consulta de perros sanos para inscribirlo con un veterinario privado, cuando el veterinario le preguntó a René el tipo de perro y el nombre, este le dijo que era un Pastor alemán y que se llamaba “King”, a lo que el veterinario le respondió que el nombre no estaba mal pero que lo de pastor alemán lo dudaba porque más bien parecía un “Guarapito Cubano”, esto por poco ocasiona una riña entre la familia de Los Cabagueiros y el veterinario a lo que se incorporó “King” ladrando desaforadamente como si hubiese entendido la ofensa, pero el veterinario se percató que le había faltado tacto y se disculpó rápidamente aplacándose los ánimos.

 

Para suerte de Los Cabagueiros éste era uno de los mejores veterinarios de la zona y le estuvo atendiendo a “King” durante mucho tiempo.


El señor Cabagueiro solía hacer un cuento de algo que la señora Adriana  había protagonizado hacía dos meses, les cuento:

 

Resulta que había llegado al jardín de la casa un señor que le apodaban “Nené el muengo”, con un porrón para recoger agua ya que allí existía una llave  bajita que siempre permitía recoger agua y existía una tremenda escases de la misma en el batey, pero este señor no había pedido permiso , llenó el porrón y cuando estaba terminando y, se disponía a salir, “King”, empino las orejas, le miró con ojos agresivos y se le acercó y ya pegado a los pies de Nené  le mordió los bajos del pantalón sujetándole e impidiendo que se moviera; cuando este señor se vio inmovilizado comenzó a llamar a la señora Adriana, cuando la misma llegó le dio la orden de soltarle y, fue cuando Nené pudo caminar. Antes de que Nené se fuera, el señor René se presentó y le indicó a Nené que el podía servirse del agua de esa llave, pero que al llegar debia pedir permiso desde lejos porque "King" defendía la propiedad familiar. Nené sólo asintió con la cabeza, había pasado el susto de la vida.

 

Las anécdotas con relación a "King" no tienen fín, porque en su corta y prolífera vida a la vez, ocurrieron cosas muy curiosas. Despues de su primer año, “Jaliscampeon”, aquel que lo hubo de despreciar pensando que el hermano era mejor que él, sin haberse preocupado más de su vida, pasó por el batey a resolver un problema de índole personal y llegó a la casa de Los Cabagueiros a saludar la familia y también a curiosear sobre la vida del perro, pero Los Cabagueiros no se encontraban, estaban de viajes, entonces éste señor pensando que podían estar en el fondo de la casa se asomó al portón de metal del costado de la misma y gritó por la familia, “King” que cumplía a cabalidad con sus funciones, al no conocer la voz salió a “comérselo” ladrando fuerte e impresionantemente a tal punto que la sorpresa inmovilizó a “Jaliscampeon”, y contaba “Cuca Bicicleta” que limpiaba el portal de su casa, que este individuo exclamaba en buen cubano: ¡Coñó esto es una pantera lo que me ha salido!

 

Asustado se retiró y días después se encontró con el señor Cabagueiros contándole como si le saliese del corazón: -hace días estuve por su casa y al asomarme al portón del costado, el perro que usted tiene ahí salió a “comerme”, ¿de dónde usted sacó ese perro?- Le preguntó al señor Cabagueiros” y éste le respondió: -ese perro me lo dio usted, no se acuerda de aquel cachorro que después de tanto escoger usted desechó quedándose con su hermano, ese es el que le salió al portón”, pero aquel tipo no quería creer lo que le estaban diciendo y replicó: -está muy grande y, ladraba fuerte esa es la verdad, nunca imaginé que fuese aquel cachorrito, sólo le haré una observación, en realidad ladraba fuerte pero más finito que el mío-  me contaba el señor Cabagueiros que al oír aquella expresión se sonrió y le respondió: -así que ladra fuerte pero más finito que el tuyo, ahora es que me doy perfecta cuenta del porqué de tu apodo, ja ja ja Jaliscampeon, el que te lo puso se quedó vacío- dice René que salió insultado con lo que le había dicho y cuando se alejaba le gritó: “oye Jaliscampeon sabes cómo se llama, se llama King El rey del Batey, conócelo que es único y un día lo voy a llevar a ver a su hermano”.

“Cuca Bicicleta” una de las vecinas de los Cabagueiros contaba que en más de una ocasión hizo correr a individuos de dudosa procedencia en horas de la noche y que ya se corría por todo el batey las cualidades de este perro, ella también aseveraba que la gente decente y noble le tenían un gran aprecio y muchas veces cuando el salía a dar su vuelta pasaba por la casa de ellos como si fuese a saludarle.

 

Yo recuerdo porque me encontraba esperando cerca de allí el ómnibus que me conduciría a mi casa, que una noche ya avanzada en que parte del batey no tenía fluido eléctrico, serían las 23:40hs, a menos de 100 metros de la casa de Los Cabagueiros, al lado de un poste de sujeción de la línea eléctrica había un hombre tirado en el piso que parecía estar muerto, “King” había salido del patio de su casa autorizado para hacer sus necesidades y al llegar allí olfateó aquel hombre, le dio la vuelta con las patas y el hocico y lo volvió a olfatear, miró alrededor y al verme se me acercó y me mordió suave los bajos del pantalón y comenzó a tirar para que yo lo siguiese, cuando se percató que lo acompañaría me soltó y salió delante llevándome hasta donde el hombre aquel, cuando lo vi pensé que estaba muerto y me dirigí a un teléfono cercano y llame a la policía.

 

Pasados 20 minutos llegaba la policía al lugar, resultó que aquel individuo estaba muy embriagado con bebidas alcohólicas, tan borracho que no tenía conocimiento, lo recogieron y se lo llevaron para la comisaria y al día siguiente me enteré que era un prófugo de la justicia de las provincias orientales que andaban buscando. Al enterarme de quien había sido aquel individuo que había descubierto “King”, pensé que la policía debía haberle condecorado por tan destacado servicio.

 

Ya pasados dos años, “El rey del Batey”, se había convertido en un galán y casi todas las perras de allí tenían que ver con él, comenzaron las visitas a las cercanías de la casa y los romances, a decir verdad, el como perro era un caballero pero no lo dejaban tranquilo, y a pesar de la coquetería de muchas de aquellas perras que venían inclusive de casas de familias muy decentes del batey, él supo mantener el control.

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Todos coinciden en afirmar que sólo una vez lo vieron muy triste, fue cuando un individuo vino a ver al señor Cabagueiros para que su perra tuviese relaciones sexuales con “King”, debido a que su esposa decía que quería que su perra tuviese hijos con él; me han contado muchas personas que conocieron del hecho que el señor Cabagueiros le dijo al individuo que primero habría que ver si a “King” le gustaba la perra y después uno de los hijos que tuviese tendría que vivir con su padre y a los demás habría que darle acceso para que aunque tan sólo fuese los visitase de vez en cuando, cuentan que aquel hombre sin alma y sin sentimientos se hubo de comprometer a cumplir con estas condiciones y que nunca más lo vieron.

 

Sobre el acto sexual, no les voy a detallar, sólo les diré que aquello fue una luna de miel con toda la pasion de dos enamorados.

 

Las cosas no resultaron como se habían pactado. Como resultado de aquella falta en la palabra de aquel individuo, “King” nunca conoció a sus hijos y esto le afectó grandemente al señor René, a tal punto que nunca más aceptó convenios de este tipo. Es conocido que tuvo sus hijos cerca de su casa con algunas de aquellas perras que le coqueteaban, pero supo mantener la discreción y el respeto.

 

Los años no pasan por gusto y “King” se fue poniendo viejo y también supo comportarse a la altura de un perro anciano, se mostraba muy respetuoso tanto con la familia como con los vecinos y muy dado a darle "consejos" a los demás perros del barrio los que siempre pasaban a verlo, a "consultarlo", a "pedirle ideas", etc, su vejez fue tan prolifera como el resto de su vida, y como decía “Pepe el Brujo”: -viejo, así y todo, no había quien se le acercara en son de guerra-.

 

Un día la familia lo notó con poco ánimo y lo examinó acorde a sus posibilidades, notándole que estaba enfermo y que debían llevarle al veterinario y, así lo hicieron, al día siguiente, lo llevaron a aquel veterinario que le había recibido cuando cachorrito, cuando lo vio y lo examinó, puso la cara amarrada y le manifestó al señor Cabagueiros que un cáncer lo estaba invadiendo y que no tenía solución para él, que ya “King” tenía 12 años y que muchos de ellos adquirían esa enfermedad, recomendó darle una vida tranquila y de muchos cuidados para que durase un máximo de tiempo pero a la vez le explicó que a lo máximo duraría 6 meses más.

 

Habían pasado más de 6 meses cuando su salud comenzó a declinar de forma rápida y encontrándose muy enfermo Los Cabagueiros habían traído a un perrito sato llamado “Machy” que comenzaría poco a poco a compensar aquella tristeza.

 

Fue así que un día tras otro conviviendo con los dos perros, “King” había amanecido muy mal, y hubo de recogerse, él mismo, al costado de nuestra casa, en una nave de techo alto de un vecino, allí yacía echado, cabecicaído, con los ojos vidriosos, como el que no espera ya, nada más de la vida, prefería pasar sus últimos momentos sólo, para poder hacer un recuento de su fructífera vida; de su estoicismo, de su seriedad, de su gallardía, de haber sido un perro de palabra, de aquellas largas noches de intenso frio o de insoportable calor en que hacía sus guardias, de sus recorridos por el vecindario para ver cómo estaban sus "compaperros", y también sus vecinos que lo saludaban satisfechos de la labor de vigilancia que desempeñaba día tras día, de sus mejores comidas, aquellos 31 de diciembre, o aquellas fiestas que amenizaba Yanelis, la otra hija de Los Cabagueiros, de sus combates con los perros intrusos que se acercaban a su condominio, de cuando él se paraba como un legítimo pastor y paraba sus orejas y le infundía respeto al más guapo de los seres humanos, el recordaría que todos comentaban que nadie pero nadie se atrevía a violar el domicilio.

 

Sin embargo hay cosas que también en esos difíciles y finales momentos debió haber estado recordando y me refiero a aquellos amoríos perrunos, de la perrita salchicha del "Engrifao" que siempre lo estaba buscando, de la pastora de los Martinez que vivía locamente enamorada del, pero que le había puesto como condición casarse primero antes de dejarse montar, de aquella perra que había hecho que su dueño la llevara ante él, porque sencillamente quería tener un romance  y lo tuvo, y de sus hijos con esa perra que nunca conoció porque el destino le jugó una mala pasada, de aquella perrita sata de una vecina que al menor descuido entraba por el callejón de la casa y se revolcaba en el piso con él, de todas aquellas perras que cuando lo veían lo miraban con el rabo del ojo porque algo que nadie podía negar era que él había sido un buen tipo, un perro culto, bonitillo, y de buena pose.

 

Tal vez en los últimos tiempos se sintiera un perro orgulloso, y sobre todo satisfecho del deber cumplido. Por su cabeza seguro se agolpaban uno tras otros los recuerdos de todo su intenso perregrinar vivido en sus mejores tiempos, solía ser callado pero muy agradecido, por otra parte probablemente se  sintiera sin  fuerzas ya para agradecer a su principal amiga ( Adriana Cabagueiro ) por todo el cuidado,  el amor y la paciencia con que lo había criado, su último pensamiento sería dedicado a ella, él lo daba a entender así; en general consideraba que Rosita y el señor René Cabagueiros lo habían querido pero que no habían sido lo suficientemente cariñosos con él como la señora Adriana, sin embargo el guardaba en su corazón de perro sensible un recuerdo para todos.

 

Los Cabagueiros entristecidos sabían que su momento final se acercaba pero a decir verdad era la señora Adriana la que más lo sentía. Murió cerca del mediodía, si algo tenemos que decir es que su nobleza, y su sentido del deber perruno serían inalcanzables.

 

Serían interminables e impensables  las anécdotas que de la vida de “King” se pudiesen sacar, su historia fue el producto de una intensa ejecutoria en todos los sentidos.

 

Habría que decir que se nos había ido uno de los más íntegros perros que vida humana haya conocido.

 

LOS PERIQUITOS AUSTRALIANOS Y LOS CABAGUEIROS. UNA FIEL HISTORIA SIN ADAPTACIONES.

POR CARLOS R. CABADILLA DIAZ.

Desde muy joven el señor Carlos Cabagueiros sentía afición por la cría de los periquitos australianos, después de terminar sus estudios, ya trabajando, intento comenzar, había comprado algunas supuestas parejas y dos jaulas, pero quien se las había vendido resultaba ser un estafador ya que dichas parejas no eran hembras y machos sino hembras todas, además de esta situación, me contaba Carlos, que no disponía ni de tiempo ni de espacio para esta dedicación, lo que lo obligo a abandonarla.

El tiempo habría de transcurrir de una manera fugaz aunque los años le dejarían muchas huellas en su intensa vida; para agosto del 2010 establecidos ya en el Batey “Tres Claveles”, los negocios de la familia de los Cabagueiros no estaban del todo bien y lo peor estaba en lo incierto del futuro de los mismos, sus posibilidades no eran asfixiantes, ellos gozaban aun de determinada holgura no obstante el señor Carlos Cabagueiros siempre estaba pensando con ventaja de tiempo, es decir se proyectaba al futuro modelando la situación que se pudiese avecinar.

Buscando y buscando otras puertas de salida en materia de negocios, pensó en muchas posibilidades que hipotéticamente le pudiesen permitir en caso de tener problemas con su trabajo actual, una salida de escape. Me cuenta el señor Carlos que por su cabeza habían pasado muchas ideas, muchas de las cuales pudieran haber sido estupendas pero la falta de dinero para emprenderlas le resultaba un obstáculo infranqueable.

Un día de finales del mes de octubre de ese propio año lo llamo por teléfono un amigo de La Habana para invitarlo a incorporarse a la Asociación Ornitológica de Cuba, de manera que lo que le estaba proponiendo era iniciarse en la crianza de una de las especies de aves que viven en cautiverio para así garantizar su reproducción y el acopio de las mismas a dicha organización mediante un pago, a decir verdad este amigo “estaba echando la ranita al agua”, el señor Carlos se percató que este podía ser un negocio auxiliar, mas, traería junto el disfrute de uno de sus entretenimientos de antaño.

A partir del mes de noviembre de ese año comenzó el señor Carlos a explorar este tipo de afición, a través de varios amigos que conocían a los mejores criadores de la región de Cárdenas-Matanzas-Varadero y otros de Jagüey Grande y Jovellanos, comenzó a visitar los aviarios de estas personas, a conocer las distintas especies de aves que criaban y a conocer también a estas personas que en muchos de los casos no le entregaban la verdad de los misterios de su forma de criarlas.

Paso’ el mes de noviembre, diciembre, llego el año 2011, enero de ese año, febrero y ya el señor Carlos se había hecho una idea de este tipo de trabajo afectivo, había recorrido muchos aviarios, conversado con muchos criadores, había visto muchos tipos de aves, los Rosacolis, los Personatas, Los fishelys, Los Cacatillos, Los Lady Gold, Las Cebritas, Los Canarios, y Los Periquitos Australianos, y había sido capaz de darse cuenta cuales eran más fáciles de criar, cuales eran más reproductivas, cuales eran más fáciles de alimentar y cuales eran más resistentes al clima, a los insectos, a las enfermedades, y a los descuidos de los criadores, y por supuesto cuales se pagaban mejor, pero no solo eso, también se había dado cuenta de quienes le habían mentido porque si algo había ganado en su vida el señor Cabagueiros era su facilidad para saber cuándo una persona le estaba mintiendo.

Quedaban algunas cosas por definir que tenían que ver con su familia y con el local que dispondría para el aviario, así como el presupuesto para la habilitación del local, las jaulas y accesorios; nos contaba al cabo del tiempo la señora Alina Cabagueiros que paralelamente al trabajo de exploración que el señor Carlos estuvo haciendo, llevaba a cabo un trabajo de proselitismo con ella y Charito para que aceptasen esta cría que como todos supondrán era todo nueva para ellos, y en esto existieron dificultades para llegar a un consenso, hasta que por vencimiento me cuenta Alina, cedió a la idea del señor Carlos, Charito no se oponía aunque no sabía la complicación que esto traería.

   Con la venia de la señora Alina, y conociendo ya Carlos que las mejores especies para criar estaba entre Los Canarios y Los Periquitos Australianos, debía tomar la decisión y escoger una de las dos para comenzar; este señor acostumbrado a tomar grandes decisiones se sentó en su mesa de escritorio y como quien está concentrado meditando, lejos de todo lo demás, pensaba los pro y los contras, hasta que decidió por Los Periquitos Australianos.

   Así se lo hizo saber a la señora Alina que, aunque algo contrariada estaba indecisa porque en el fondo le gustaban esas cosas lo que no quería era comprometerse a asumir esa responsabilidad. Ella decía que a partir de que se tuviesen esas aves tendríamos que ser guardianes permanente de ellas y al alejarnos por tiempo de nuestra casa habría que dejar a su cargo una persona muy responsable para la atención de los mismos, y así fue.

   El Periquito común, Periquito Australiano, Cotorrita Australiana o Cata Australiana (Melopsittacus undulatus) es una especie de ave psitaciforme de la familia Psittaculidae. Es el único miembro del género Melopsittacus. Es endémico de Australia y ocupan la totalidad del interior del continente australiano.

   Generalmente se encuentra en pequeñas bandadas, aunque en variados casos pueden formar grandes bandadas cuando las condiciones son favorables. Se desplaza de forma nómada en busca de comida y agua, las sequías los pueden conducir a las regiones costeras o más arboladas. Se alimentan de semillas de la hierba, especialmente de las del género Triodia, y a veces hacen incursiones en los cultivos de cereales. La vida en bandadas les facilita la existencia porque les ayuda a defenderse de los depredadores.

    Este mide una media de 18 cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa alrededor de 35 g. Posee el pico muy curvado hacia abajo de color gris verdoso, y patas grises azuladas zigodáctilas con dos dedos hacia delante y dos hacia atrás, que les facilita trepar.

   En su hábitat natural son considerablemente más pequeños que los que se encuentran en cautividad. Además los criadores han conseguido un abanico de colores en su plumaje tales como: (píos, blanco, azul, gris, gris-azul, amarillo, amarillo-azul, violeta, etc.)

   Han sido introducidos en otras regiones del mundo por ser muy común su uso como mascota. Es el ave de jaula más popular del mundo, y como animal de compañía solo es superado en número por los perros y los gatos.

   Son fáciles de domesticar, y pueden ser adiestrados para dejarse tocar y jugar con la gente. Son casi tan inteligentes como muchos loros grandes, y prosperan con el estímulo de juguetes e interacción social y congéneres. Les gusta picotear, sobre todo para el periquito hembra. Un poco de material para picar siempre debe estar a mano, como una rama con la corteza o las piedras de calcio que ayudan a guardar sus picos filosos y siempre sanos.

   En cautiverio, viven un promedio entre 7-14 años. La duración de su vida varía según el tipo del periquito australiano (los periquitos ingleses no viven tanto como sus primos en Australia y América), sus vidas dependen mucho de los ejercicios y dieta, como pueden ver en este aspecto son como las personas.

   Su reproducción es rápida y sistemática y cuando son bien atendidos se les puede coger a cada pareja hasta 6 buenas sacas, aunque algunos criadores prefieren solo obtener cuatro sacas de cada pareja.

   Conociendo el señor Carlos estas características, el problema ahora comenzaba en buscar a cuales criadores comprarle los pies de crías que serían la génesis de la cría de Los Cabagueiros, increíblemente en el que menos pensó el señor Carlos seria quien lo llevaría  a la casa de uno de los mejores criadores de Periquitos Australianos del asentamiento “Guasimal” muy cercano a “Tres Claveles”, me refiero a  “Masca Lengua”.

   El conocía de todo lo que se desarrollaba en los alrededores y conocía un poco de todas estas cosas, era como “Un todo en Uno”, pero lo mejor que tenía era su bondad y su espíritu de ayuda para con los demás, “El Masca” era conocido por todos en “Tres Claveles” y en toda esa región por ser una persona solidaria, bondadosa, sentimental, honrada, honesta y por encima de todas las cosas amigo de sus amigos y hombre de ley, cuando “Masca Lengua” se comprometía con algo decía al receptor del compromiso: “Mi palabra es una escritura”; bueno, él no sabía escribir bien pero indudablemente que su palabra era una escritura aunque con muchas faltas de ortografía y coherencia.

   Cuando “Masca Lengua” se enteró de que el señor Carlos Cabagueiros buscaba a los mejores criadores de Periquitos Australianos, llego riéndose hasta donde estaba él y le dijo: “vamos que te voy a llevar ahora mismo a la casa de Periquín García, ese es un hombre de ley igual que yo, él no te va a jugar sucio, te lo aseguro”. Me cuenta “El Masca” que el señor Carlos salió en su bicicleta detrás de él que se movía despacio en una moto de poco cilindraje y que a los 15 minutos estaban en la casa de Periquín García.

   Al llegar, Periquín García se encontraba haciendo el aviario, esto quiere decir atendiendo a sus aves, limpiando, sirviendo la comida, anillando los críos etc, este saludo e invito a ambos a subir por una escalera maltrecha al techo de la casa donde tenía el aviario, “Masca Lengua” le presento al señor Cabagueiros y le explico el porqué de su visita, después Carlos converso más detenidamente con él; el señor Periquín le hizo saber que era necesario que se incorporara a la asociación ornitológica y le indico quien era el presidente de la misma en el municipio para que fuese a buscar una planilla donde debía reflejar algunos datos entre los que aparecerían los avales de tres de los criadores con más de tres años y se comprometió con él a buscarle los avales de estos criadores y a darle cuatro pies de crías, es decir cuatro parejas; en un ambiente de cordialidad se despidieron y de la misma forma que se habían trasladado a la casa de Periquín, el señor Carlos y “El Masca”, regresaron a sus casas.

   Al llegar a la casa el señor Cabagueiros invito a un café a “Masca Lengua” para darle las gracias y allí este último le explico que los mejores pies de crías de toda la comarca los tenia Periquín, que era un criador viejo y conocedor de todos los pormenores de estas aves y que en él tendría una buena asesoría.

   La señora Alina me ponía en conocimiento de lo que había ocurrido al siguiente día, ella me decía que el señor Carlos había salido en su bicicleta para casa del presidente de la asociación, había recogido la planilla y a la vez  comprado dos jaulas con nidos, trasladándolas para la casa de Periquín donde entregaba la planilla para la búsqueda de los avales, y le compraba dos parejas, introduciéndolas en las jaulas y trayéndolas para la casa; estas aves tenían más de 6 meses de nacidas lo que indicaban que estaban listas para la reproducción. Allí en la casa de los Cabagueiros, en el lugar destinado para el aviario coloco el señor Carlos sus primeros cuatro pericos.

   Comenzaba así la verdadera historia de las peripecias de los pericos y Los Cabagueiros, el señor Carlos andaba rápido  para fomentar la cría y resolver todos los problemas que se pudiesen presentar en relación con la asociación ornitológica, compro seis jaulas más con sus respectivos nidos, le compro a Periquín seis parejas más de distintos colores y las ubico en su aviario, aquellos pericos eran de una belleza sin par, sus colores eran un arcoíris de tonalidades que únicamente las combinaciones genéticas eran capaz de crear, colores perfectamente combinados que los seres humanos no hubiesen podido imaginar; el señor Cabagueiros quería cambiar una de las parejas que tenían macho y hembra color gris y Periquín lo miro y le dijo esa es una de mis mejores parejas que te la di para que le cogieras varias sacas de periquitos blancos como un coco porque la genética dice que ellos dan ese color y yo les he cogido ya dos sacas blancas. Esto que les cuento no es de referencias, tuve el privilegio de estar presente cuando todo sucedía, ayudándolo, el señor Cabagueiros me lo había pedido.

   Enterado “El Engrifao”, se persono a ver aquel embrión de aviario del señor Cabagueiros, todo estaba en vilo, el imagino que aquello demoraría en ser un aviario de esos como dios manda, pero que lejos estaba de la realidad, pocos habrían de comprender ese espíritu emprendedor, perfeccionista y huracanado de mi amigo el señor Carlos Cabagueiros, su energía positiva y creadora, así como su ímpetu para acometer las cosas, aseguraría que a la vuelta de un mes y medio hubiesen huevos en tres de los nidos de las ocho parejas y que dos meses más tarde de haber comenzado con los arreglos y las medidas de seguridad, el aviario fuere el segundo de los mejores de la comarca siendo solo superado por el de su maestro y guía Periquín García.

   Periquín García se había comportado de forma excelente con nuestro amigo, lo había ayudado en todo, le había facilitado comida para los primeros diez días y le había vendido a precios bien bajos los pies de crías, dándole orientaciones de como tener en las mejores condiciones el aviario, los cuidados y protección de las ratas, los majaes, los gatos, etc. Yo soy de los que piensa que las personas de buenos sentimientos como el señor Carlos Cabagueiros siempre son socorridas por personas buenas también como Periquín García, la vida también me lo ha enseñado.

   Un día temprano en la mañana llegaron los servicios veterinarios solicitados por el propio Carlos para revisar el estado higiénico de su aviario, este les mando a pasar y lo revisaron todo dejándole solo algunas recomendaciones de poca importancia, ellos consideraron que su estado higiénico era excelente y solo le indicaron algunos productos para las hormigas bravas debido a que estas le podían hacer daño a los pichones, de manera que le fue entregada la licencia que autorizaba su funcionamiento para los primeros seis meses.

   Poco tiempo después comenzaron a llegar los vecinos más allegados porque la curiosidad los mataba y necesitaban ver lo que estaba haciendo ahora esta familia con los animalitos, horas más tarde ya el batey “Tres Claveles” estaba enterado de que Los Cabagueiros tenían una cría de Periquitos Australianos.

   La familia de Los Cabagueiros estaba entusiasmada con la cría, la señora Alina me contaba que cuando vio los primeros huevitos aquello le transformaría la forma de pensar, varias semanas más adelante todos, hasta los vecinos esperaban la saca que es como se le dice en los términos de los criadores cuando los pichones salen de los cascarones de los huevos, “Isabel la Revolca’” era una de las más curiosas, ¡Qué manera de preocuparse por la saca esta mujer! Y un domingo al atardecer comenzaron a sacar dos de las parejas, aquellos pichoncitos suscitaron la alegría de todos porque estaban viendo como comenzaban a madurar los frutos de aquel esfuerzo; lindos vigorosos, chillones, ahora la nueva tarea debía ser mejorarle y cambiarle la comida a las que tenían las sacas para intensificar la alimentación a los nuevos críos.

   Había comenzado el ciclo de reproducción como un espiral, ya no se detendría, puesta de huevos, saca, anillado de los pichones, alimentación intensiva, emplumamiento, y crecimiento de los mismos para al cabo de varios meses acopiarlos o emparejarlos (matrimoniarlos) y continuar progresando en la cría. Le quedaba al señor Carlos Cabagueiros visitar a los criadores más lejanos para intercambiar los pies de crías para mejorar genéticamente y estudiar las combinaciones de colores para buscar lo que se quería, así lo fue haciendo; me cuenta “Pupi Coca cola” uno de los viejos amigos del señor Carlos Cabagueiros que vivía en Jagüey Grande al cual tuve el honor de conocer, que Carlos había viajado la provincia completa buscando pies de crías de distintas procedencias, que también había llegado al mejor de los fabricantes de jaulas metálicas para estas crías que vivía en Jovellanos y que él le había recomendado, al cual le habría de comprar una alta cifra de jaulas y jaulones de vuelo para lograr tener un excelente aviario; todo marchaba a “pedir de boca”.

   Refiere “Pupi Coca Cola” que estando en Jagüey Grande, Carlos se había encontrado a “Marianito Peste a Polvo”, hacía mucho tiempo que no se veían pero la alegría fue inmensa, recordaron los viejos tiempos y las aventuras de ambos, sus encuentros en La Habana cuando muchachos, sus guajiradas, etc, etc, ese día en la casa de “Peste a Polvo” había una gran fiesta de recibimiento porque él era marino mercante y recién había llegado de un viaje que demoro un año, cuenta que allí tomaron, comieron y conversaron mucho, “Peste a Polvo” muy cómico como siempre y entre risas y pensamientos nostálgicos, trataron el tema de la cría de Carlos; “Peste a Polvo” no quería creerlo y le decía “mira para lo que hemos quedado, para criar pajaritos”, pero dentro de los chistes y los tragos, le comento a Carlos que en Brasil habían muchos criadores que él conocía con especies muy cotizadas de pericos más estéticos y de iguales colores, y que cuando el diera el próximo viaje allí le iba a conseguir tres o cuatro pies de crías para traérselos; sin embargo Carlos no lo creyó, lo vio imposible y en la letra de lo que se dice al son de los tragos que no es más que la expresión del clímax de los deseos pero limpios sin contemplar el coeficiente de la realidad llena de obstáculos e inconvenientes, y se despidieron en un ambiente de camaradería, yo diría, o mejor diría “Pupi Coca Cola”, en un ambiente de hermandad.

   Durante todo este tiempo me contaba el propio Carlos que increíblemente la señora Alina que tanto había protestado en un inicio por esta nueva iniciativa, se había convertido en la más preocupada de la familia en cuanto a estar al tanto de las sacas y los anillados de los pichones; el proceso de anillado es delicado y el señor Carlos tenía miedo muchas veces de estropearle las paticas a los pichones por lo que la señora Alina llego a ser la encargada de esta tarea.

   Habían transcurrido tres meses de haber comenzado la crianza y ya lo habían citado para una reunión en la sede de la Organización Ornitológica de Cuba en el municipio, él no era aún miembro efectivo de esta organización, su expediente estaba en proceso; me cuenta Periquín García que era íntimo amigo del Presidente de la organización en el municipio, que el señor Carlos asistió y que uno de los puntos del orden del día de la reunión había sido entregarle a los nuevos miembros su carnet y la planilla que los acreditaba, dice Periquín que Carlos estaba impaciente porque habían nombrado a cinco compañeros y a él no, hasta que culminando la reunión el presidente le pregunta: ¿Yo no lo mencione a usted? A lo que Carlos le responde que no, pero inmediatamente el presidente le dice que había sido una jarana, que él también era miembro de dicha organización y acto seguido le hizo entrega del carnet y planilla.

   Un año después de comenzada la cría, esta era un orgullo de la familia, pero a decir verdad, ni un centavo les había entrado, y no hablo de ganancia, hablo de recuperación de lo invertido para armar todo “ese muñeco”, al señor Carlos le daba pena en materia de negocios hablar de ese tema, por otro lado la señora Alina había sido inquisitiva con él en esto, varias veces le había preguntado si el llevaba las cuentas de lo que se había invertido y lo que se había recogido, para lo que Carlos siempre daba una evasiva porque él sabía que hasta ese momento todo era perdida pero en el fondo disfrutaba lo que estaba haciendo, creo que estaría pensando algo así como que “para un gustazo un trancazo”.

   Un domingo temprano en que la familia Cabagueiros descansaba aún se persono en su casa Periquín García, este era criador también de palomas e iba para una competencia de palomas mensajeras, por eso se habría de levantar temprano, pidió disculpas a la familia y les dijo: “no tenía otro horario para pasar por aquí que no fuese este, me vi en el deber de decirle a Carlos que el criador más famoso de Cuba en la especie de Periquitos Australianos esta hospedado en Las Cabañas de “Tres Claveles”, esas que están ahí cerca de ustedes, él es de apellido Valdivia y sería bueno que ustedes hiciesen contacto con él para que los visitara y les diera su opinión sobre la cría, además el siempre trae periquitos de su cría para vender y son muy buenos. El señor Carlos le pregunto qué por qué motivo estaba en esas cabañas, a lo que Periquín le contesto que todos los años se hacían por la Organización Ornitológica de Cuba competencias nacionales de criadores de distintas especies y que este año la cede seria Matanzas, por lo que se había escogido para la estancia de los criadores este lugar, se despidió, la familia se incorporó al domingo y se alistaron para hacer dicho contacto.

   Ese domingo no dieron con el tal Valdivia, este aparecería el lunes, el señor Carlos se habría de presentar en Las Cabañas donde preguntaría por él, el custodio de la puerta de entrada le fue a avisar y este señor, me refiero a Valdivia, salió a ver quién lo buscaba, me cuenta Carlos que se presentó ante él, le dio la mano y le explico todo lo referente a su cría, donde vivía, invitándolo a su casa, pero que este señor era algo hosco, además de ser extremadamente orgulloso al punto de ser desagradable y que le había dicho algo así como que no era seguro que pudiese ir a su casa porque él no iba a cualquier casa desconocida a valorar los aviarios ya que esto era un trabajo que no hacía de gratis.

   Carlos al ver cómo era esta persona se despidió del y sin el menor interés ya, de que lo visitara regreso a su casa, pero tarde casi de noche estaba Valdivia en la puerta de su casa para avisarle que al día siguiente estaría bien temprano en su aviario ya que tenía que salir sobre las 08:30hs para la competencia en Matanzas; al día siguiente Carlos se incorporó bien temprano y comenzó a hacer el aviario, la señora Alina lo ayudo en cuanto a limpieza y revisión, una hora después estaba el señor Valdivia tocando a la puerta, Alina le dijo a su esposo, a tras luz me parece que es el gran campeón, abrió la puerta y le mandaron a pasar, le recibieron con un buen café en el comedor, hablaron poco y este paso al aviario. Cuenta la señora Alina que este cual Sherlock Holmes observaba todo sin comentar ni preguntar, tocaba con sus dedos los alimentos, miraba bien el agua, se paraba detrás de las colas de los periquitos para mirar bien sus cloacas, peritaba la limpieza de las jaulas, del piso y las paredes y 20 minutos más tarde salía del aviario, ya en la terraza les hizo varias preguntas a los Cabagueiros sobre el tipo de alimentación, las vitaminas del agua, el trato con las parejas y pichones y otras particularidades; aun no había dado su parecer.

   Entraron de nuevo al comedor y se le brindo de nuevo café, él lo acepto, era cafetero por excelencia y el café de los Cabagueiros poseía buena calidad, cuando tomo el ultimo buche de café, los miro y les dijo: Su aviario está más higiénico que el mío, pero sus periquitos no sirven para nada, ahora mismo los pueden votar todos si desean, esos periquitos cabeza de puntillas que ustedes crían no sirven, además la alimentación no es buena, ellos deben comer más bien comidas secas, la mayor parte de la comida que ustedes le dan es para las crías nuevas; el señor Carlos y la señora Alina lo miraron como que no podían responderle, y él se dio perfecta cuenta, entonces le dijo: “yo soy tan feo como tan franco y cada vez que veo esos tipos de periquitos que genéticamente van degenerando se lo digo a los criadores”.

   Refiere Alina que el momento era muy tenso, el señor Carlos le dijo: “bueno pero yo quisiera saber si son únicamente mis periquitos los que no sirven o es que este tipo de periquitos “Cabeza de puntilla” que usted dice lo tienen la mayoría de los criadores”, Valdivia le respondió que sí que efectivamente este tipo de periquitos que el tenia eran los que más abundaban, que él estaba cansado de decirle a los dirigentes de la asociación que debían mejorar los pies de crías y no lo hacían; Alina me continuo comentando que a su esposo le pasaban muchas ideas por la mente de manera que tenia deseos de darle la respuesta merecida pero que lo que tenía Valdivia de falta de tacto y grosero le sobraba a su esposo en decencia y educación, que de momento hizo silencio y espero que este señor pidiese la retirada para continuar camino, cuando Valdivia exclamo que le había cogido algo tarde, se despidieron en un ambiente indeseado.

   Unos días después el propio señor Carlos todavía algo angustiado por aquella evaluación de este señor sobre sus periquitos, me comentaba que en este mundo había gente para todo, recuerdo que sus palabras eran algo así como: “personas como estas que un día hicieron bien las cosas y después recibieron todo el privilegio que debieron haber compartido con los demás, sufren un daño irreparable en sus conciencias y se conducen posteriormente de esa manera; solo hay que tener en cuenta que el a partir de haber salido campeón nacional con esos mismos periquitos “Cabeza de Puntilla” que el menciona, fue autorizado y financiado por la Organización Ornitológica de Cuba a viajar y comercializar en otros países”.

   Carlos me decía que este señor de visita en Brasil conoció allí a varios criadores que tenían especies superiores genéticamente, a los que le compraría varios de estos ejemplares a muy buen precio, continuaba dando su juicio sobre el asunto y formula esta caracterización: “es un tipo déspota, desconsiderado y burlón, pero muy habilidoso, me comentaron otros competidores que lo conocen de años que allá en Brasil compraba machos y hembras con defectos físicos por accidentes, que habían perdido una patica o tenían dañadas un ala, etc, pero que estaban completamente aptas para la reproducción, lo que le garantizaría pagarlas a muy bajo precio, luego las traía a Cuba y continuaba su reproducción obteniendo ya ejemplares sanos y completos de buenas características por lo que pudo conformar una cría con una raza superior a los demás criadores”.

   Carlos me explicaba que hasta en racista se había convertido con sus expresiones, como si no le importase que la mayoría de los cubanos criadores no tuvieran esas posibilidades y que esos periquitos más comunes merecían respeto también. En su análisis Carlos me apuntaba a que el único culpable no era el, sino que buena parte de la culpa la tenía la organización nacional de Ornitología, debido a que lo premiaba por tener especies muy superiores a las que existían en Cuba, en vez de comprar centralizadamente algunos pies de crías a estos criadores extranjeros y haberlos reproducido en nuestro país para dárselos después por igual a los demás criadores, y en esto tenía mucha razón, pero así estaban casi todas las cosas.

   Después de esta visita el señor Carlos se había dado cuenta que no todo el resultado de aquella “dichosa” visita había sido despreciable, que Valdivia había dejado algunas recomendaciones para el mejor cuidado a las que ellos debían prestar atención, y así comenzaron a mejorar aún más. Hay algo que yo debo destacar y es que siempre el señor Carlos me afirmaba en conversaciones conmigo que siempre en la vida se sacaban hasta de las cosas más malas algún provecho, y este fue uno de los casos.

   Al fin Periquín había avisado a Carlos para que se presentara dentro de tres días en un acopio, esto quería decir que él debía seleccionar los periquitos que iría a acopiar, prepararlos y llevarlos a revisión de los encargados de esta tarea por parte de la dirección provincial, ellos venían en un ómnibus con una persona de experiencia y un veterinario; a Carlos le quedaría por el momento hacer una selección rigurosa de manera que no perdiera sus buenos pericos pero que los elegidos cumplieran las reglas para poder ser acopiados. El acopio no solo garantizaba la ganancia de dinero sino que ponía al criador ante la organización como idóneo para la misma, era como que ganaba prestigio como criador prolífico.

   Llego el día del acopio y el señor Carlos me invito a participar para que lo ayudase, allá llevamos los periquitos seleccionados, temprano, en jaula grande, en correcto estado higiénico, pero los acopiadores demoraron y aquellos periquitos comenzaron a alborotarse y a hacer sus necesidades de manera que se ensuciaban el plumaje y algunos que no andaban bien del sistema digestivo, hacían la caca algo liquida, entonces pasadas las tres horas aparecieron los acopiadores; cuando le tocó el turno a Carlos, el que venía al frente del acopio le pregunto que si el había acopiado alguna vez, a lo que Carlos le respondió que no que era la primera vez, entonces le examino los periquitos y de 43 que llevaba le acepto 32, dejándole 11 sin acopiar, ellos le explicaron que 7 de los no aceptados eran por ser demasiado nuevos y los otros cuatro por demasiado viejos, entonces regresamos a la casa de Los Cabagueiros y el devolvió a las jaulas los periquitos rechazados. El dinero vendría después sobre los tres meses, así son las cosas de mi país.

   Más tarde Periquín García le habría de explicar a Carlos que para acopiar se utilizaban jaulas pequeñas, sin posaderos para que el revisador no pudiese ver bien al detalle, así mismo dicha jaula debe ir sin bandeja en el piso para que no puedan ver la caca de las aves; trucos de los criadores contra los extremistas que realizan el acopio.

   Los periquitos nuevos rechazados, fueron utilizados por Carlos para conformar nuevas parejas, aumento la cantidad de parejas, tres parejas más, ya tenía 11 parejas; dentro de los pichones que ya habían emplumado estaban los de dos de las parejas grises que salieron blancos, y uno de ellos era blanquito como un coquito y muy dócil, esto llamo la atención de Charito la que le pidió permiso a su padre para entrenarlo, dándole el la autorización; todos los días entraba Charito al aviario temprano en la mañana en lo que el señor Carlos hacia el mismo, y conversaba con el pichoncito, lo tocaba, le daba de comer en el dedo, todo por fuera de la jaula, él se posaba verticalmente en la pared de la jaula y allí jugaba con Charito. Pasaron tres meses de nacido dicho pichón y el señor Carlos como un experimentado criador determino que era hembra por el color que tenía en el morro del piquito, entonces Charito le puso el nombre de “Coquita”, ya que era blanquita como un coquito, sin una sola manchita de otro color en su plumaje.

   “Coquita” iba siempre en busca de Charito, cuando ella entraba al aviario siempre le traía algún tipo de comida seca que le gustara y un poquito de miel de abejas en el dedo, saboreaba dicha miel y luego comía los granos que casi siempre eran avena con millo y alpiste. Ya el señor Carlos le había dado permiso a Charito para que con mucho cuidado metiera la mano dentro de la jaula y cuando ella se le posara encima del dedo la sacara de la jaula con la puerta del aviario cerrada para evitar que se pudiese escapar, sin embargo “Coquita” no se despegaba de Charito, ella le acercaba la cara y “Coquita” con el piquito le acariciaba, Charito le pronunciaba palabras cortas y acentuadas pero era muy joven aun y solo emitía un chillido; así fueron transcurriendo los días hasta que Charito la sacaba del aviario y esta pronunciaba la palabra “Pipo”, decía “Pipo” como burlándose y lo repetía varias veces, volaba del dedo de Charito y se le posaba en su hombro, en su pecho, le caminaba por todo el cuerpo pero no se iba de su lado; no solo yo pude ver esto que le estoy contando, “Las Cucas”, “El Engrifao”, “Masca Lengua”, “Moscovito” y otros lo veían muchas veces también.

   Me cuenta “La emperifolla” que un día había entrado a vender masa de cangrejos a la casa de Los Cabagueiros y que le llamo la atención los juegos de Charito con aquella periquita que la llamaban por el nombre de “Coquita”, cuenta “La Emperifolla” que “Coquita” volaba de la cocina a la sala a donde estaba el señor Carlos sentado mirando el televisor y regresaba después de posarse encima de su hombro al pecho de Charito, esta le daba un papelito pequeño dobladito, ella lo cogía con su piquito y se lo llevaba al señor Carlos y así le practicaba esta tarea, me comentaba que había quedado sorprendida por estas cosas, que ella vivía en la Ciénaga de Zapata donde habían cotorras y nunca había visto una cotorra domesticada haciendo eso.

   Charito se había hecho una entrenadora de Periquitos Australianos, si en algún lugar de Cuba hubiesen dado títulos por esta pericia yo estoy seguro que ella hubiese sido medalla de oro, le hubo de transformar la vida a esta periquita, la había hecho más preparada, más espiritual, más respetuosa, más educada y más civilizada en general,  .

   Todo el mundo en la región estaba enterado de las habilidades de Charito y de los adelantos de “Coquita”, pero Charito era muy sentimental y en ocasiones le daba por pensar que estaba abusando de “Coquita”; un día hablando con “Coquita” le pregunto’ qué era lo que más le gustaba en su mundo, me comentaba ella que “Coquita” la miro y agacho la cabeza para después erguirse y levantar el vuelo, era la primera vez que ella levantaba el vuelo lejos, salía por primera vez de la casa, había dado dos vueltas alrededor de la casa y había regresado de nuevo, para Charito todo estaba muy claro, con esas dos vueltas “Coquita” había querido expresar que lo que más ansiaba en su vida era la libertad.

   Charito de inmediato consulto con el señor Cabagueiros de si darle o no la libertad, pero como decimos los cubanos: “Una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero” y el señor Carlos le explico que si le daba la libertad se moriría porque ellas eran aves de cautiverio que no sabían vivir en libertad del monte, no sabían alimentarse, no eran resistentes a las lluvias, eran fácil presas de los depredadores, etc, etc.

   “Coquita” era muy inocente para conocer de lo que pensaba el señor Carlos, una dura realidad que chocaba con los deseos de todas estas aves nacidas en cautiverio como si estuviesen castigadas antes de comenzar sus vidas; este tema se habría podido discutir por grandes y preparados especialistas de todas las naciones porque en realidad hubo alguien que cometió el crimen inicial de enjaular a las primeras que se utilizaron, pero hay quienes dicen que se había hecho necesario para evitar su desaparición ya que de esta manera ellas se reproducirían y se lograrían en números mayores.

   Un día conversando con el señor Carlos, me decía: “Vaya que decisión y que ideas las de estas gentes que determinaron criar estos animalitos en cautiverio, le quitan la libertad en aras de que se mantenga la especie, es algo así como cambiar una creída justicia por la libertad, yo no sé si es que yo soy tan amante de la libertad que no se la cambiaria a persona alguna por nada en este mundo”. Continuaba Carlos hablando: “La justicia deberá siempre estar hermanada con la libertad, ella perderá su esencia si no funciona de esa manera. En base a esos principios, es que en este mundo siempre ha habido entre los humanos, esclavos y esclavistas, solo que se han ido modernizando y cambiando el disfraz, los gobernantes se han encargado de esclavizar a los gobernados, unos despiadadamente y otros con un poco más de piedad, unos con métodos más crueles como la esclavitud que se practicó contra los negros africanos y los romanos y otros con métodos más modernos como las relaciones que hoy día llevan los explotadores con sus trabajadores”, y continuaba diciendo: “ha sido por eso que estos animalitos tienen hoy día ese estatus, por encontrarse gente en este mundo que manda y dispone ignorando qué es lo que más le conviene a los demás”.

   Eso si el señor Carlos era religioso en atender los deseos de Charito su hija, lo que ella le pidiera era como sagrado y ella le había pedido que no acopiara ni vendiera, ni regalara ni sacara nunca a “Coquita” de la casa y así lo hizo, habría de quedar con el estatus de las esclavas domesticas que otrora existieron, eso me consta.

   No solo “Coquita” hizo historia en el aviario de Los Cabagueiros, otros personajes en el mundo de los periquitos serian de contar, no todos podrán ser recogidos aquí pero los casos del “Cimarrón” y “Guillotina” no puedo ignorarlos, porque fueron periquitos que sobresalieron y causaron alarma.

  

   “Cimarrón” fue un periquito macho de un color predominantemente azul turquesa, en una combinación casi perfecta con blanco y negro que no se resignaba a vivir en cautiverio, tenía una pose erguida de una elegancia excelsa, lo que lo hacía de una característica muy singular; en realidad el señor Carlos sentía determinada admiración por su estirpe, el había mostrado un grado de rebeldía que a decir de los demás criadores nunca se había visto en un ave de este tipo, cuenta el señor Carlos que se trataba de un periquito macho que estaba emparejado con una hembra muy dócil, y que cada vez que se le abría la puerta y no se tenía el cuidado debido a la hora de servirle los alimentos se escapaba de la jaula, que como el casi siempre tenía el cuarto del aviario cerrado el escapaba de la jaula pero quedaba dentro del cuarto; refería el señor, que dentro del cuarto “Cimarrón” no se dejaba atrapar, volaba de un lado a otro y cuando podía agredía al que trataba de agarrarlo, le daba picotazos en la cabeza y emitía chillidos estrepitosos.

   Este periquito era inatrapable a tal punto que en varias ocasiones el señor Cabagueiros lo dejaba suelto dentro del cuarto porque se le hacía tarde para salir al trabajo, entonces esperaba a la noche bien tarde en que el dormía y lo agarraba a pesar de que le gustaba dormir bien alto. El señor Carlos me imponía a menudo de aquella situación, decía que entraba ya de madrugada al cuarto sin hacer ruidos, se desplazaba sigilosamente, observaba por todos los rincones y cuando se percataba dónde estaba posado durmiendo, que casi siempre era bien alto trataba de subir silenciosamente y cuando lo tenía cerca le tiraba la mano y lo agarraba, una vez atrapado este se despertaba furioso como si se maldijera por esa fatalidad y le daba picotazos en la mano hasta hacerle alguna herida con la fuerza de su pico; “Cimarrón” luchaba hasta último instante para no dejarse enjaular de nuevo, picaba tan fuerte que en ocasiones tenía que soltarlo, pero el señor Cabagueiros consciente de que no podía vivir libre porque eso le costaría la vida, lo devolvía a su casita otra vez.

   La señora Alina conversando conmigo me ponía al día en cuanto a los avatares de “Cimarrón” y el señor Carlos, me comentaba que muchas veces se pasaba varios días volando suelto por el cuarto-aviario ya que era capaz de burlar los intentos de atraparlo al sentir cualquier ruidito, era un verdadero caso inigualable; ella me decía que si ese periquito hubiese podido hablar, le hubiera pedido a la familia que aunque tan solo fuese lo dejaran libre dentro del cuarto.

   El señor Carlos temiendo que un día se le fuese a Charito o a la propia señora Alina, y pensando a la vez darle la mejor salida a este rebelde periquito, lo alisto y lo llevo para la casa de Periquín García que tenía un aviario donde se criaban en colonias, es decir allí estaban más libres, no estaban enjaulados, sino que estaban dentro de un local, él había hablado con este para hacer un cambio de machos que aproximadamente tuviesen las mismas condiciones, explicándole a Periquín la característica rebelde de este periquito y a la vez sus condiciones de buen reproductor en su función de padre. Cuando le pregunte al señor Carlos por “Cimarrón” fue que me comento sobre lo sucedido, a la vez me dijo: “si te voy a decir la verdad, tendría que explicarte que me dolió mucho sacarlo de mi cría, porque en el fondo lo apreciaba, era rebelde, era espartano, merecía la libertad que el buscaba pero ya te he hablado del asunto, no podía aceptar algo que lo llevaría irremediablemente a la muerte y adopte la decisión mas aceptable”.

   Así de dolorosa término la odisea de aquel periquito llamado “Cimarrón”, me comentaba la señora Alina que el señor Carlos no quiso verlo más.

“Guillotina” fue un caso muy parecido a aquella novela policiaca de  Agatha Christie, conocida con el nombre de “Los Diez Negritos”, era algo pavoroso y estremecedor, porque no solo ocurrieron cosas agradables en este aviario, también el señor Carlos tuvo casos como este que les contare.

   Me cuenta la señora Alina de Cabagueiros que una periquita de lindos colores y muy saludable, para ella la más linda del aviario, había sido traída para el aviario del señor Carlos desde el poblado de Jovellanos en la provincia de Matanzas Cuba con el fin de mejorar la cría, cuando llego a donde ellos tenía 4 meses de nacida, a decir del vendedor y al parecer era así, cuando ya tenía dos meses en el aviario de ellos, esta perica que se había emparejado con uno de los mejores machos ya obtenidos por ellos, comenzó a poner y a los siete huevitos se hubo de echar, los periquitos machos suelen ayudar a las hembras durante la reproducción, y vencido el tiempo de incubación las ayudan después de la saca a alimentar a los críos.

   Contaba Alina que la misma comenzó a sacar y cuando ya había sacado dos de los huevitos, se desesperaba para alimentar a los pichones, pero no dejaba al macho entrar al nido, y que esto le había llamado la atención a ella, comentándoselo al señor Carlos, refiere que al tercer día de la saca, al amanecer cuando el señor Carlos entro al aviario se encontró al macho de la misma descocotado casi sin cabeza, no se le distinguía la cabeza, solo el cuello, tirado en el piso de la jaula muerto, plumas y sangre en la jaula y ella dentro del nido, el señor Carlos golpeo suave el nido por fuera para que si ella estaba viva saliera y así lo hizo, salió en perfectas condiciones y se posó en una de las posaderas. El señor Carlos inspecciono el nido y los dos pichones estaban vivos, observo al descocotado, miro los alrededores, el cuarto tenia hermeticidad para la entrada de cualquier depredador, y entonces la llamo a ella para que participara de aquel caso tan extraño.

   Comentaba ella que en un inicio no entendía lo que estaba pasando y que conversando con Carlos llegaron a la conclusión de avisarle a Periquín García que era quien tenía más experiencia en esas crías, así lo hicieron a las dos horas del descubrimiento, pero Periquín no pudo ir hasta la tarde; cuando este llego la escena del crimen estaba preservada por orientaciones del señor Carlos que era conocedor de estos asuntos; dice Alina que Periquín miro parado en la entrada, observo la puerta, dio una vuelta alrededor del aviario por fuera y observo las ventanas y luego entro al mismo y al entrar había ido directo a la jaula del hecho, la observo detenidamente e hizo lo mismo con las jaulas aledañas, preguntando que si ese era el único caso dado, a lo que el señor Carlos le respondió que sí, que nada más había ocurrido.

   Todo lo que se dice es que Periquín estaba como hipnotizado, al parecer no podía haber entrado algo al cuarto-aviario, pero entonces ¿Qué estaba pasando? Al salir del aviario de Los Cabagueiros este refirió que únicamente un ratón por un hueco que no se había aun determinado pudiese haber entrado y cometido el crimen, pero las preguntas siguientes serian ¿Por qué solo se comió la cabeza? ¿Por qué no se comió a los pichones? Además Periquín estaba claro como campesino que los majaes y jubos tragaban completo las presas, se las chupaban y no dejaban rastros, por lo que esta variante casi se podía descartar; el señor Carlos le pregunto por su opinión y este le dijo que no tenía una respuesta convincente para lo que había ocurrido, que la posibilidad de un ratón solo era una remota idea, que ni majaes ni jubos pudieren haber sido, recomendó una celosa vigilancia que con mucho cuidado trataran de entrar de noche y madrugada sin hacer ruidos al aviario e inspeccionaran, además que escucharan si existían ruidos, alborotos de los pájaros, etc.

   El señor Carlos determino que esta perica terminara de criar a su pichones sola y después que se le sacaran para el jaulón de vuelo los mismos que era como destetar a un mamífero, entonces se emparejara con otro macho, así lo hizo; al pasar dos meses y medio de la saca se habían logrado cinco pichones, una buena cría a pesar de lo acontecido, estos se llevaron al jaulón de vuelo y quien se nombraría más tarde “Guillotina”, estaba lista para emparejar de nuevo.

   De lo que habían ocurrido solo especulaciones, no se supo en aquel entonces la verdad “verdadera”.

   El batey “Tres Claveles” al cabo de una semana se hizo eco de lo ocurrido, el primero en enterarse fue “Masca Lengua”, con “El Masca” era suficiente para que rápidamente comenzara a divulgarse, solo lo sabían dos personas, una de ellas era él, y la otra la familia Cabagueiros que era como un bloque cerrado para sus cosas, porque Periquín García practicaba la ética de esa afición la cual formulaba encriptar las particularidades de cada criador,  pero desde niño yo conocía un viejo adagio que rezaba de la siguiente manera: “un secreto entre dos personas, solo lo conocen dos personas, los negros y los blancos”, y así sucedió. Pronto “Cuca Caballito”, “Cuca Bicicleta”, “El Engrifao”, Silverio, “Marta Perro Muerto”, “Marta Lengua de Sabana”, “Moscovito”, “Isabel la Revolca”, “Nini Bola de Churre” y hasta “Neyo Santanica” ya sabían el misterio, ninguno podía descifrarlo pero lo corrían de boca en boca.

   Los Cabagueiros habían cumplido al pie de la letra lo recomendado por Periquín García, estuvieron una semana que casi no dormían escuchando para conocer si había algarabía, visitando el cuarto-aviario e inspeccionándolo y todo estuvo en calma.

   Después de la semana de vigilancia intensiva, le echaron otro macho a la perica, todos estaban lejos de imaginar que este sería la próxima víctima, en verdad como decía “Candita La Pachocha” una de las mejores criadoras de Matanzas que el señor Carlos había consultado por teléfono, era un extraño caso digno de un tratamiento policial, un asesinato sin el menor de los indicios hasta el momento.

   Los días fueron pasando y la perica había comenzado de nuevo a poner, de nuevo siete huevitos, pasaron 21 días de haberse echado y comenzó de nuevo a sacar, todo parecía en calma, todo iba a “las mil maravillas”, hasta que una madrugada cuando ya la confianza había hecho mermar la vigilancia, refiere la señora Alina que sintieron los ladridos de “Machy”, se levantaron de la cama ella y el señor Carlos, y cuando abrieron la puerta de la cocina que salieron a la terraza sintieron una algarabía en el aviario, rápidamente el señor Carlos cogió la llave del mismo y abrió la puerta, ya la señora Alina linterna en mano tenía la vista sobre la jaula del crimen anterior, cuenta que de nuevo el macho tirado en el piso de la jaula con la cabeza tan desbaratada que no se podía distinguir, la sangre y las plumas hacían una melcocha y la perica o estaba dentro del nido o habría corrido la misma suerte con sus pichones. El señor Carlos hizo la misma operación que la vez anterior, toco fuerte el nido y ella salió como algo alterada, posándose con extrema elegancia en una de las posaderas.

   Al pasar los días el señor Carlos me contaba que había repetido el mismo chequeo que la vez anterior, inclusive había examinado muy bien todo el piso, las mayas de las ventanas, el techo y había medido el espacio entre la puerta principal del aviario y el piso, casi rosaba, no existía espacio posible, era algo insólito y solo ocurría en aquella jaula, solo quedaba cambiarla de posición, el señor Carlos no creía en fantasmas y ya había comenzado a desconfiar de aquella perica que a pesar de ser tan bella y tan buena madre siempre salía airosa de aquellas situaciones, no podía ser, según él me comentaba, que entrase algún depredador al aviario y solo se sirviera de los machos de aquella pareja, por otra parte no tenían por donde entrar, y ella se comportaba como si nada hubiese pasado aunque algunas veces estaba algo alterada.

   Por otra parte la señora Alina, aunque entendía las conclusiones del señor Carlos, no podía entender que entre esos animalitos pudiesen existir asesinos también, esto no le entraba en su cabeza, pero como bien decía el señor Carlos, “el no creía en fantasmas”.

   Habría que establecer una extrema vigilancia a partir de que ella comenzase de nuevo otro ciclo de reproducción con un nuevo macho de pareja, ya habían muerto dos, y habría de evitarse a toda costa que el tercero que se le pusiese fuese la próxima víctima.

   Cuando Carlos conferencio con “Masca Lengua”,  y con “El Engrifao”, “Las Cucas”, y “Moscovito”, les conto paso por paso todo lo que había venido sucediendo, todo al detalle para que ellos lo ayudasen a pensar, pero con excepción de “Las Cucas”, los demás estaban de acuerdo en que en esa deducción suya pudiera estar la verdad “verdadera” como acostumbraba a decir “Moscovito”.

   La cría se desarrollaba sin mayores problemas, solo quedaba por resolver esta situación y al fin llego el día en que se le había despojado de sus pichones para introducirlos en el jaulón de vuelos, dentro de algunos días la emparejarían con otro de los machos, así lo hicieron, también comenzaría una extrema vigilancia porque ya Carlos no confiaba en que esto solo pudiese ocurrir cuando estuviese sacada, el temía que ya se pudiese producir el hecho en cualquier momento; pasaron varios días en que apenas dormían, Charito los estaba ayudando, hasta que una noche estando ellos despiertos y con la llave del aviario en la mano del señor Carlos, sintieron una algarabía y abrieron rápido el cuarto, la jaula del problema le quedaba de frente a la puerta, era la primera que se podía ver al entrar al aviario y efectivamente los ojos de los tres se dirigieron a dicha jaula y cuál fue la sorpresa de la señora Alina cuando vio la perica golpeando con el pico al macho, por mucho que trataron de evitar el desenlace fatal este ocurrió, cuando intervinieron ya el macho estaba en el piso casi muerto y a los pocos minutos fallecía, era ya la tercera víctima.

   Esa madrugada se había cerrado el caso, y antes de dormir ya esta perica asesina tenía un nombre que el señor Carlos le habría de poner sin darse cuenta, a decir de la señora Alina, esa noche el repetía como balbuceando en voz muy baja: “Guillotina, es una puñetera Guillotina…” este sería el nombre con que se identificaría aquella perica asesina a partir del día siguiente.

   Al amanecer, todos comentaban de aquella periquita asesina y ya le decían “Guillotina” y aunque algunos “muy puros” no creían correcto que se acopiara, el señor Carlos había decidido acopiarla en el próximo llamado.

   “Guillotina” era de esas asesinas en serie que no dejaban huellas del crimen, había linchado a tres machos, era imponentemente bella, madre ejemplar y relativamente tranquila en general pero Los Cabagueiros no podían aceptar que para que ella pudiese dar cinco pichones tuviese que matar a su macho cada vez.

   Los días pasaron y al fin sacaron a “Guillotina” del aviario, se iba para el acopio, era posible que en un futuro no muy lejano fuese vendida a otro país, el señor Carlos estaba seguro que cualquier comprador la podría haber comprado por sus condiciones de presencia, pero también estaba convencido que continuaría asesinando cuanto macho le pusiesen al lado, y ¿Que, hacer en una situación como esta? En Cuba no existían prisiones ni condenas a muerte para estos animalitos, bastante tenían con vivir en cautiverio toda su vida, bastante tenían también con a pesar de ser seres vivientes no tener raciocinio y estas eran razones suficientes para que fuesen perdonados si se hacía justicia, tal vez quien la comprase la pusiese sola o quizás en un aviario donde viviesen en colonias, pero lo cierto era que él no la iba a sacrificar, ese papel que lo jugase otra persona, a partir de ser acopiada la novela cambiaria de nombre, entonces podría llamarse “La Asesina desterrada” (novela original del señor Carlos Cabagueiros).

   Acompañe de nuevo al señor Carlos al acopio, aquel día uno de los individuos más extremistas de la dirección provincial de la asociación ornitológica estaba a cargo de la selección de acopio, cuando le llegó el turno al señor Cabagueiros, este le inspecciono con la vista los periquitos presentados y resolvió virarle atrás solo dos periquitos, por supuesto “Guillotina” había clasificado, se iría para España, Francia, Italia, que se yo tal vez para Mexico, lo cierto es que ella rápidamente seria escogida y luego se haría realidad un viejo refrán que decía: “todo lo que brilla no es oro”.

   Pronto esta historia terminaría por cosas de los azares que tiene la vida, el señor Carlos Cabagueiros comenzaría a presentar problemas de salud y se vería en breve tiempo impedido de atender el aviario, la familia siempre lo había ayudado pero una cosa es ayudar y otra muy distinta asumir por completo toda la responsabilidad.

   Fue así que con el dolor de su alma el señor Carlos Cabagueiros tuvo que decidir, terminar con la crianza de estas aves, no eran objetos de adorno, vendrían problemas sentimentales tanto del, como de la familia, deshacerse de todos estos pequeños inofensivos, dóciles y hasta cierto punto afectivos animalitos no sería cosa fácil, para quedar bien con su conciencia el busco’ uno de los criadores famosos de la ciudad de Cárdenas y le vendió toda la cría después de ajustar un precio beneficioso para ambos.

   Conversando con la familia me decían que no había sido fácil desprenderse de estas avecillas, que se le llega a coger cariño como a las demás mascotas y que aunque pasaran muchos años siempre tendrían vivos los recuerdos de aquella aventura sentimental.

   Los Cabagueiros son gente de grandes vivencias, de aventuras diría Silverio, de historias diría “Masca Lengua”, de películas diría “Cuca Bicicleta” y yo no los podre abandonar porque son únicos.

   Muchas gracias.

                                               “El Senador de Los Cuentos”

“CHAN CHAN”. UN SINSONTE PARA RECORDAR, EN EL BATEY “TRES CLAVELES”. PRIMERA VERSION. POR CARLOS RENE CABADILLA DIAZ.

   Aunque se conoce que no es el sinsonte sino el tocororo o tocoloro el ave nacional cubana y su plumaje tiene los colores de la bandera cubana, no puedo dejar de reconocer que el sinsonte es más  completo; generalmente es de color gris, con algunas plumas blancas, y cuando se posa es esbelto, deslumbra con su porte y su gracia, derrocha elegancia, y por sobre todas las cosas de esta ave su canto es superior, dulce, enternecedor y excitante a la vez, es un privilegio escucharlo al comenzar la mañana o en los medio días porque además de su propio cantar es capaz de imitar a casi todos los pájaros del monte cubano.

   Para que se tenga una idea el sinsonte habita en Canadá, algunos lugares de Los EEUU, Mexico y en varias islas del caribe, puebla los campos de Haití, de Dominicana, Jamaica, etc, etc. pero los que viven en Cuba están dotados de una gracia exclusiva, y su canto no tiene igual.

   Forma parte de la fauna de nuestro país pudiéndose asegurar que ha llegado a ser de las aves que más abundan en nuestros campos y que más se ha  identificado con las familias cubanas y a pesar de que se ven mucho en jaulas en las casas de innumerables familias, estas aves son amantes de la libertad y después que ya son mayores son imposibles de enjaular porque se morirían de tristeza.

   Se comentaba que una familia muy dedicada a los animales que vivía en el batey “Tres Claveles” recién había recibido de regalo un pichoncito de sinsonte que no se sabía si era macho o si era  hembra, que ellos casi no sabían qué hacer con aquel pájaro, pero ansiaban criarlo para oírlo cantar de cerca.

   ¿Qué cual familia? En “Tres Claveles” solo dedicados a los animales, lo que se dice dedicados están Los Cabagueiros; ya los conocemos y sabemos también que en esa familia la más dedicada y amorosa con los animalitos es la señora Alina Cabagueiros. Yo los había ido a visitar un sábado de finales del mes de mayo de 2011, en la mañana, como de costumbre casi todos los sábados pasaba por dicha casa.

   Tenía conocimiento que el señor Cabagueiros estaba comenzando una cría de periquitos australianos y para ello había habilitado el cuarto que tenían como habitación de desahogo de la casa, pero no sabía lo del sinsonte, ni imaginarme que pudiesen tener un sinsonte allí, porque en realidad los periquitos australianos eran aves de crianza muy distintas a los sinsontes y generalmente cuando un criador de estas aves como el periquito debe atender una cantidad notable de estos no tiene tiempo para más, ya que se está obligado a mantenerle una limpieza al detalle, buena comida, atender las pericas que ponen y las que sacan, anillar a los pichones antes de los siete días de nacidos y cuidarlos de los depredadores que pueden ser ratones, gatos, majaes, gavilanes, etc.

   Mi sorpresa fue grande cuando al llegar, después de tomar un sabroso café cubano en la mañana, la propia señora Alina Cabagueiros me comenta que tenía un pichón de sinsonte que le habían regalado; no, no se lo puedo creer, le dije como que se me salió de la boca sin pensarlo, usted con un sinsonte más la cría de periquitos del señor Carlos, a lo que ella me respondió: “si, el sinsonte es mío, yo se lo pedí a Luis el “Engrifao” y este me lo trajo antes de ayer y de los periquitos se encarga mi marido.

   No llevaba ni cinco minutos sentado después de tomarme el café y apenas haber hablado con la señora Alina, sentí un chillido agudo a intervalos, casi a mi espalda allí en el comedor de la casa, me volteé y vi cerca del refrigerador una cajita de zapatos llena de huequitos con su tapa puesta y cierto revoleteo dentro de ella, allí precisamente se encontraba el nuevo miembro de la familia; ella estaba muy entusiasmada con el pichoncito y le estaba dedicando todo el tiempo posible.

   Todos los comentarios eran ciertos, me contaba la señora Alina que al llegar “su nuevo hijo”, rápidamente, entre ella y la niña Charito Cabagueiros le hicieron una casita con aquella cajita de zapatos a la cual le habían abierto varios huequitos para la entrada de aire al estilo de un nido con algunas pelusas de tela y hojas muertas y lo habían tapado bien, tenía pocas plumas y chillaba que daba lastima, un vecino que se había criado en el campo les  había dicho que cada vez que chillara debía dársele de comer, y así lo estaban haciendo, pero el pichoncito era molesto, no había terminado de comer y comenzaba a chillar de nuevo, el agua se la daban por gotas con un gotero; la comida que  le daban era pan con leche, frutillas de galán, huevos hervidos, etc, todo esto con una paletica de madera que facilitaba llevar la comida casi hasta su garganta.

   Ella muy atenta me mostro aquel pichoncito, estaba horrible con aquel cuerpecito en pellejo con algunos cañoncitos del plumaje por salir y el pico abierto conjuntamente con las alas esperando algo de comida; por la boca se podía ver hasta la bolsa digestiva, y chillón que “pa que te cuento”, en verdad yo pensé que se iba a morir porque este pajarito llevaba la atención que ella no podría darle por sus ocupaciones, su niña Charito me miraba con deseos de decirme: “sí que lo vamos a criar porque todos lo queremos oír cantar de cerca”; media hora después me retire a mis labores.

   Fue así, me contaban “Cuca Caballito” y “El Engrifao” que día tras días  en lo que el señor Carlos Cabagueiros atendía sus periquitos la señora Alina  asistía al dichoso pichoncito en lo principal, en el resto del día, la niña Charito la ayudaba con esta tarea; pasaron una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete semanas, como dice la canción y el pichoncito iba emplumando, pero sus chillidos de señal de aviso para que le diesen la comida continuaba siendo constante; la señora Alina estaba agotada y no podía reclamarle a Carlos porque sabía que el con los periquitos tenia lo suficiente en materia de trabajo.

   Para colmo de las preocupaciones había un gato rondando la terraza de Los Cabagueiros, de dejar alguna de las ventanas abiertas por las noches, de seguro este pichón tendría su final. A Los Cabagueiros no les gustaba maltratar animales ni aun en esta situación, por lo que buscaron rápidamente la procedencia de este gato, resulto ser que era un gato loco, tan loco que se fajaba con el mismo frente a un espejo, y esto lo supimos porque “Masca Lengua” de inmediato averiguo que era el gato de la señora “Pachocha” y que se llamaba “Turumbalo”, peligroso gato para con las aves, ya se había comido en el batey unos cuantos pajaritos que estaban enjaulados.

   Ellos, me refiero a Los Cabagueiros no sabían qué hacer con aquel gato amenazador, ya se lo habían dicho a la señora “Pachocha” pero esta no tenía un control efectivo sobre el mismo y solo sabía decir que su gato estaba loco. Sin embargo la vida le jugó una mala pasada a “Turumbalo” cuando al cruzar la calle sin pararse y mirar bien, un ómnibus lo atrapo y lo incrusto al pavimento, había fallecido al momento del accidente, Los Cabagueiros no sabían nada del hecho, sin embargo cuando “Masca Lengua” les vino a comunicar lo sucedido, venia riéndose como satisfecho de que ya el gato no estorbaría más; pero cuenta “El Engrifao” que para su sorpresa la familia completa no le acepto la burla y casi al unísono le dijeron que no debía alegrarse de la muerte de un ser vivo, porque “Turumbalo” cazaba los pajaritos debido a que esa era la pirámide del equilibrio en la naturaleza y no porque el fuese un gato criminal.

   De todas formas no era menos cierto que muchas veces la desgracia de unos, abre los caminos de otros y aunque no nos alegra lo sucedido la vida de este pichón a partir de entonces estuvo libre de peligros.

   Dos meses y algo, después de haber llegado aquel pichoncito de sinsonte, ya había emplumado pero no cantaba aun, continuaba chillando pero menos frecuente, el cariño de la familia estaba llenando de felicidad aquel pajarito, ya andaba por el piso y se subía en las manos de cada uno de ellos, esto quería decir que pronto necesitarían un jaula apropiada.

   El señor Cabagueiros salió a comprarle la jaula y después de mucho buscar, encontró una de las más malas, construida con alambres muy finos y mal picados de manera que muchas veces se salían de los travesaños de madera, pero no habían más, la cadena de productores de estos tipos de jaulas se había roto y casi nadie sabía hacerlas buenas, además de la escases de materiales.

   Al llegar con aquel engendro de jaula, la preparo con los comederos y metió aquel travieso pichoncito dentro de la misma, ya no podía esperar más, yo estaba presente y la alegría del mismo era inmensa, revoloteaba, saltaba, pero su chillido algo más refinado continuaba, de canto lo que se dice canto, nada.

   La niña Charito que es muy observadora decía que estaba de lo más contento dentro de su nueva casita y que ellos le daban allí todo tipo de comidas, sobre todo frutas, por esos días Carlos había recibido para los periquitos 55 libras de una mezcla de comida que contenía alpiste, avena millo, etc, una mezcla de un alto poder alimenticio y aunque venia destinada para las periquitas que tenían a sus pequeños críos, todos determinaron echarle un poquito dos veces por semana al sinsontico. Había que ver con que contentura y disfrute comía aquella mezcla era como si lo hubiesen llevado a  la mesa bufet de un hotel cinco estrellas, pero no dejaba de comer el cundiamor, la guayaba, el tomate, el anón, y lo más que le gustaba era el “plátano burro” maduro, era cardiaco al banano, igual sucedía con la frutilla de galán, que manera de gustarle esta frutilla.

   Hay que decir que en cuanto a alimentación el estaba bien, porque desde que llego se le daba huevo hervido conjuntamente con todo lo demás y esto lo fortalecía y lo alimentaba para tener una garganta excepcional como tendría.

   Cuenta “Pepe el Brujo” que se encontraba al fondo de la casa de Los Cabagueiros en la finca de su familia, que la señora Alina se había levantado muy temprano ese día y que aguzaba el oído para conocer sobre unos silbidos que nada tenían que ver con los chillidos a que estaba acostumbrada de este sinsontico, hasta que se percató que los mismos los estaba produciendo este pajarillo, dice “El Brujo” que ella fue rápido a avisarle al señor Carlos, el que se presentó de inmediato y cerca ya ambos de la jaula, contemplaban las primeras notas que entonaba aquel gallardo pichón. La contentura fue tremenda, más tarde la niña Charito  que dormía en esos momentos se enteró de lo sucedido y cada vez que tenía un chance se acercaba y chiflaba para estimularle.

   Cuando el “Engrifao” se enteró que el sinsontico estaba haciendo por cantar, le recomendó a toda la familia que le silbaran distintas cosas que ellos por naturaleza tratarían de imitar esos silbidos y así iría desarrollándose como cantaor, y aquello era para ver no para leer como hacen ustedes ahora, usted llegaba a la casa de esta familia y todo el mundo silbaba algo, más bien yo pienso que tenían al pájaro medio alocado.

   “El Engrifao” no solo oriento sobre el canto, sino que dijo también que tuviesen cuidado con los gatos porque se lo comían si le podían llegar a la jaula, por lo que debían tenerla bien en alto, además recomendó que le dieran un poco de sol en las mañanas y que mientras fuese un pichón estuviesen al tanto de los sinsontes mayores ya que podían acercarse a la jaula y envenenarlo, esto lo hacían los sinsontes mayores cuando veían un pichón enjaulado, era algo insólito que nunca habíamos oído hablar, ellos preferían matar a los infantes antes de que tuviesen que soportar el cautiverio, esto nos da una medida del concepto tan firme de libertad del sinsonte cubano, sus vidas, sus principios eran espartanos.

   Esto días después desato un tremendo debate entre La familia Cabagueiros y varios vecinos porque unos decían que eso era un extremismo de los sinsontes, me refiero a matar a los pichones enjaulados, y otros veían muy correcto esta actitud de los mismos, a decir verdad yo considero que tienen parte y parte porque si fuesen personas era un extremismo matar a los pequeños sin discusión, pero son aves, no razonan como nosotros, ellas tienen sus formas de ver el universo distinto a nosotros y su decoro es tan grande que solo dios sabe si sus cantos anuncian la llegada de la dignidad animal.

   Yo creo que no habían pasado 15 días después de que “El Engrifao” le hubiese recomendado aquello, que ya el sinsontico estaba desarrollando una melodía, que nada tenía que ver con los silbidos de la familia sino con los cantos de las demás aves del monte que el a diario oía, era su cantar melodioso pero aun algo inseguro y desafinaba algunas notas, pero ya se estaba seguro de que llegaría a ser un gran cantaor.

   La familia evidentemente que se sentía alentada, primero porque muchas veces no se sabe si los pichones de sinsonte son machos o hembras hasta que no crecen y cantan, las hembras no cantan, por lo que a partir de ese momento conocieron que el pichón era macho, segundo porque aun siendo macho no todos eran buenos cantaores, y este despuntaba  muy bien.

   El señor Carlos entendía que era el momento preciso para bautizar al sinsontico, es decir ponerle un nombre, un nombre que el había pensado desde mucho antes; reunidos todos alrededor de la jaula acordaron ponerle el nombre que Carlos le habría de reservar, ¿Cuál era? Nada más y nada menos que “Chan Chan”, en homenaje a Compay Segundo un trovador cubano nonagenario que en el ocaso de su vida se había hecho famoso en el mundo entero; a partir de ese momento todos le decían “Chan Chan”, sin embargo aquel adolescente sinsonte parecía no entender por ese nombre como si pensase que él era él y no tenía que acogerse a nombre alguno traído por los humanos porque en definitiva el propiamente habría de ser tan famoso como el mismísimo Compay Segundo.

   Estaba como que hipnotizado, parado con su plumaje ya distinguido encima de uno de los posaderos de la jaula mirando poco a poco a su alrededor y atento  a cualquier movimiento, sabía que la admiración era por él, que todos además también esperaban una de sus tonadas y que no importaba que no lo aplaudiesen, estaba convencido que “El tipo era él”.

   El señor Carlos siempre fue un hombre que partió la naranja por donde debía partirse, comprendía a cada cual y sabía que en el mundo habían miles y miles de pequeñas razones y que siendo justos, este sinsonte tenía más de una de esas pequeñas razones para determinar algunas cosas de su vida. La familia allí presente y los vecinos querían disfrutar del canto único, melodioso, adorable, encantador, e idílico de aquel sonoro pájaro, sin razonar que estaba en cautiverio prácticamente desde su nacimiento sin haber cometido delito alguno por el simple hecho de la necesidad de complacencia que cruelmente tenían los humanos que se valdrían de sus canciones; mas “Chan Chan” poseído de sus dotes y conocedor de aquella injusticia, poco hacia al no darle importancia a su nombre, cuando lo más importante debía ser su libertad plena, su libertad total, sin condiciones.

   “Chan Chan” permanecía inmóvil en todo el sentido de la palabra, la familia lo miraba al igual que los vecinos, pero aquel silencio no se rompió hasta que el señor Carlos les dijo: “déjenlo que descanse, que se tranquilice, que se sienta en su soledad, que nos vea de lejos, al menos eso se merece quien paga una condena por nuestros defectos.

   Hubo quienes no entendieron el sentido de aquellas palabras pero todos comprendieron que debían retirarse del lugar, más el sinsontico salto al otro posadero, abrió las alas e hizo un paneo de 180 grados, cuando se sintió solo canto algo así como una sinfonía de tristeza y dolor, bajito, y con poca intensidad, era como la catarsis de su impotencia por no poder estar junto a su familia y gozar de la libertad. El tampoco sería un sinsonte cualquiera, el llevaría impregnado el espíritu de libertad que sus ancestros cubanos le legaron y cantaría para ser recordado el día en que alcanzara su libertad o dejase de existir.

   Al amanecer del siguiente día, sobre las 06:30hs, nos cuenta “Moscovito” que vivía cerca de Los Cabagueiros que sintió un verdadero concierto, aquel pájaro que él no sabía quién era ni donde estaba posado cantaba alto, variado y continuo con una exquisita y alegre melodía, nos cuenta “Cuca Bicicleta” que ella sintió lo mismo y que vio por su patio trasero a la señora Alina llamando al señor Carlos para que lo oyera, era una dulce diana matutina, más tarde nos enteramos que el cantaor había sido “Chan Chan”, a partir de ese momento todo el batey comentaba de aquel concierto, mucha gente quería verlo, pocos creían que en tan corto tiempo este sinsontico debutara de esa manera, nos comentaba “Masca Lengua”: “hasta “Neyo Santanica” se habría de sorprender con su cantar”.

   En la interacción de la familia con el Sinsontico, este comenzó a coger fuerza, la señora Alina le servía el agua de beber con polivit y le mantenía su buena y variada comida, su jaula la mantenía bien en alto como a ellos le gustaba, poco tiempo después “Chan Chan” era todo un sinsonte, su plumaje era de envidiar por las demás aves de la comarca, su pose era de una elegancia extrema, su canto “pa que te voy a contar”, ya todos lo saben, pero lo fue perfeccionando como un cantaor profesional, sus notas musicales bajaban y subían donde pájaro alguno conocido no lograban llegar, existía en él nitidez y una tesitura musical muy singular.

   Las mañanas se fueron sucediendo y “Chan Chan” hacia galas consuetudinariamente de sus dotes, un concierto tras el otro, lindo, agradable despertarse con aquellas tonadas; después vendrían las tonadas de los mediodías y más adelante las de algunas tardes al oscurecer, estas últimas eran las menos. El cantaba no solo por su naturaleza sino porque le gustaba cantar lo disfrutaba, se sentía orondo, orgulloso de ser él y le estaba demostrando a sus dueños que no tenían por qué haberles puesto ese nombre, no porque lo repudiara sino porque él era él y debía tener un nombre único no el de alguien que existió, era muy cubano.

   Ya no era aquel pichón que emplumaba o comenzaba a cantar, era un bello sinsonte en todos los sentidos y por sobre todas las cosas dominaba el canto, siempre el señor Carlos se sentaba cerca de él y me decía cuando yo estaba presente: “míralo bien y óyelo, y te digo que lo mires para que veas como hace cuando está cantando, te vas a dar cuenta que es único, es como los cantantes de fama internacional que además de cantar seducen al público con sus ademanes”, en realidad nunca había visto a Carlos tan entusiasmado con un animal como lo estaba con este y en realidad, tengo que reconocerlo que estaba en razón, era excepcional, un verdadero concertista que te dejaba con la boca abierta como que encantado.

   Los Cabagueiros estaban satisfechos con aquel pajarillo, le habían cogido aprecio y lo consideraban mucho, Carlos muchas veces me dijo que él no estaba de acuerdo con tenerlo enjaulado que él prefería irlo enseñando a que con la puerta abierta de la jaula, saliese y entrase cuando él lo quisiese, es decir acostumbrarlo a ser libre y a la vez convivir con la familia pero eso era pedirle mucho al sinsonte.

   Cuenta la propia señora Alina que una mañana como de costumbre limpio bien la jaula con mucho cuidado para que no se saliera, le sirvió la comida también con mucho cuidado y sin darse cuenta dejo la puertecita de la jaula sin cerrar bien, y se dirigió a la cocina de la casa, quedando el sinsonte solo en su jaula casi abierta en la terraza, refiere Alina que miraba para la jaula desde la ventana de la cocina, pero que el ángulo en que estaba no le permitía ver la posición de la puertecita, y que en una de las veces que miro la vio vacía y salió de inmediato a la terraza pero era tarde ya, el sinsonte estaba posado en el muro de la cerca y ella  lo único que le dio por hacer fue llamarlo dos veces, “Chan Chan”, “Chan Chan”, pero que este levanto vuelo rumbo al patio de “Masca Lengua”.

   Rápidamente se movilizo y llamo a Carlos, saliendo los dos isofacto para la casa de “Masca Lengua”, este se dispuso a encontrarlo, saliendo con ellos por todo el patio, a “Neyo Santanica” no le gustaba que entraran a su patio pero ante un momento como ese no proyecto su lengua, sin embargo la búsqueda estaba resultando infructuosa, cuando se oyó un grito desde casa de “Marta Perro Muerto”, ¡Esta aquí, corran que hay un gato que lo tiene mareado”, entonces “Masca Lengua” salto  y entro en el patio de “Perro Muerto”, esta le indico y él azoro al gato y quedándose quieto le pidió al señor Carlos que le tarjera la jaula con un plátano burro maduro, así lo hizo Carlos y en cuestión de 5 minutos estaba allí con la misma, pero “Chan Chan” había levantado vuelo hacia la mata de guayaba de “Neyo Santanica” y “Masca Lengua” decidió ponerle la jaula abierta colgando de dicha mata y apartarse de allí para que el entrase en confianza, todo se hizo de esa manera.

   Hubo que esperar media hora para que entrase a comer, momento que aprovecho “El Masca” saliéndole rápido y cerrándole la puertecita, ya el señor Carlos y la señorea Alina se habían retirado para su casa porque a decir verdad no tenían esperanza de volverlo a tener; para la casa de Los Cabagueiros salió apurado “El Masca”, riendo y gritando, a Los Cabagueiros les vino el alma al cuerpo como decimos los cubanos y una alegría inmensa colmo la casa a donde acudieron varios vecinos.

   “Chan Chan” dentro de la jaula no cantaba sino que chillaba y se sacudía, se estiraba y remolineaba, abriendo sus alas y hurgándose con el pico por todo el cuerpo, más tarde saltaba de un posadero a otro, estaba como alterado y con miedo.

   Esta vez solo había logrado dar una vueltecita por el vecindario y montes aledaños, había conocido por un tiempo corto la libertad a la vez que pudo apreciar que la vida libre tenía también para él que desde muy pequeño vivía protegido sus dificultades,  su vida corrió peligro al haber sido casi hipnotizado por un gato que lo tuvo acorralado.

   La señora Alina se había puesto muy mal al darse cuenta que “Chan Chan” había volado y fugado de su cautiverio, ella no lo analizaba desde el punto de vista de que estuviese en cautiverio sino desde el punto de vista de que era su sinsonte el que había criado desde pequeño, al que le había dado todas las atenciones necesarias y le había demostrado amor. Carlos después le dijo que ese amor se parecía al que brindaba un verdugo amoroso, y le recomendó que lo dejara libre que él no se marcharía de los alrededores y cantaría mejor aún de lo que lo estaba haciendo ya que terminaría con esa tristeza que lo embargaba.

   “Chan Chan” sin remedio para su mal se dispuso a continuar su vida de cantaor enjaulado y así lo hizo, cada mañana como de costumbre entonaba su canto para todos, también en los demás horarios; un día se acercó “Cuca Caballito” vecina de la casa de Los Cabagueiros a celebrar el canto y les dijo que porque no le habían puesto de nombre “Caruso”, “Caruso” había sido un tenor italiano nacido en el siglo XIX cuyo debut principal lo había hecho en la segunda década del siglo XX, de excepcionales condiciones, muy famoso, tan  atrayente que arrebato muchos corazones en aquellos tiempos y muy buscado, pero Compay Segundo alias “Chan Chan”  era cubano al igual que el sinsonte.

   Pasaron más de dos meses después de la fuga de “Chan Chan” y este continuaba cantando, ya bajo la dirección de la niña Charito había aprendido a cantar varias canciones entre las que estaban las canciones infantiles llamadas “la cucaracha”, “El Tiburón”, “La Mariposa”, así como la primera estrofa del himno nacional cubano y otras; todos quedaban sorprendidos al oírlo.

   “Costipao” uno de los conocidos de la familia llego un día alardeando con que él tenía un canario blanco que cantaba mucho mejor que “Chan Chan”, pero Carlos y Alina no entendían con eso de que hubiese otro pájaro mejor cantaor que el de ellos en el batey y lo convidaron a que lo trajera y que lo trajera en ese mismo momento que ellos le iban a demostrar quién era “Chan Chan”; “Costipao” salió tosiendo del nerviosismo y busco el canario, cuando regreso “Chan Chan” estaba dando un indescriptible concierto, la jaula del canario quedo frente a la del pero el canario no se decidía a cantar estaba más bien oyendo aquella canturía y también estaba , porque no decirlo, bastante nervioso.

   En uno de esos momentos "Chan “Chan” paro su canto y lo miro de arriba abajo como si lo estuviese midiendo y de pronto gorgoteo como el que se ríe de alguien; ahora cuando lo cuento no me lo creen pero esto yo lo vi con mis propios ojos; aquel canario en un gesto de bravura comenzó a cantar pero su canto no tenía fuerza, su tesitura  estaba más bien perdida, no existía la entonación, “Costipao” se había dado cuenta que había perdido sin discusión, solo le quedaba buscar una justificación permisible para no hacer el ridículo y retirarse de inmediato porque su canario ya lo había hecho y entonces dijo que su pájaro estaba fuera de su condominio; discutieron un poco pero “Chan Chan” se sabía sin rival.

   Carlos me miro y me dijo: “Yo tenía miedo que con un canario el no pudiese competir, ese tipo de pájaros es de buen cantar, y sé que “Chan Chan” también debió tener respeto al enfrentarse, pero hoy estoy claro que el oro es del, y los demás que se rifen la plata y el bronce porque están muy lejos. Alina le dijo a Carlos que ahora ella si estaba segura de que “Chan Chan” era el mejor sinsonte conocido.

   Al día siguiente la jaula de “Chan Chan” fue puesta al frente de la casa para que le oyesen cantar e inclusive se acercasen a el a reconocerle su virtud; transcurrieron algunos días y muchas personas del batey se estacionaban cerca de la jaula a la entrada de la casa de Los Cabagueiros para ver y oír a “Chan Chan”, los muchachos pequeños se entretenían mucho cuando lo veían y lo oían cantar  y se retiraban diciendo: “cuando venga mi papa voy a hablar con él para que me traiga un sinsonte chirriquitico para enseñarlo a cantar igual que este”; otros venían y ofrecían dinero por él, pero no había alguien de la familia que fuera capaz de vender ese pajarito, y no ese, si no que ellos no concebían que un animalito enseñado, criado a “paletica” como ese sinsonte o cualquiera otra mascota se pudiese vender así de porque sí; ellos decían que el que no se comportara así no tenía sentimientos humanos.

   Cuando mejor le iban las cosas con “Chan Chan” este comenzó a comportarse muy extraño, comía poco y casi no cantaba, se veía algo tristón, me comento el señor Carlos que un día había venido el veterinario a visitar el perrito “Machy” para consultarlo y ellos habían aprovechado para preguntarle sobre la nueva situación que presentaba “Chan Chan” pero que este que poco sabia de las aves le dijo que era probable que estuviese en la muda, quiere decir en el cambio del plumaje, Carlos creyó esto pero después de esta visita ya habían pasado más de 20 días y la situación continuaba, “Chan Chan” no había cantado más, me contaba que ellos lo comenzaron a observar hasta de madrugada porque parecía muy alterado, hasta que una madrugada sobre las 03:30hs sintieron un revoleteo y salieron a la terraza a ver encontrándose un gato encima de la jaula tratando de cansarlo para después cogerlo.

   El gato salió corriendo y Alina y el recogieron la jaula y la pusieron en la cocina hasta que amaneciera. Al amanecer “Chan Chan” estaba más triste aun y saltaba poco, de cantar ni hablar para quien no lo conociese habría pensado que pudiera ser hembra, Carlos me conto que ellos también estaban tristes.

   Por la tarde como de costumbre llego “El Engrifao” que traía plátano fruta de venta y al enterarse de lo sucedido le dijo a la señora Alina que lo que había sucedido era fatal porque lo que él conocía de los sinsontes era que cuando un gato los asustaba tanto tiempo así ellos no cantaban más y algunos morían del susto, esto la puso tan triste a ella como lo estaba “Chan Chan”.

   La situación parecía sin salida, la familia reunida buscaba una variante, Alina le pidió a Carlos que le echara del alpiste que le quedaba para los periquitos que la prioridad ahora estaba en solucionar esa situación, de inmediato le echaron aquella mezcla pero él no comió, le pusieron plátano burro maduro que era su deleite, tampoco quiso comer, Carlos le dijo a Alina: “con el dolor de mi alma te digo que “Chan Chan” murió como cantaor y me temo que pronto muera físicamente si no le damos la libertad, pero Alina albergaba la esperanza de que se rehabilitara.

   Lo entraban a dormir a la cocina de la casa por las noches, por el día lo ponían frente a la casa un tiempo y el resto del tiempo bien alto en la terraza en un lugar donde los gatos no podían subir porque no tenían de donde sujetarse, fue así que varios días después comenzó a comer y a saltar pero no cantaba.

   Una mañana como de costumbre, de esas que Los Cabagueiros se levantaban corriendo para que no les cogiera tarde para el trabajo al cambiarle el agua y la comida al pajarito Alina dejo de nuevo la puerta abierta, y esta vez “Chan Chan” se fue para nunca más ser atrapado; Alina se puso de lo más mal, en el “trajín” de la escapatoria le cogió tarde para el trabajo, mando a buscar a “Masca Lengua”, le dejo el encargo de cogerlo de nuevo pero esta vez no fue posible, “Masca Lengua” no daba con él.

   Pasaron varios días y no se sabía nada de él  hasta que Silverio un vecino de los alrededores que lo conocía y lo había oído cantar (cuando estaba enjaulado) dijo que en un cedro viejo que había en su sitio cercano a la casa de los Cabagueiros él se estaba posando, que eso sí no lo había oído cantar más. “Masca lengua” fue con Silverio  pusieron la jaula y durante varios días lo estuvieron velando, pero no entro en la misma, solo se había acercado, todos los esfuerzos habían sido en vano.

   “Chan Chan” había logrado alcanzar su libertad de una vez y por todas y como un sinsonte agradecido permanecía en una ruta permanente de vuelo alrededor de la casa; generalmente volaba de la mata de naranja de “Cuca Caballito” a la mata de guayaba de “Neyo Santanica” y de ahí al cedro viejo de “Pepe el Brujo” y en ocasiones se posaba en el techo del cuarto de desahogo de Los Cabagueiros o en la cerca de su casa y quién sabe si cuando Los Cabagueiros estaban trabajando  él hubiese bajado a la terraza de la casa.

   Seguro estoy que se sentía muy feliz no por alejarse de aquella familia que lo había mimado sino porque ya podía compartir con sus iguales o con sus propios padres porque aunque no los conociera tal vez un día se los encontraría sin nunca llegar a saber que eran ellos, o simplemente oír los consejos de algunos abuelitos sinsontes o sentirse enamorado de alguna sinsonta y romancear con ella y llegar a tener hijos y sentirse padre, él había sido digno de todo eso, se lo merecía, la libertad alcanzada le permitiría además volar y volar y conocer los campos y los montes cubanos.

   La niña Charita se había enterado tarde del problema aunque ella estaba sobre aviso de su tristeza y se sentía consternada por perder en definitiva una mascota que la tenía como familia; semanas más tarde ya lo estaba oyendo cantar en la mata de guayaba de “Neyo Santanica”, lo veían desde la casa, era el mismísimo “Chan Chan”, la niña se abrazaba de su mama y le decía: “míralo mama es el mismo chiflale “la cucaracha” para que tu veas como la canta”, así lo hacía  y el muy simpático pajarito la comenzaba a cantar, no cabían dudas que era el “mismitico” “Chan Chan” se posaba igual, se ponía igual para cantar y sobre todas las cosas cantaba igual, era un pájaro elegante, “cantaor”, agradecido, y con mucha dignidad y sobre todo había recobrado sus dotes de cantaor porque no hay mejor medicina para un cautivo que la libertad.

   “Chan Chan” quería y tenía derecho a ser libre como lo eran ellos, viajar, tener libertad de acción, enamorarse y tener hijos, comer todas las frutas de nuestros campos y tener amistades que también fuesen libres. Él no había tenido la culpa que personas inescrupulosas lo hubiesen sacado del nido de sus padres y lo hubiesen llevado aun sin plumas a la casa de Los Cabagueiros. El como un sinsonte ejemplar había aprendido todo lo que esa familia le había enseñado y siempre se mostró agradecido y de cierta forma había sido hasta complaciente con ellos porque siempre fue muy obediente. Ahora una vez alcanzada su total independencia se establecía cerca de ellos para seguirlos deleitando con su canto estelar y de esa forma mostrarle su agradecimiento y cuan satisfecho se sentía de ellos.

   La familia lo sabía así mismo, algo para regocijo  de ellos les decía: ¡No hay mal que por bien no venga!, y el bien que venía era la satisfacción de no continuar truncándole la vida a ese excepcional pajarito.

   Ahora queridos amigos, no quería concluir esta historia sin antes recordarle algunas cosas más: a través de la asociación ornitológica, en el mundo se crían en cautiverio una gran variedad de aves que son capaces de procrear en ese estado, estas pudiesen ser los canarios, los periquitos australianos, los rosacolis, los personatas, los phichelis, los húngaros, los lady gold, los cacatillos, etc, etc. estas crías son autorizadas porque estas aves a través de los tiempos se fueron acondicionando al cautiverio y se sienten en ese medio muy bien, por el contrario no saben vivir libres, se morirían, ellas son por lo general muy dóciles.

   Ahora bien al igual que estas aves y de forma contraria existen en la vida natural miles de aves de todos los tipos, formas, colores, costumbres en la alimentación y dadas a un tipo de clima determinado que no soportan el cautiverio y mucho menos pueden procrear en esas condiciones; dentro de ellas se encuentran Los Sinsontes y Los Sinsontillos, ave que motivo’ este cuento.

   A los seres humanos que tanto ansiamos la libertad, nos debería servir este cuento a modo de reflexión para cada día hacernos mejores.

   Muchas Gracias. Hasta la próxima.

                                                       El Senador de los Cuentos.

 

 

 

EL GALLO “PANFILO”, UN SER QUERIDO DE LA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS.

 

“La Niña”, como la conocían tanto la familia como las amistades más allegadas, había terminado sus estudios relacionados con las artes, por allá por el mes de julio del 2002, y se había establecido en la ciudad de La Habana Cuba donde comenzaba a dar sus primeros pasos como profesional de las artes, La Habana era además de la capital de todos los cubanos, la ciudad que le podría ofrecer la posibilidad de llegar a alcanzar su plena realización como artista, y la familia hizo todo lo posible porque así fuese.

Habrían de transcurrir dos años de haberse graduado con un trabajo fructífero y prometedor, pero poco retributivo, cuando se le presentó la oportunidad de salir para Italia en contrato de trabajo, contaba con solo 20 años de edad, prácticamente una niña todavía; sin embargo, sus necesidades la llevarían a buscar nuevos horizontes y una vida totalmente desconocida, un nuevo y desconocido país a la vez que un nuevo horizonte, seria sin dudas su nueva y más difícil aventura.

Los tramites fueron presurosos, y en “un abrir y cerrar de ojos” como solemos decir cuando algo sucede rápido, se produjo su viaje; triste despedida, inconsolables días vendrían para su madre que, aunque en La Habana, sabía que la tenía a la mano y que no seria igual a partir de su salida.

El tiempo, la distancia, y la costumbre fueron quitando intensidad al desconsuelo maternal, pero nunca lograron disminuir esos grandes deseos de verse y sentir esas pasiones que solo madre e hija pueden experimentar, y al fin se produjo su primer encuentro después de tres años de separación, algo impresionante y estremecedor

 Desde muy pequeña había sido creyente, creyente al igual que su madre en los dioses de los blancos, pero a partir de sus segundas vacaciones a Cuba, por razones que únicamente ella sabe comenzó a practicar creencias inherentes a los dioses de los negros.           

   Resulto que en su transitar por tierras lejanas se iría  encontrando cientos de dificultades propias del andar por la vida y muchos obstáculos lógicos también de las circunstancias en que ella se desenvolvía, un país ajeno, una lengua distinta, una idiosincrasia diferente, un sistema económico, político y social completamente opuesto al que había dejado en la tierra que la vio nacer y otros cubanos y cubanas que además de no pensar igual a ella, albergaban sentimientos mezquinos y egoístas y de una manera u otra tenían que ver con ella en Italia y dentro de Cuba también, a lo que habría de agregarse que “La Niña” se habría de figurar el amor de pareja limpio, transparente, cristalino, sin una sombra de maldad y sin avatares perniciosos, más en cada uno de estos laberintos existenciales no dejaría de estar presente la nostalgia que viven los que añoran sus orígenes.

   Siempre “La Niña” había pedido al “Señor”, quizás cansada ya de pedir y no recibir lo suficiente a sus necesidades espirituales, sin desconfiar en los dioses de los blancos, sino porque tal vez pensara que pidiendo también a otros dioses, sus penas serian mayoritariamente abarcadas, oyó las recomendaciones de un conocido que era asiduo creyente en los dioses de los negros, negro el también, y en una de sus estancias en Cuba se persono’ en la casa de un “Babalao” en la ciudad de La Habana, Cuba; este seria a partir de entonces su padrino espiritual, allí se enteraría ella que era hija legitima de Yemaya.

Yemaya es una Orisha de la religión Yoruba, diosa nacida en las poblaciones de un grupo numeroso etno-lingüístico del África occidental, es decir, Nigeria, Benín, Togo y regiones aledañas). Yemaya representa el océano, la esencia de la maternidad, el protectorado de los recién nacidos, ella es guardadora de todas las riquezas y los desperdicios entre otras características. Se sincretiza en Cuba con La Virgen de Regla (como parte de la transculturación y del peligro que vieron los esclavos traídos a Cuba de perder sus raíces, de que los dioses de los blancos no admitieran a sus dioses, ellos, los esclavos, los sobreprotegieron y buscaron que cada uno de los suyos adoptara el nombre de un santo católico para de esta manera fuesen aceptados, así paso en toda La América a donde fueron traídos desde el África), lejos estaban de pensar estos esclavos arrancados de su madre patria que al decursar de los años sus dioses serian venerados en tierras como Cuba, como ningún otro santo proveniente de las culturas que los sometieron.

   Yemaya por tanto estaría eternamente agradecida de estos gladiadores negros y “La Niña”, sangre de esas sangres, hallaría a bien tenerla como madre, más conociendo que Yemaya es la más poderosa y una de las más antiguas y cuando baja llega riéndose a grandes carcajadas, su cuerpo se mueve como las olas del océano, viste con una excelsa elegancia, cuando se presiente su presencia todos guardan un respeto y ella advierte que está ahí para proteger a los trasparentes y castigar a los pecaminosos, decían los ancestros que a la hora de castigar, castigaba duro.

   Sin embargo por su carácter fogoso, impulsivo y ardiente perdió la hegemonía del mundo, y se le dejo solo el dominio de la superficie de los mares, pero “La Niña” la quería así mismo porque sabía que su poder y su bondad eran infinitos y que estaría protegida toda la vida por otra madre paralela.

   “La niña” nos contaba que  como tal, seguía al pie de la letra todo lo que por esas deidades le era recomendado. Cuando la conocí me di cuenta que entre Los Cabagueiros ella era muy singular, y luego de sentir su presencia pude advertir su gran parecido con Yemaya, porque no se puede negar que ciertos de esos desafueros que le hicieron perder a Yemaya el reinado total entre los dioses, quedaban intrínseco en ella, como tampoco haya quien dude de sus virtudes, inculcadas en ella por ambas, su madre biológica y su madre espiritual.

   Fue así que distante ya, cuando los problemas socavaban su espíritu y sus fuerzas se agotaban, vía teléfono, consulto al padrino y este le indico una “limpieza”, una limpieza que de no poder hacerse  directamente en Cuba, su madre debía asumir, era la única admitida por esas prácticas en su sustitución.

 “La Niña” rápidamente curso mensaje satelital a su mama y esta que no conocía “ni papa” de estos asuntos consulto con el señor Carlos Cabagueiros, la problemática del asunto recién comenzaba ya que el señor Carlos Cabagueiros menos sabia de estos menesteres, lo poco que se conocía era que se debía encontrar un pollo negro y con el pollo presentarse previo aviso en la casa del “Babalao”.

   De fuente bien directa que era el señor Carlos, conocí que La señora Alina y el estaban bien confundidos, habían salido a buscar el dichoso pollo y todo lo que encontraban eran pollitos o gallinas viejas y algunos que otros gallos cansados de cantar, ninguno negro como el azabache; caminaron todo el batey “Tres Claveles” y su periferia, fueron a otros bateyes y poblados cercanos y nada que viniese al caso, le habían hecho un encargo a Luis “El Engrifao” y buscando y buscando, una de las señoras que vendía pollos negros le dijo: “mire señora usted no se va a encontrar un pollo negro lo que se dice negro como un azabache porque son tantas las limpiezas que se han tenido que hacer la gente que ya no quedan los negros legítimos, yo los tengo oscuros algo así como rojizos bien oscuros, negros matizados con carmelita, etc, yo le recomiendo que consulte con el padrino y le explique la situación y él le dirá”.

   Los Cabagueiros llamaron al padrino de “La Niña”, y en efecto este le dijo que no importaba que no fuese enteramente negro, pero que si tenía que ser oscuro y nuevo, en esa conversación ajustaron la fecha para la “limpieza”, y comenzó una nueva búsqueda para la familia porque de los que habían visto ninguno era tan nuevo ni tan oscuro.

   La niña Charito se reía y me comentaba que su papa el señor Carlos, cansado ya, le había dicho a Alina que debían comprar uno de esos pollos que no eran muy prietos y teñirlo, pero Alina que conocía que “con estas cosas no se debía jugar”, lo había tildado de loco.

   Al fin a media mañana encontrarían un pollo aparente para lo que se debía hacer, lo vendían en $10.00cuc, una cifra relativamente alta para los cubanos de estos años, pero lo compraron de inmediato, estaba gordo pero no parecía tan viejo, lo trasladaron a la casa y amarrado por una de las patas bajo techo en la terraza se le dejo en espera del viaje; sin embargo por la tarde llegaba “El Engrifao” con otro pollo prieto y nuevo pero bien flaco, la oferta era en el mismo precio, lo compraron también, este fue amarrado al lado del otro, ahora debían escoger cuál de los dos seria sacrificado en aras de los designios de Yemaya para salvar a “La Niña” de tantos males.

   A decir verdad el pollo que había traído “El Engrifao” estaba en muy mal estado y Yemaya bien podría decir que era una falta de respeto esa ofrenda maltrecha para recoger los demonios que maltrataban a “La Niña”, pero poco sabían Los Cabagueiros de esos asuntos y se hacía imperioso volver a llamar al padrino para precisar que pollo llevar, así lo hicieron, pero la respuesta fue algo ambigua ya que el padrino no estaba viendo los dos, y pedía un pollo prieto, nuevo y fuerte. Alina decidió llevarse el que habían comprado por la mañana y dejar el que había traído “El Engrifao”, Carlos le había dicho que cualquier cosa que ella decidiera el estaría de acuerdo.

   Cualquier persona algo conocedora del asunto en cuestión pudiese haber dicho que al pollo seleccionado para viajar a La Habana le había tocado la mala suerte, más en realidad el que se quedaba no podía cantar victoria todavía, porque bien que le hubiese tocado caer en el caldero de la cocina y convertirse en un plato exquisito de la comida de Los Cabagueiros en los días subsiguientes.

   Pero lejos estaban “Masca Lengua”, “Cuca Caballito”, “Cuca Bicicleta”, “Moscovito”, “Pepe el Brujo”, Silverio, “El Engrifao” y hasta el propio pollo que no iba a viajar, de pensar que esa selección seria la salvación del no seleccionado para viajar.

   Dos días más tarde salieron Los Cabagueiros en un “taxi-almendrón” con aquel pollo fuerte y saludable para La Habana, un viaje para recordar, se agolpaban uno tras otros los pensamientos que llegaban a las cabezas de los mismos y no hallaban salida; Alina al pie de volverse loca por no saber qué hacer para sacarle todos los males a su hija y no confiar enteramente en esta ceremonia como Santo remedio, Carlos porque estaba casi seguro que esto no era lo que su niña necesitaba, además de que una idea lo tenía aprisionado: ¿Qué dirá mi conciencia de mí mismo que he sido ateo hasta hoy? ¿A caso le estaré faltando a los principios?, no hablaron durante el viaje ni pararon en el camino para estirar los pies, el gallo aquel que no se sabía condenado a muerte, ni chisto’.

   Llegaron a casa del padrino y después de los saludos y un café de recibimiento, la señora Alina fue sometida a la ceremonia establecida por las deidades, y cuenta Carlos que para rematarle su manera de pensar, hasta él fue consultado parcialmente a petición del padrino, Carlos lo miro con deseos de decirle algo pero se auto convenció de que participar en aquella consulta que le pedían en aras de su hija no era ni mucho menos faltarle a los principios, además de que su tolerancia en función de esta situación era propio de personas decentes. Todo salió a pedir de boca, Alina no se cansaba de repetir: “todo lo que tenga que hacer por mi hija lo hare aun sin gustarme, yo le respeto sus creencias”.

   Salieron de la casa del padrino y se dirigieron a visitar la familia de Carlos Cabagueiros para más tarde regresar a su casa.

   Cuando la señora Alina le pregunto a Carlos por la consulta que le habían hecho, él le respondió que le había dicho al padrino que no creía en esas cosas, que él pensaba que un ser humano en la tierra no podía tener poderes extraordinarios para resolver tantos problemas de las demás personas, pero que era innegable que veía en él y en su familia bondad, que notaba que eran personas buenas que todo lo que hacían era para proporcionarle el bien a los demás. A la señora Alina no le gusto que le dijera que no creía en esas cosas, y le interrumpió, Carlos le contesto que ya estaba dicho y que siempre existió el respeto de ambas partes, continuo Carlos diciéndole que aquel hombre con “el santo montado”, le tocaba encima de la barriga y le decía varias veces en el dialecto en que hablaban los esclavos africanos traídos a Cuba: “Dio ta deci que tu ta tene problema de corazón, ¿Comprendii…? Tu ta comprendiii… Carlos decía que el respondía que si comprendía, luego le hubo de pasar trapo embarrado en sangre de pollo y había sido rociado con aguardiente y humo de tabaco.

   Regresaron a la casa y comenzaba así otro capítulo de las mascotas de esta familia, Alina sentía piedad por aquel pollo sacrificado en aras de su hija, pero comprendía a la vez que debía ser así, ahora debía enfrentarse a aquel pollo flaco, casi desnutrido prietuzco sin encrestar no se podía dejar amarrado, había que soltarle y para ello habría que cortarle las plumas de una de las alas y retenerlo en un callejón de la parte trasera del cuarto de desahogo de la casa; le echaron de comer y luego de cortarle el ala, lo soltaron, esa noche durmió encima del borde de una maseta, un lugar bajito para dormir, eso le llamo la atención a la familia según me contaron.

   Cuando el “Engrifao” visito de nuevo la casa de Los Cabagueiros y pregunto por el pollo, el señor Carlos le respondió que lo habían dejado en la casa con la idea de engordarlo y comérselo cuando creciera ya que no tenían espacio para hacer crías de gallinas; el “Engrifao” sin la más mínima de las preocupaciones le comento a Carlos en presencia de Alina que su hija lo  había criado desde que era un pollito, Alina no se pudo contener y le dijo: “pero ¿Cómo va a ser posible que un pollito que ustedes criaron desde pequeño tú me lo hayas vendido para sacrificarlo en interés de un servicio religioso?” “¿Ustedes no le cogen lastima a estos animalitos cuando los crían?”; dice Carlos que el “Engrifao” no sabía que contestarle, balbuceo y le cambio de conversación.

  Una vez que hubo de retirarse el “Engrifao”, la señora Alina le dijo a Carlos que ni se le ocurriera criar ese animalito para después sacrificarlo, que eso lo hacían las personas sin sentimientos; Carlos me contaba que le había respondido: “a mí me da lo mismo, yo no veo a los pollos como mascotas y por otra parte “La Niña” puede necesitar otros servicios al pasar el tiempo y luego no van a aparecer más pollos prietos”. Alina le respondió que ni aun así ella aceptaba eso.

   Sin embargo cuenta “Cuca Bicicleta” que la señora Alina le había confesado que a pesar de que en ella no estaba la posibilidad de sacrificar aquel animalito, Carlos le había tocado hondo al decirle que si en un futuro hiciese falta otro pollo prieto; “Cuca” le dijo: “no seas boba por dondequiera hay pollos prietos”, pero la señora Alina le explicaba que no era así, que ellos se habían cansado de buscar pollos prietos y que era tanta la gente con problemas que los pollos prietos se habían acabado; dice “Cuca” que a ella le dio mucha risa que la señora Alina le dijera, mirando el firmamento, ¡Dios mío convence a Yemaya para que autorice utilizar pollos de otro color porque ya se terminaron los pollos prietos! Y seguido le explicaba a “Cuca” que ella no iba a matar a ese pollo porque le había cogido lastima y algo le decía que no se debía matar, fíjate le decía Alina A “Cuca”: “cuando el “Engrifao” lo saco de su casa y me lo vendió, fue como si le hubiesen matado toda su familia al pollo para matarlo a él más tarde, después libro de ser llevado a La Habana para ser sacrificado, son muchas señales, yo por lo menos no lo voy a matar ni permitiré que se mate en mi casa, le tengo lastima.

   Una mañana tomando el café de los Cabagueiros me decía Alina, míralo ¿No te da lástima?, ¿Tu sabes dónde durmió anoche? En el palito más bajo del porta carteras que está bajo techo en la terraza, esta flaquito y como tristón, pero yo lo voy a levantar.

   Le pregunte a la señora que si ya le habían puesto nombre y me contesto que no, y le dije jocosamente que se parecía a “Pánfilo” un personaje humorístico de la televisión cubana, ella se reía como una boba y me comento que lo consultaría con el señor Carlos y con la niña Charito, yo me retire a trabajar y me olvide de aquella conversación.

   Días después “Moscovito” conversando conmigo me hablaba de “Pánfilo”, y yo pensando que me hablaba del programa humorístico le dije que esa semana no lo había visto, entonces me comento que no era del programa que me hablaba sino del pollo de Los Cabagueiros, me pregunto: ¿Tú no sabes de un pollo que están criando Los Cabagueiros que le pusieron el nombre de “Pánfilo”?, yo le respondí que conocía del pollo pero que no sabía que ya le habían puesto nombre y que casualmente ese nombre se lo había sugerido yo, entonces le conté lo de aquella mañana.

   Cuando volví de visita a la casa de Los Cabagueiros “Pánfilo” era toda una mascota de la casa, gozaba de igual derecho que “Machy” y de vez en cuando se daba una vuelta por el pasillo interior de la casa; en realidad Los Cabagueiros no lo dejaban entrar al interior de la casa evitando que se defecase pero en ocasiones él lo hacía al más mínimo descuido, por otra parte “Machy” le salía al paso pero a pesar de su mal estado y su flaquencia, él se le paraba de frente y “Machy” lo respetaba en algo.

   El señor Carlos me contaba que “Machy” y “Pánfilo” se respetaban mutuamente, que él sabía que si “Machy” lo cogía por su cuenta lo iba a desarticular pero que ellos trataban todo el tiempo de evitar un encuentro de este tipo, de manera que el territorio de “Machy” era en todo el interior de la casa y el de “Pánfilo” estaba en la terraza.

   Cuando me fui a despedir, el señor Carlos me agradeció por la idea del nombre y me dijo que “Pánfilo” también pertenecía a mí. 

   La familia en un esfuerzo día tras días había logrado reponer aquel pollo que crecía y encrestaba, su plumaje era negro con matices de un rojo cobrizo y un rojo vino que se salpicaba por algunos rayitos blancos, le habían conseguido maíz seco, un poco de millo y trigo, más las yerbas de uno de los callejones laterales de la casa, más algunos desperdicio del almuerzo. Era muy manso y se acercaba mucho a todos, en ocasiones estaban sentados en la terraza y él se echaba debajo de uno de los asientos.

   La familia no se daba cuenta que el ala cortada al llegar a la casa, le había crecido, y una mañana cuando se incorporaron a las labores del día, no estaba en la terraza, salieron a buscarle pero ninguna de las dos “Cucas”, ni “Moscovito”, ni Silverio, ni “Pepe el Brujo” lo habían visto; faltaba por ver a “Masca Lengua” que estaba fuera del batey, cuando “El Masca” llego y se enteró, salió a buscarlo junto a Charito, caminaron un buen tramo por el sitio de “Pepe el Brujo” y no lo vieron, preguntaron a “Isabel la Revolca”, tampoco lo había visto, esto le dio “mala espina” a “Masca Lengua” porque era difícil que algo de lo que ocurriera o se viera no lo supiese “La Revolca”, pero la señora Alina se acordó que el “Engrifao” había sido su primer dueño y que quizás él hubiese ido a dar una vuelta por la que había sido su casa de la niñez y allá fueron todos, con tan buena suerte que estaba en el patio del “Engrifao”, este por supuesto que se había enterado cuando vio llegar a la comitiva buscando al pollo, “El Engrifao” era de esas gentes que andan por la vida algo entretenidas.

   Entre el señor Carlos, el “Engrifao” y “El Masca” lo atraparon, el no hizo por escapar, como ya les había contado era muy dócil, lo llevaron de nuevo para la casa de Los Cabagueiros y le cortaron de nuevo una de las alas para que no pudiese volarse la cerca y allí en la terraza lo soltaron; la calma había regresado a la familia, ellos aún no le habían cogido tanto cariño pero no querían perderlo.

   “Pánfilo” por su parte al no poder volar se fue acostumbrando a la terraza aunque en ocasiones parecía que la terraza le quedaba pequeña; la familia le volvió a cortar el ala, una y otra vez cuando ya le estaba creciendo y el permanecía obligado en aquel lugar. Si hubiese podido hablar, hubiese dicho que se sentía muy bien allí pero que estaría  mejor si lo dejasen salir y darse una vuelta de vez en cuando para comer bichitos, otros tipos de yerbitas y porque no, mirar y solo mirar algunas de las gallinitas de los alrededores, y esto último porque todavía no era un gallo pero su vista le hacía prestar atención a las gallinitas del barrio.

   “Marta Lengua de Sabana”, prima de “Marta Perro Muerto” era muy envidiosa y todo lo que no fuese de ella le parecía que no era bueno, uno de esos días en que ella pasaba cerca de la casa de Los Cabagueiros, vio a la señora Alina sentada en el portal de la casa y le pregunto: ¿Apareció el pollo? A lo que Alina le respondió: “si ese mismo día que se perdió”, entonces ella no podía continuar camino si no dejaba en el aire “una de las de suyas” y le dijo: “bueno en definitiva era lo mismo que apareciera como que no, porque la verdad es que ese pollo está más muerto que vivo”, me contaba la señora Alina que a ella le daba una roña muy grande esas cosas y que le había respondido que eso era tiempo pasado que lo que sucedía era que ella no lo veía hacía mucho tiempo, pero que “Pánfilo” lucia mejor que el gallo descolorido de ella.

   Transcurrieron varios meses y ya a “Pánfilo” no se le recortaba el ala, andaba por los callejones, por el jardín de entrada y visitaba a “Masca Lengua” y a las “Cucas”, a veces daba su vueltecita por el sitio de “Pepe el Brujo”, buscando comején de monte en los troncos de los árboles, esta comida de estos bichitos lo energizaba aumentándole el biorritmo hasta niveles muy altos, pero esta vueltecita era de las más peligrosas porque en ese sitio habían ratas grandes, majaes Santamaría, y la yerba era tan alta que pudiese perderse y no regresar más.

   La señora Alina lo había acostumbrado a echarle comida entre las 12:00hs y las 12:30hs y después entre las 18:00hs y las 18:30hs y él era como un reloj para la comida, venia corriendo con las alas abiertas hacia la cocina y en la medida que se acercaba iba disminuyendo velocidad, “Machy” no compartía con el pero lo respetaba, pudiese decirse que lo ignoraba, esto que les digo lo pude ver con mis propios ojos.

   “Pánfilo” al decursar de los meses había encrestado, convirtiéndose en un señor gallo, era muy espigado y adquirido una belleza en su plumaje y sus ademanes que lo hacían único, en sus recorridos por los alrededores siempre tenía varias gallinitas detrás de él, era el gallo líder; “Capirrulete” el gallo de “Marta Lengua de Sabana” se hubo de apartar del grupo porque las gallinitas no querían nada con él y “Pánfilo” lo había espoleado varias veces y lo mayoreaba;  me conto el señor Carlos que la gallina “Coliflora”, esa que venia del patio de “Los Fumagoza” era la que más andaba con él, sus ratos constituían un verdadero amorío, un romance idílico, me decía que metidos ambos, “Coliflora” y “Pánfilo” en el herbazal de escoba amarga de “Cuca Caballito”, este la montaba y ella se reía “clo, cloo, co , cloo, co” y se divertía con gran placer, ahí ambos pasaban las horas de goce en una fruición encantadora . Créanme que le pregunte al señor Carlos que como sabia eso y me respondió que él tenía el don de comunicarse con los animales y conocer sus deseos, sus costumbres, sus modos, etc, me decía que en la forma que cacareaba esta gallina, en el canto del gallo, “kiii…, iii…, riquikii…”, y en sus movimientos, él sabía lo que pasaba.

   “Pánfilo”, me contaba el señor Cabagueiros, no solo se ocupaba de “Coliflora”, ustedes saben que por su naturaleza ellos montan a todas las gallinas de su patio y de los patios aledaños cuando se hacen dueños de esos herbazales; él era especial, a ninguna gallina la vi correr, todas se agachaban ante él, el la veía, se le acercaba, la miraba de arriba abajo y le caminaba de lado hasta que se le trepaba encima, solo a una de las gallinitas no se le trepaba, Carlos me comentaba que el asunto era que ella era menor de edad y él era muy precavido con eso, porque además del problema moral, sabía que después no sería capaz de criar a sus polluelos como era debido, eso no quitaba que la mirara y zorreara con ella porque a decir verdad era de las más lindas de aquellos lares, le decían “Orquídea”, otra que venia del patio de “Marta Perro Muerto” que era algo así como una gallina desprestigiada y había estado con muchos gallos, tampoco la aceptaba, a esta le decían “Tartaleta”, porque todos los gallos se la comían como a ese dulce que se nombra de la misma manera, realmente no era una gallina decente como decimos nosotros.

   Frente a la casa de Los Cabagueiros vivía una familia muy pobre que la señora la conocían con el sobre nombre de “Berta la creche”, ella tenía muchos niños, los había tenido uno detrás del otro con diferentes padres, era media parecida a la gallina “Tartaleta”, pasaban muchas necesidades y habían establecido una cría de pollos criollos, increíblemente allí había un gallo que “Masca Lengua” le había puesto el nombre de “Perendengue”, estaba más destartalado que “Pánfilo” recién llegado a la casa de los Cabagueiros y aunque donde existiera un gallo padre no solían ir los demás porque casi siempre tenían problemas, “Perendengue” había logrado buenas migas con “Pánfilo”, al punto tal que “Pánfilo” más bien lo protegía, indiscutiblemente el gallo de los Cabagueiros era un gallo decente y de ley, y sobre todo muy solidario. Mucho tiempo “Perendengue” y “Pánfilo” anduvieron juntos y llegaron a ser más que amigos, eran hermanos.

   La primera vez que “Machy” había escapado de la casa fue cuando el perro de “Kique Bola de Churre” trato de agredir a “Pánfilo”, momentos en que “Perendengue” andaba junto con él; resulto que una tardecita de poco sol de esas del mes de marzo, el perro de “Bola de Churre” salió disparado para donde estaban los gallos picoteando la yerba, y casi se los come, cuenta “Cuca Caballito” que ella había presenciado todo porque estaba asomada a la ventana del frente de la casa y que ella sintió que “Machy” estaba ladrando desaforadamente y de buenas a primera lo vio salir del callejón del lateral de la casa de los Cabagueiros disparado a enfrentarse con el perro de “Bola de Churre”, ella me contaba que rápidamente llamo a la señora Alina y que esta salió a interceder.

   Casi ya estaban fajados “Machy” con aquel perro intruso con el fin de defender a “Pánfilo”, alineados y en posición de combate estaban también dispuestos a vender caras sus vidas “Perendengue” y “Pánfilo”, en ese momento llego la señora Alina con un chucho y amenazo al perro de “Kique Bola de Churre”, el que se fue de inmediato, acto seguido le ordeno a “Machy” que entrara, este después de orinar en las distintas esquinas y marcar su territorio entro a la casa, Alina le dio agua de tomar y lo felicito por aquella acción en favor de ambos gallos, esto era increíble pero se dan cosas de este tipo que muchas personas no se pueden explicar.

   Alina me comentaba después cuando le investigue del hecho que cuando el señor Carlos Cabagueiros llego, le quería dar una fiesta a “Machy” por la defensa a sus compañeros, entonces lo encadeno y lo saco a pasear, dice “Moscovito” que cuando Carlos pasaba por al lado de “Pánfilo” y de “Perendengue”, con “Machy”, se miraban como en gesto de agradecimiento y de respeto por parte de los gallos y por complacencia de “Machy”.

   Las anécdotas se sucedían con “Pánfilo”, su vida estaría llena de acontecimientos, y pasara lo que pasara, el de todas formas habría de pasar a los anales como un gallo lleno de virtudes que dejarían una estela única.

   Poco tiempo después cuando la familia de los Cabagueiros orondos por tener un gallo como “Pánfilo” estaban felices a pesar de algunos contratiempos, sucedería algo inesperado que los amargaría. Una mañana no vieron a “Pánfilo”, llego el mediodía y no aparecía como de costumbre a almorzar, llego la tarde y tampoco se presentó como siempre lo hacía, ni comida ni descanso, no durmió esa noche, todos los Cabagueiros estaban seguros ya que algo desagradable estaba ocurriendo, pensaron en lo peor, los majaes Santamaría, los grandes se comen hasta un chivito, o pudiese ser que estuviese perdido, o tal vez secuestrado, pero los Cabagueiros comenzaron a despejar, si se hubiese perdido, la gallina “Coliflor” lo hubiese buscado, era su gran e idílico amor, también la gallinita “Orquídea”, y nada había sucedido, ¿Comido por un maja Santa María? Esto sí que pudiese ser, pero los demás pollos y gallinas estuviesen cacareando y de cierta forma habría habido alboroto; entonces secuestrado, secuestrado si podía ser porque se lo llevaban y lo enjaulaban unos cuantos días hasta que él se olvidase de su otra vida y se acostumbrase a la nueva oferta de vida.

   ¡Que desgracia que la naturaleza no les haya dado a esas aves la memoria para recordar su pasado! ¿Sera que si dios existe lo dispuso de esa manera para que sufrieran menos? Lo cierto es que La familia Cabagueiros estaba invadida por la tristeza, primero habían perdido a “King” por ley natural de la vida, después “Chanchan” se habría de escapar, y ahora cuando más orgullosos estaban de “Pánfilo”, cuando más encariñados con él, desaparecía, pero la tierra no se lo podía haber tragado.

   Hubo un momento en que pensé que pudiese haber algún disgusto por parte de Yemaya, ¿Si ella en vez de aquel pollo que se llevó a La Habana lo que quería era a “Pánfilo”?, esa madrugada había llovido en condiciones y aunque su agua era la de los mares, la lluvia provenía del agua evaporada y condensada de los mares, pero y ¿Por qué habría de querer a “Pánfilo”?, no, no debo pensar así, si ella es diosa de verdad no le puede hacer esas cosas a esta familia.

   El señor Carlos Cabagueiros como todo un profesional organizo una búsqueda, “Barriendo” toda la zona, hasta lugares relativamente lejos, esta posibilidad del secuestro era la más probable, no quedaron rincones por registrar una semana duro la búsqueda, claro, esta fue interrumpida en ocasiones por el trabajo, pero se inspeccionaron talleres, arboledas, caminos, patios, siembras, placeres y todos los herbazales de los alrededores y los resultados fueron desalentadores.

   Casi finalizando la búsqueda, “Masca Lengua” recomendó ir a la cueva que estaba más allá del sitio de “Pepe el Brujo”; esta cueva le llaman “la cueva de los desdichados” porque ahí se han encontrado muchos animales muertos y hasta personas, entonces el señor Carlos dijo: “para luego es tarde” y salieron rumbo a la misma, cuando llegaron que se acercaron a la boca de la misma, se sentía la humedad y el olor a “humo” de murciélagos, se observó detalladamente palmo por palmo y solo estaban los restos de un guanajo, “El Engrifao” que se encontraba presente lo miro y entre labios, tan bajito que casi no se podía oír dijo: “este es el guanajo de Cholo”, “Masca Lengua” que no entendió, le replicó: “tu estas diciendo acaso que “Cholo es un guanajo”, y el “Engrifao” le contesto, no, yo no he querido decir eso, yo he dicho que el guanajo muerto pertenecía a “Cholo”; Carlos que oía la conversación interrumpe y les dice: “bueno vamos a lo nuestro, yo no vine aquí a buscar un guanajo”. Terminaron allí y no aparecía “Pánfilo”, entonces regresaron todos, Carlos consternado, y el resto apenados.

   Ya en la casa de Los Cabagueiros, “Moscovito” que no había participado en la búsqueda, hizo varias preguntas, una de ellas muy importante y ajustada a la posible realidad: “¿Ustedes no han pensado la posibilidad de que alguien se lo haya comido?”, el señor Carlos le respondió: “realmente no había pensado en un inicio eso, era como un mecanismo de autodefensa en búsqueda de una probabilidad de vida, pero hace ya tres días que vengo pensando en esa posibilidad, aunque no puedo entender quien pudiese ser capaz de hacernos ese daño a nosotros”.

   Invadido por esta desagradable situación, el señor Carlos se reunió con su familia para darle la noticia final de que “Pánfilo” oficialmente estaba desaparecido y que debían aceptarlo como se aceptaba la muerte de un ser querido en momentos determinados. Alina lloraba, Charito también, había sido un ser querido, no solo las personas son seres queridos, los animalitos son seres que también se llegan a querer muchísimo y “Pánfilo” era ese tipo de animalito.

   “Perendengue” entristecía por día hasta que una semana más tarde apareció muerto, había muerto de tristeza, solo él podía explicar los sufrimientos de la pérdida de un amigo como “Pánfilo” que se había convertido en un hermano para él, los animales no son capaces de disipar como los seres humanos los efectos de la tristeza.

   La señora Alina de Cabagueiros siempre ha visto a “Chanchan” posado y cantando en los alrededores, nadie sabe si es o no “Chanchan”, pero ella lo cree así, y ahora con “Pánfilo” ha comenzado a hacer lo mismo, cuenta el señor Calos Cabagueiros que meses después iban en un coche de caballos transitando por frente a una siembra de frijoles y la señora Alina vio un gallo muy parecido a “Pánfilo” y juraba que era el mismo, “como que no, yo lo conozco bien, es el mismo, a mí no se me confunde” decía, ella quiere ir allí y verlo de cerca pero el señor Carlos no quiere verla sufriendo así por algo que ya no tiene solución.

   “Pánfilo” no ha quedado en el olvido, resumió el señor Carlos Cabagueiros, yo sé que mi amigo el senador de los cuentos le va eternizar en uno de sus cuentos, porque él se lo merece, “Pánfilo” se ganó el cariño de todos los que le vieron crecer y su recuerdo quedara en sus corazones.

   Muchas Gracias.

                                                        “El Senador de los cuentos”

EL SECRETO DE LA CONVIVENCIA DE LOS CABAGUEIROS Y SUS MASCOTAS. UNA REUNION NECESARIA.

POR CARLOS R. CABADILLA DIAZ.

La familia de los Cabagueiros se estableció en un batey llamado “Tres Claveles” ubicado en el municipio “La Siguapa” en la provincia de Matanzas en “Cubita la Bella” como le llama a su amada patria “El Tigre”, apodo del cabeza de familia. Esta familia se ha caracterizado por singulares costumbres y la observancia de determinados valores que trazan líneas de vida basados en el humanismo, el animalismo y la observancia de la dignidad en el trato entre unos y otros.

Recién establecidos los Cabagueiros en esa región, no tenían ni una sola mascota sin embargo en sus almas estaba ya el gen de la simpatía hacia las mismas, y fue entonces que por allá por el mes de junio del año 2000 apareció en sus vidas un hermoso perro pastor alemán que todos bendecían pero que solo la señora Alina de Cabagueiros asistía, ella le servía la comida, le buscaba un paño para taparle el frio, limpiaba y desinfectaba el piso cada vez que este perrito párvulo se orinaba y le toleraba todas sus andanzas y juegos; King como lo habrían de nombrar, le gustaba jugar con las medias de la más pequeña de la casa y con las sandalias de todos, hasta el punto de romperlas; era de buen comer, comía con ese deseo tan legítimo que se transformaba en alegría.

Poco a poco King se fue haciendo un respetable cachorro y poco a poco se fue convirtiendo en un verdadero rey en ese batey por su fiereza, su belleza, y su educación; King fue recibiendo una formación esmerada, y aunque solo la señora se ocupaba de los demás miembros de la familia lo admiraban. Sin embargo, a decir verdad, no existía cariño del que debiera haber gozado por sus excelentes servicios.

La vida de King más bien solitaria y hasta cierto punto bohemia en aquel seno familiar, al final, se convertiría en algo así como una escuela de meditación y reflexión para esta familia con relación al trato de los animales.

Cuando King enfermó y más tarde lo sorprendió la muerte, creo cargos de conciencia y no por no haberlo socorrido, sino por no haberlo querido como él se merecía. King había generado un vuelco en los sentimientos hacia los animales en la familia Cabagueiros y a partir de su muerte ellos comenzaron a sentirse como parte de una gran familia entre humanos y mascotas que fueron llegando a sus vidas.

Es así como en el año 2015 los Cabagueiros llegaron a reunirse y conversar con sus mascotas, cada uno se expresaba en su género, todos se entendían como si hablasen un mismo idioma, se entendían a la perfección, porque lo difícil de la gramática de aquel idioma que les permitía entenderse eran los sentimientos hacia aquellos animalitos y la reacción de estos, llegándose a establecer un grado de confraternización y empatía como nunca antes se halla conocido.

Como yo se los cuento a ustedes y se sienten sorprendidos, también hubo de sucederme cuando el señor Cabagueiros me relataba sobre la vida de esta singular familia, yo no podía creerlo,  porque son de esas cosas que para creerla habría que verlas y oírlas, y con mucha sutileza para que no pensasen que no aceptaba aquello, para que no pensasen que me imaginaba una locura, fui buscando que me invitasen a una de esas reuniones, de manera que yo pudiese convencerme de aquella situación paranormal.

Así fue que una tarde fría del mes de enero, el que esta historieta  les cuenta fue invitado a participar en una reunión familiar que se daría en horas de la noche entre personas y animales en la familia de los Cabagueiros, para mí era un acto insólito como ya les había explicado, que al presenciarlo me transportó a un mundo totalmente desconocido y que quedó grabado para siempre como una de las más grandes lecciones de humanidad y animalidad donde se pusieron de manifiesto el respeto a la observancia de las diferencias por ambas partes, la tolerancia, el más correcto empleo de la crítica que sana y no hiere, y sobre todo el entendimiento entre personas y animales; nunca nada ni nadie como lo que pude ver habría de existir o ser contado siquiera por persona alguna, no, eso no podía ni siquiera imaginarse. yo quede como habría de decir Sancho de aquel caballero de la triste figura, totalmente encantado.

No me quedaría de otra que contarles a ustedes tan significativo acontecimiento, cito:

El señor Cabagueiros, reunidos todos, comenzó de la siguiente manera:

Buenas noches a todos, nos hemos agrupado hoy para llevar a cabo esta actividad que ya se ha hecho costumbre entre nosotros, si ustedes precisan de cada una de estas reuniones hemos salido más fortalecidos todos, ustedes y nosotros, desde el punto de vista de la comprensión y solución de los problemas que nos van agobiando y desde el punto de vista de los sentimientos humanos y animales

Hablaba el señor Cabagueiros y los pelos se me ponían de punta cuando yo miraba a aquellos animalitos alrededor de él prestando casi más atención que su propia hija ¿Cómo podía ser posible lo que estaba presenciando? Continúo diciendo:

Resumimos hoy el año 2014, para comenzar les propongo hacer un minuto de silencio por aquel que fuera uno de los más nobles, activos, y útiles perros, que vivió dignamente entre nuestra familia, y me refiero a King “El Rey del Batey”, entonces dichas estas palabras de introducción comenzamos:

¡Hacemos pues un minuto de silencio por King!

Cuando el señor Cabagueiros ordeno el minuto de silencio todos muy serios y con la tristeza del recuerdo de aquel gallardo y caballero perro pastor, hicimos un minuto de silencio que nos transportó a su presencia, a aquellos difíciles momentos de su agonía, ya yo no podía ni hablar de lo sorprendido que estaba, no se sintió ni una mosca, fue un interminable minuto en que me pasaban muchas ideas por mi mente, hasta que él nos dijo, continuamos, y continuó:

Bien le damos la palabra al perrito “Machy”, tiene usted la palabra:

Ahora sí que no entiendo nada, me dije para mis adentros y espere oír aquel perro ladrar o hacer otra cosa, pero parecía como que hablaban los espíritus y lo oí clarito, oí cuando aquel perro comenzó a hablar el mismo idioma sus gestos casi humanos, su patita derecha se la ponía debajo del hocico, llegue a pensar que me habían transportado para otra dimensión, y vean ustedes todo lo que les voy a decir a continuación porque ya nada más puedo expresar:

Machy” se echó y entre gestos y sonidos le entendí estas palabras:

Buenas noches a todos homólogos y personas, yo quisiera hablar de muchas cosas porque han sucedido muchas cosas que creo oportuno tratar aquí y me refiero al comportamiento de “Míster Churry” (El gato), no tengo que presentarlo porque todos aquí a pesar de que él es nuevo en nuestra familia lo conocemos, no deseo se mal interpreten mis palabras, pero se hace necesario que le señale algunas críticas tanto a él como a la señora “De Cabagueiros”:

Todos conocemos y no pretendo hacer mucha historia, que “Míster Churry”, fue recogido una noche fría como ésta del mes de noviembre del presente abandonado en un depósito de basura al frente  de derecha de nuestra casa, era un gatico sucio, tiznado, tan flaco que era un horror, maullando sin parar y eso se lo tiene que agradecer a Charita Cabagueiros la menor de la familia que se compadeció de él, todos sabemos que le daban la leche en Jeringuilla y aún no había concluido con una jeringa de leche y ya estaba gritando por otra porque a pesar de haber estado desnutrido era muy hambriento, en aquel entonces me caía requetemal, ¡Que roña me daban aquellas noches sin dormir por cuenta de los chillidos esos! Pero aguantaba porque era un animalito y siempre fui un perro solidario con los demás animales.

Pero resulta a ser que quizás porque usted Carlos y la señora Alina le han tenido lastima no lo regañan por lo que continua haciendo mal, él es un gato ya con uso de razón y molesta mucho, no tiene hora para jugar, me aruña, se orina cerca de donde yo duermo y el colmo es que el otro día se defeco frente a mi camita, yo lo quería morder de la rabia que me dio, es un gato “cagalitroso”, miren que habiendo tantos lugares para hacer esas necesidades y venir a donde yo estaba y luego se ponía con la patica a hurgar y yo con el miedo que fuese a formar un embarrotillo le ladraba y fue que ustedes se levantaron de madrugada pensando que yo estaba ladrando porque pudiere haber alguien extraño cerca de la casa, y era eso.

He podido darme cuenta que no solo me molesta a mí sino que lo veo como se pone muy impertinente con ustedes cuando nos están elaborando la comida, es constantemente metiendo las narices en los productos, si ustedes están comiendo lo veo como se sube a la mesa y camina hacia los platos, en fin les crea un estado que no los deja comer en paz y eso no está bien, y considero que ese problema él lo tiene que resolver de una vez y por todas.

Quizás alguno de ustedes puedan pensar que existan celos míos con el gato, continuaba “Machy”, pero yo les he demostrado que no ha sido así porque no lo he agredido y miren que para encontrar un perro que no agreda a un gato es difícil; otra cosa que no me gusta del gato “Míster Churry”, es la forma burlona que tiene de reírse de “Chan Chan” el Sinsonte, que todos sabemos que antes de que el llegara aquí se escapó de la jaula y se fue volando, y ¿Saben ustedes lo que me dice?, que “Chan Chan” se había ido volando para el norte, si para allá para Los EEUU.

Él sabe que a un perro como yo que lleva la revolución en el corazón le molesta muchísimo que le digan esas cosas, yo tengo mucho prestigio, he sido vanguardia de Los CDR por varios años consecutivos, soy el numero uno a nivel nacional en la vigilancia y sobre todo en el aviso, y las condecoraciones ganadas, las distinciones recibidas, etc, ustedes las conocen y no me siento bien donde haya un gato que no sea agradecido de la revolución, total si “Chanchan” hubiese estado en la jaula él se lo hubiese comido, y “Chanchan” no se fue al Norte, estoy cansado de explicarle que anda cantando por los alrededores de esta casa, porque él no se fue por mal trato, sino porque quería estar en la libertad del monte, de los árboles, de sus antecesores, pero “Míster Churry” cada día entiende menos y me dice que el si se había ido para allá, que los que cantan son otros que se parecen, y lo más lindo, me dice como para recondenarme que todo el que puede volar se va para allá.

Bien “Machy”, ¿Algo más?, pregunto Carlos Cabagueiros:

Si, respondió, yo tengo que reconocer que la comida que ustedes nos sirven es buena, bien cocinada, que nunca nos han hecho pasar hambre a pesar de que la calle está en “candela”, esto que les estoy diciendo lo he analizado muy bien, porque me he hecho eco de todo lo que el señor Carlos ha venido hablando conmigo y que muchas veces también lo habló con el difunto “King”, con “Chan chán” y tengo entendido que hasta con “Longa” una jicotea que vivió aquí, recuerdo que usted Carlos siempre me hizo saber que “La cosa estaba muy pero que muy dura”, que el dinero escaseaba y que los precios aumentaban, y que siempre debíamos compararnos con aquellos animalitos que andaban divagando día y noche sin algo que comer, sin agua tan siquiera que tomar, pasando frio, abandonados a una vida callejera donde las enfermedades como la sarna no los dejaba tranquilos, Carlos nos decía que de esa manera nos íbamos a dar cuenta que éramos privilegiados.

No es menos cierto que yo antes me preguntaba porque no me dejaban disfrutar un buen huesito con su carnecita, desde luego Charita una vez me explico que los huesos nos hacían daño para las tripas y que los dulces nos destruían la dentadura, y me puse a pensar que efectivamente éramos privilegiados, eso es todo lo que por el momento tengo que decir; el señor Cabagueiros mira a los presentes y ve a su esposa pidiendo la palabra, y dirigiéndose a ella le dice: haber Alina que te veo pidiendo la palabra, ¿Qué tienes que decir?

 

Alina nos habla y expone su criterio, y dice:

Buenas noches a todos y en especial al señor invitado que lo veo como muy abismado por todo lo que está viendo y oyendo, yo coincido con “Machy” en muchas cosas pero considero que ha sido demasiado extremista con nuestro gatito, él tiene que entender que los gatos no son iguales que los perros y que entre las mismas personas existen  diferencias, que “Míster Churry” se encuentra en un proceso de formación, lo estamos educando, y esto es un proceso largo y difícil, muchas de las veces que él se orina o se defeca dentro de la casa, ha sido culpa de nosotros porque yo por ejemplo lo entro de noche para la casa porque tengo miedo que otro animal mal educado de esos que andan divagando la noche entera por las calles, tejados, cercas, etc, que son hasta inclusive asesinos, prófugos de la justicia, lo vallan a matar y le cierro las ventanas y entonces él no tiene por donde salir a hacer sus necesidades y las hace dentro de la casa.

Ahora bien, a partir de ese error mío se produce lo que ya les he explicado, sin embargo, no deja de ser verdad que el debió haber hecho sus necesidades en otro lugar de la casa y nunca cerca de “Machy” para no afectarlo, pero tenemos que ser justos, yo pregunto a los aquí presentes ¿Qué edad tiene “Míster Churry”? Si analizan su edad se darán cuenta que es un gato adolescente, que no tiene madurez suficiente para entender lo que “Machy” le exige, y que además en el asunto de la política hay que saber respetar las diferencias y sobre todo “Cambiar la Mentalidad”.

Yo en realidad no sé si esa conversación que ustedes tuvieron con respecto a “Chan Chan” fue por parte del gato con idea de decir lo que el sentía o lo hizo por jocosidad, pero de cualquier manera que haya sido debemos respetar lo que piensan los demás, cada uno tiene razones diferentes para pensar de una forma u otra, se ha creado una cultura social en nuestro país donde están prevaleciendo los malos valores de fijarle a los demás lo que tienen que pensar y decir y eso en nuestra familia no será así.

Por otra parte (continuó Alina), no solo “Míster Churry” tiene problemas, “Machy” también los tiene, Charo y Carlos también tienen sus problemas y Yo tengo algunas deficiencias, Charo se pone muy “pesada” con ambos, a veces se piensa que los está acariciando y los está molestando de la forma en que lo hace, le frota la cabeza duro, los aprieta, le pega la cabeza de ella y los sacude, y eso no les gusta a ellos, a ellos les gusta que uno los acaricie suave, pausado, con ternura, y cuando se despeguen de donde uno se encuentra, hay que dejarlos tranquilos porque cuando nosotros queremos descansar no nos gusta que los demás nos molesten; así mismo “Machy” al cual lo quiero igual que a los demás no es santo, se orina en la sala en el piso del baño, en las patas de los muebles, etc, y no quiero quitarle sus méritos que indiscutiblemente los tiene, pero debe resolver estos problemas.

Intercedió Carlos: Si, así mismo como dice Alina y además cuando llegan las visitas a la casa se dispara a ladrar y no para, y por mucho que uno haga no cesa de ladrar.

Continuó Alina: Así mismo, eso se me olvidaba y es un problema crítico.

“Míster Churry” se reía a carcajadas… Miau, miau, ja, ja, jaaa…

Carlos lo miro y le dijo, no te rías que estamos analizando problemas serios, y tú no eres tan santo.

“Míster Churry” contesta: Bueno, tienen que entender que después de todas las críticas que me había hecho este perro que dice ser un ejemplo revolucionario, y verlo ahora “sentado en el banquillo de los acusados”, me tiene que dar risa, yo sabía bien todas estas fechorías de él, muchas veces le dije: ¡Oye tú no te sigas meando en cuanta pata de mueble tu veas que te vas a buscar un problema!, porque es bueno lo bueno pero no lo demasiado, pero el siempre haciéndose “el bárbaro”, diciéndome que él era un perro condecorado con el “collar 50 aniversario de los CDR”, que tenía la distinción “56 años de victorias y más pa allá”, un día le dije: oye compadre que tienen que ver tus condecoraciones para que cometas todas esas infracciones, ¿tú sabes la peste a orina que van a coger esos muebles por tu culpa?, y ¿así tú dices ser revolucionario?, mira yo no tengo ninguna distinción y aunque a veces se me va y me hago “pipi”, no cometo tantos errores.

Además, (continuaba “Míster Churry”), el hecho de que yo respete las ideas de “Machy” no quiere decir que las comparta, no me interesan sus condecoraciones, haría falta que en este país dieran menos condecoraciones y más comida y diversión, yo no tengo los juguetes que quisiera tener, no tengo la comida que quisiera tener, no puedo salir en un buen carro, en avión ni pensar, y de barcos no hablo porque ustedes saben el miedo que yo le tengo al mar, ni la Internet que aunque nosotros estemos muy lejos de esos adelantos como animales que somos, quizás un día pudiésemos aspirar a aprender.*

Que decir de la televisión (continuaba diciendo “Míster Churry”), por cierto que hace días caminando por los tejados mire por una de las ventanas de una de las casas cercanas y estaba puesto un canal de televisión cuya programación no tenía que ver nada con la de aquí, ¡Qué manera de anunciar comidas ricas!, unas pizzas que le dicen “Papa John”, helados, dulces finos, pollos asaditos, “de gata madre”, igual con los carros que no se parecen en nada a los “almendrones” estos de aquí que la peste a petróleo me asfixia, y los muebles acolchonados que ellos anuncian como la colección de muebles “Sofía Vergara” esos que yo me ilusionaba con ellos y me veía durmiendo encima de ellos, también vi una parte de un programa que se llama “La Belleza Latina”, ¡Qué clase de mujeres! Seguro que habrá alguna sección donde pongan las gatas latinas más lindas, eso debe ser tremendo, ¡Y saben que les digo! Que estaban diciendo que El Presidente de Los EEUU estaba haciendo lo imposible por restablecer las relaciones con Cuba, por poco me caigo del tejado de la emoción.

“Machy”, que lo oía detenidamente de pronto saltó y sin pedir la palabra le preguntó como si fuera un policía: ¿Qué tú estás hablando? ¿Qué televisión es esa? ¿Qué hacías tú por esos tejados metiendo las narices donde no debes? ¿Me puedes decir? Porque yo no debo permitir que ese tipo de aparato que propagandiza el capitalismo en nuestra Cuba sea difundido.

“Míster Churry” le contesta: yo no sé, oí que la señora de la casa le decía al marido ¡Baja el volumen rápido que oigo un ruido por ahí! Y el marido le decía, no te preocupes que todo el mundo por aquí tiene “el cable”* conectado; yo no estoy obligado a darte tantas explicaciones a ti por el simple hecho de que tú seas perro y te creas superior a uno, además tú lo que tienes es envidia que no puedes caminar por los tejados y enterarte de todo lo que yo puedo descubrir.

Mira, oye bien lo que te voy a decir (continuaba “Míster Churry”), te vuelvo a repetir que a mí no me interesa nada de lo que tu amas, yo no estoy de acuerdo con que nos tengan a todos los gatos pasando hambre y necesidades por un capricho de… no me hagas decir nombres, es un abuso, quizás yo sea más comunista que tu porque lo que es comunismo de verdad que es lo que yo le oigo decir a Carlos no es lo que hay impuesto en Cuba, ¡So perro! Si tu vieras como nos defienden allá, no ladraras así, si vieras como la justicia condena a los que nos maltratan no ladraras tan “barato”, y ni te imagines que te voy a decir por donde va el cable ni la casa por donde yo estuve, porque yo no soy un gato “chivato”, además de que de vez en cuando me voy a dar mi escapadita para ver esa televisión, mentirosos que son los de la de aquí.

“Machy” comenzó a decir barbaridades de “Míster Churry”, pero Carlos intervino para cerrar la discusión, y les dijo:

Compañero “Machy”, Co. “Míster Churry”, Alina, Charo, invitado, compañeros todos, especialmente el invitado nos disculpa por este desagradable pero productivo incidente, considero que esta discusión debe acabar, y debemos además sacar las más útiles conclusiones de esta reunión:

En primer lugar, quiero explicarles a “Machy” y a “Míster Churry” que no podemos permitir más que continúen haciendo “pipi” y o “caca”, dentro de nuestra casa y que tomaremos las medidas que sean necesarias con los culpables en el momento debido, y ustedes tienen el deber que más que entender llamarse uno al otro para impedir esos impulsos que les da.

En segundo lugar, es necesario la unidad familiar entre ustedes, aunque seamos personas, perros y gatos, somos familia y tiene que haber amor, cariño y comprensión sobre todo de ambas partes.

En tercer lugar vamos a pasar a “Machy” para el área del fondo de la casa, el tendrá la misión allí de vigilar y avisar de cualquier alteración; “Míster Churry” que ya tiene que ir ganando en responsabilidad hará lo mismo en la zona de la sala de la casa, de noche los dos se comparten la noche en la vigilancia, “Míster Churry” debe tener claro que solo puede salir a caminar por los tejados cuando termine su turno de guardia y sin alejarse mucho para que pueda cooperar en caso de alguna situación y para que no se busque problemas con desconocidos. Es necesario que entiendan esto.

En cuarto lugar, es necesario que ustedes me refiero a “Machy” y a “Míster Churry” aprendan a respetarse y a tratarse como hermanos, no es correcto el léxico utilizado por “Machy” cuando expresaba: “Ese gato cagalitroso” o el de “Míster Churry” cuando expresaba: “So Perro”, tenemos que de una vez y por todas comprender que debemos aprender a vivir y relacionarnos y saber respetar nuestras diferencias. Pregunto ahora, ¿Comprendieron?

Habla “Machy”: Si creo haber comprendido, a pesar de la rabia que me dan las cosas que han pasado, entiendo que debemos vivir en paz, y por lo de mis defectos, hare lo posible por mejorar, eliminar este problema de orinarme, ahora bien tengan en cuenta que yo que no tengo las mismas posibilidades del gato, necesito me saquen a pasear de vez en cuando de manera que yo pueda ver más personas y eso me ayudaría a relacionarme y no ladrarles sin parar, a mi como macho me gustaría también ver alguna perrita, saludarla, olerla, acariciarla y si fuere posible tener algún romance, eso hay que comprenderlo, no solo de huesos viven los perros, nosotros también sentimos, vibramos cuando vemos alguna hembra de condiciones y nos gusta el sexo.

Por otra parte (continuo “Machy”), en lo relacionado con la actitud de “Míster Churry” de estar en desacuerdo con los principios revolucionarios hare un esfuerzo, esto me será más difícil pero lo voy a intentar, pero tengan en cuenta que una cosa es el restablecimiento de mis relaciones con el gato y otra muy distinta es la normalización de las mismas, ustedes saben que el maúlla y no ladra, que para normalizarnos hay que esperar a que ladre y que ladre bien, de lo que se desprende que para lograrlo pasara  mucho tiempo, y yo espero que todos entiendan esta situación. Mis esfuerzos estarán dirigidos a lograr los objetivos trazados, pero es con calma, será un proceso muy lento, como dice la consigna “con prisa pero con pausa” y sobre todo con pausa, aunque comprendo lo que siempre nos ha planteado Carlos cuando nos expresaba, cito: … será necesario entender esta nueva época en que se busca la comprensión entre todos los seres. Fin de la cita, he concluido.

Le sedo la palabra a “Míster Churry”, nos dice Carlos:

Habla “Míster Churry”: A mí también me pasan muchas cosas por la curiosidad que me entra, es una cosa que no me puedo contener, pero después que exploro por la curiosidad, encuentro cosas como la televisión esa del cable, que cuando la veo me parece que estoy en otro mundo, un nuevo mundo que por mucho que lo intente no lo puedo ignorar, y ahora es como un vicio que tengo, ese noticiero de Univisión, esas comidas, los anuncios comerciales, las facilidades que dan de pago, la tecnología, etc, que yo sé que en si no somos nosotros los animales los que nos beneficiaríamos directamente, pero que tendríamos un gran beneficio indirecto si  Carlos, Alina y Charo vivieran con esas posibilidades.

Ahora bien yo me comprometo ante el colectivo que voy a tratar de controlar mi curiosidad, mis impulsos, y que voy a cooperar con “Machy”, que me voy a hacer amigo de él a pesar de su necedad y de esas jerigonzas de restablecimiento y normalización, ¿Cómo se le ocurre que yo en vez de maullar tenga que ladrar?, él no ha pensado bien a menos que no quiera ser mi amigo y cínicamente le esté diciendo a la familia que sí, pienso que yo con mis ideas y el con las de él, y de política no pienso hablar más nada con él a no ser que el comience a percibir como es la vida en realidad, por cierto que me había dicho el otro día que lo habían condecorado el año pasado con el collar “50 aniversario de los CDR”, pero el collar que le veo puesto esta “Matarile” parece una “brujería”, debiéramos hacer una recolecta y comprarle el verdadero collar que el necesita.

Cuando todos pensábamos que se estaba terminando la reunión, Charo pidió la palabra y expreso: no pretendo hablar mucho pero no puedo concluir sin agradecer la nobleza de “Machy” y los lazos que nos unen, porque lo quiero infinitamente, a tal punto que no sé qué me haría si se perdiera, es muy bueno, así mismo todos saben que a “Míster Churry”, lo recogí yo, en las condiciones que explicaba “Machy”, por la mala acción de personas que no tienen buenos sentimientos, y entre todos aquí porque hay que decir que “Machy” se hubo de portar bien, lo hemos hecho un gato hermoso, y yo lo quiero mucho también, hace unos días cuando yo sentada en la sala veía la novela el subió a mi asiento y me recostó su cabecita en mis piernas y me decía lo agradecido que se sentía por todo esto que estoy hablando, así mismo lo hace constantemente con mi mama, pero todo lo que se ha dicho aquí es cierto y yo quisiera agregar que son muy golosos, mas “Míster Churry” que “Machy”, no hay razón para que después que comen continúen goloseando alrededor de la mesa del comedor cuando estamos comiendo nosotros, porque la primera comida que se sirve aquí por mi mamá es la de ellos.

Carlos y Alina coincidieron con Charo y acordaron ayudarlos más y comprenderlos porque un mundo mejor es posible no solo para las personas sino para los animales también.

Cuando el señor Carlos Cabagueiros me pregunto que yo consideraba de aquella reunión, pensé que estaban locos todos, y que él era el jefe de los locos y que hasta yo también me había vuelto loco, pero todo fue así, exactamente así, sin un punto más ni una coma de menos, yo sé que ustedes van a pensar que el más loco de todos soy yo que me atrevo a contarles esta pequeña pero muy grande historia porque esa es su paradoja.

   Pronto nos volveremos a ver.

                                                  “El Senador de los cuentos”

 

NOTAS AL MARGEN:

(1*) El cable: Se le llama el cable, a un cable coaxial clandestino que llega a determinadas casas en distintas regiones de Cuba, cuando los que lo reciben pagan una mensualidad a los dueños o son ellos mismos los dueños. Este cable sale de una de las casas cercanas donde los dueños tienen un equipo satelital que recibe las señales de tv satelital fundamentalmente de Los EEUU, este dueño puede recibir esto debido a la piratería que por la acción de los Jaquer logran decodificar los códigos establecidos y tener acceso a estos canales; por lo que se debe entender que estos Jaquer que viven en Los EEUU facilitan este negocio y cada vez que se cambian los códigos por las grandes cadenas de la tv satelital, ellos lo buscan de nuevo y mantienen este servicio pirata.

   Debe destacarse que en Cuba este sistema está a “la orden del día”, ya que existe una convergencia entre el negocio ilícito de esta piratería y los deseos del pueblo de ver lo que durante tantos años le han impedido ver.

 

 

                                       CUENTO

                “MININO” SIEMPRE ESTARÁ CON NOSOTROS.

   A La familia de Los Cabagueiros los persiguen los animalitos, en una de las ferias de ventas de artesanía de Varadero-Cuba, sucedió lo que les voy a contar; no crean que exagero o que invento, ya verán. Suele suceder que, en estas agrupaciones de personas, ronden perros y gatos callejeros, a veces son hasta inclusive de alguno de los vecinos más cercanos que muestran determinada despreocupación por ellos a pesar de ser sus dueños.

   Lo que escribo aquí, me lo contaron directamente Los Cabagueiros, les juro que todo se los hare saber tal cual, porque “me entere de buena tinta”.

   Resulto’ que un día inesperadamente, a las 12:00hs, se les apareció un gato macho muy parecido en color a “Míster Churry”, una de las mascotas de la casa de los Cabagueiros, el mismo llego a la entrada del puesto de ventas de esta familia, se echó y miro a la señora Alina de Cabagueiros, ella se encontraba sentada en el fondo del kiosco y le extraño tan singular visita, pero al comienzo no le dio importancia, pasados 5 minutos aproximadamente, el gato camino hacia ella y se echó a un lateral en el fondo del kiosco donde no estorbaba, allí se tiro en el piso como el que espera por algo o el que simplemente quiere descansar.

   La señora Cabagueiros se le acerco y lo comenzó a acariciar, este con fuerza, pegaba la cabeza a su mano, en eso llegaba el señor Carlos Cabagueiros y ella le dice: “mira papi, la visita que tenemos aquí, es casi igual que Míster Churry”, a lo que el señor le pregunta: “¿Cómo llego aquí?”, “de sorpresa” le responde, Carlos le comenta: “son las 12:15hs, es muy probable que haya venido buscando que comer”, “así es” le dice Alina.

   Ese día cuando sacaron el almuerzo y comenzaron a almorzar, el gato se mostró desesperado, casi que impertinente, tenía mucha hambre, ella lo observaba y al ver que el gato se había quedado mirando para ella, se compadeció del; sin embargo, el trabajo como feria artesanal donde se les vendía a los turistas extranjeros, no admitía que un gato en esa situación pudiese estar allí, más ella, sentía que su corazón le dictaba atenderlo ¿Cómo hacer en medio de su trabajo para poder atenderlo y que no le crease un problema? Ella pensó que de inmediato debía darle comida y así lo hizo.

      Este gato había aparecido, inexplicablemente, no se sabía de donde venía, estaba muy flaco, parecía tener parásitos, y a pesar de que los gatos siempre están limpiándose con la lengua, desprendía un hedor desagradable, debido a que posiblemente estuviese metiéndose en los depósitos de basura a buscar comida, encontrando alimentos descompuestos, etc. Sus uñas estaban llenas de mugre, parte del lomo, estaba manchado como de un pegote negro mal oliente, por lo que la señora se habría de trazar la meta de traer al día siguiente de trabajo, algún liquido desinfectante para gatos, de forma tal que pudiese irlo limpiando poco a poco.

    Al siguiente día, ella había cargado con un líquido desinfectante que mataba las pulgas y a la vez limpiaba de suciedades la pelambre, líquido que no era dañino; cuando a las 12:00hs llego aquel visitante que ella esperaba desde temprano, le llamo la atención el horario, y se preguntó: ¿Qué casualidad? Y mirándolo con ternura lo acaricio y con un algodón enchumbado comenzó a untarle dicha sustancia, en un inicio, el rehuía, pero ella insistía, hasta lograr abarcar la mayor cantidad de su cuerpo, inmediatamente el comenzó a pasarse la lengua, pero al parecer el mal gusto le provoco no continuar, la señora había logrado limpiarlo bastante, y acto seguido lo atrajo a un rincón apartado de la feria y le echo unas sardinas enlatadas que había comprado en el mercado, las cuales devoraba con un hambre atroz, ese mediodía comió hasta saciar toda el hambre con que había llegado.

   A partir de ese día, en cada turno en que trabajaban Los Cabagueiros, el distinguido visitante se aparecía a las 12:00hs, parecía en los inicios que solo venía a buscar comida, ya que había fijado el horario del almuerzo, y se había convertido en un reloj, nunca se había tardado o adelantado, mostraba la puntualidad de una persona responsable en el cumplimiento de su deber.

   Sin embargo, llamaba la atención, que solo visitaba el punto de ventas de Los Cabagueiros, llamaba la atención que en el turno contrario no visitaba la feria, y llamaba la atención que se presentaba a las 12:00hs, saludaba pegándose a los pies de la señora Alina de Cabagueiros o de Carlos, o de ambos inclusive y se echaba en un rincón del local a esperar a que ellos almorzaran. Al comienzo cuando efectuaban el almuerzo se ponía inquieto al parecer por el hambre.

   Una vez concluyera el almuerzo de la familia, estos le daban de comer, cuando terminaba de almorzar, primero se tiraba en el fondo del quiosco alrededor de 15 minutos y después se corría para el punto de ventas del frente, donde se vendían pinturas de varios de los pintores cubanos al lienzo, y minutos después se retiraba.

   Todo parecía indicar que aquel gato era un animalito callejero, salido de una de las tantas gatas callejeras que existen en Varadero, pero animalito al fin, no podría imaginarse que en un futuro no muy lejano saldría de la miseria en que estaba viviendo.

   Su desespero por la comida era desquiciante para los Cabagueiros, y eso tendrían que resolverlo, debido a que se mostraba impertinente, día tras día esta familia lo fue enseñando, utilizando el estímulo, escondiéndole la comida para después darle su parte, y llamándolo para entretenerlo con cositas colgantes, él se fue mostrando más paciente, de manera tal que esperaba a que terminaran de almorzar para comerse lo que ellos le reservaban.

   Como norma, Los Cabagueiros no dejan sobras para sus mascotas, y en este caso consideraban humano hacer lo mismo, pero no tuvieron otra opción con este visitante que dejarle sobras de ellos en muchas de las ocasiones, por otra parte éste animalito no era un gato cualquiera en eso de comer, el no comía pellejos, no comía viandas, no comía habichuelas como “Míster Churry”, no comía ningún tipo de picadillo, no comía arroz ni frijoles, por lo que se había convertido en un verdadero problema su satisfacción, pero sus constantes visitas fueron creando una amistad indestructible con la familia que a la vez se fue sintiendo comprometida con él.

   Pedir un almuerzo más para este inquilino del mediodía, significaba para la familia un gasto más del trabajo que al mes repercutiría en las ganancias de sus negocios, por lo que tendrían que buscar una rápida solución, porque ya le habían cogido afecto al felino.

   Buscando la solución para el almuerzo, uno de los compañeros de la feria, que vivía cerca del trabajo, sugirió la compra de sardinas a un pescador que rondaba el barrio y las vendía baratas, una de las compañeras que habitualmente compraba varios almuerzos porque sus hijos se alternaban junto a ella en el trabajo, y siempre le quedaba comida intacta, se ofreció para ayudar al animalito, y la señora Alina de Cabagueiros considero también que ella no se comía todo su almuerzo, porque era demasiado para ella, por lo que lo compartiría con el mismo.

   Así fue que se le hizo una compra de sardinas al pescador y Los Cabagueiros se la llevaron para su casa a guardar en la cámara fría, cuando le hacían sardinas a “Míster Churry”, le preparaban un poco para el también y se la llevaban al trabajo, alternando con las demás variantes.

   El visitante enigmático mostraba insaciables deseos de comer, no se llenaba, todo parecía poco para él, en eso era idéntico a “Míster Churry”, y yo pienso que, a todos los gatos, porque ellos son en general muy golosos.

   La señora Cabagueiros, que ya se había hecho muy amiga del señor gato, entendió que debía ponerle un nombre, porque eso de gato callejero era muy vulgar para un gato con los sentimientos que tenía este, y conversando con varias personas de la feria, así como también con el señor Calos Cabagueiros, decidieron, no se sabe por qué, ni en base a que, ponerle el nombre de “Minino”. Si me preguntan a mí que después de Los Cabagueiros soy el que más conozco de esta historia, no podría explicarles cual fue el motivo de que se le hubiese puesto este nombre.

   “Minino”, llegaba, esperaba, almorzaba y solía echarse al lado de los cuadros de pinturas del punto de ventas que colindaba con Los Cabagueiros a descansar una siesta, antes de echarse se sentaba frente a las pinturas en lienzo, y miraba las mismas como un conocedor de la materia; los turistas que transitaban por el lugar, se detenían a observarlo, lo fotografiaban, lo acariciaban, y muchas de las veces le dejaban comida para gatos a la familia de Los Cabagueiros, con el objetivo de que estos se la fuesen suministrando dosificadamente, comida pre elaborada que se vende en sus países de origen; esos días en que le regalaban comidas de este tipo, “Minino” se veía muy feliz, porque indudablemente que estas comidas son preparadas a su gusto, no existe un gato que rechace estos tipos de comidas.

   Estas comidas son tan buenas que muchas de las personas que la olían y veían con que gusto el gato se la comía, la probaban y algunos hubiesen querido poderla comprar para comérselas de merienda.

   “Minino”, ya viajaba por el mundo, es decir su imagen, porque los turistas que lo fotografiaban, ponían su imagen en las redes sociales, una de las cosas que más les llamaba la atención a ellos era verlo sentado frente a los cuadros de pinturas, cual humano que observaba una obra de arte.

   Sobre las 15:00hs “Minino” desaparecía, era un verdadero enigma, nunca hubo alguien que supiese de donde salía y a donde regresaba aquel extraño gato.

   Los Cabagueiros que ya tenían a “Míster Churry” como gato de mascota en la casa, al cual le tenían un inmenso amor, no podían negar que “Minino”, les había robado parte de su corazón, sobre todo cuando el mismo llegaba y comenzaba a darles cariñitos, restregándose en sus pies y poniendo la cabeza para que le pasaran la mano, a la cual embestía una y otra vez; en parte estaba presente la lástima que le habían cogido por vivir sin amparo; yo no puedo asegurar eso, pero los conozco muy bien y sé que ellos son muy considerados.

   Un día, echado “Minino” en el piso de debajo de uno de los expositores del punto de ventas de Los Cabagueiros, serían las 14:00hs, una turista canadiense se agacho y lo acaricio, lo tomo en sus manos para cargarlo, al principio él se mostró algo arisco, pero recostó su cabeza en la articulación del brazo de la turista y al mirar una cartera de hombro de esas grandes que se utilizan para la playa, que ella traía colgada, salto y se metió dentro de ella, sacando la frente y los ojos, pareciera como que hubiese encontrado el paraíso metido en aquella cartera, algunos curiosos que miraban tal vez pensaron que quería irse con ella, una de las cubanas que transitaba por allí, en forma de jarana, expreso: “¿Quién pudiese tener la dicha de ese gato?”

   Cualquiera hubiese pensado que definitivamente “Minino” se habría de convertir en un gato mal agradecido, porque quien conozca como yo, todos los esfuerzos que Los Cabagueiros habían hecho por él, no podían concebir que él se fuese en la cartera con la extranjera. Alina lo miro con una mezcla de alegría y tristeza, el señor Carlos no se encontraba en ese momento, la turista le pregunto que si lo vendían, Alina le contesto que no, que ese era un gato callejero que rondaba por la feria artesanal, la turista continuo acariciándolo y parecía con intenciones de llevárselo, pero cuando comenzó a caminar, increíblemente “Minino” paro las orejas y se incorporó, tirándose al piso, la turista se quedó boquiabierta, Alina suspiro, lo miro, estaba arrinconado en el fondo del quiosco, y en eso llegaba el señor Cabagueiros.

   La turista se marchó; cuando Alina le conto al señor Cabagueiros lo sucedido, este expreso: “no podía ser que este gato también tuviese espíritu de jinetero, Minino, podrá ser un gato callejero, pero jamás un traidor a la mano que le da de comer”, pero el señor Carlos Cabagueiros, no solo hablo del gato, miro a la muchacha cubana que aun rondaba el lugar, la llamo y le dijo: “Tu no podrás nunca tener la dicha de ese gato, porque ese gato es un patriota, no quiso abandonar su identidad de gato cubano, en cambio tu envidias la posibilidad de que un extranjero te pueda sacar del país hasta en una cartera”, ella no supo que responder, a la señora Alina no le gusto que el señor Carlos le diera esa respuesta a la muchacha, pero muchos de los presentes lo vieron justo.

   “Minino”, que aún no se había marchado, miro al señor y dicen los allí presentes que le sonrió, no me crean a mí, pregúntenle a “Mosquita Muerta”, a “El Oju”, o a “Salomón”, artesanos del lugar, que estaban presentes.

   Lo que más conmovió a los artesanos de la feria, fue su aparición fuera del horario costumbre, una tarde que llovía a cantaros, y se presentó en el recinto de los Cabagueiros, maullaba, y se retiraba dos cubículos a la derecha, volviendo de nuevo, repitiendo la operación varias veces, hasta que a “ Maximiliano”, uno de los artesanos, le llamo la atención y le dijo a la señora Alina, este gato está tratando de señalar algo, cuando lo siguieron se percataron que el los llevaba a una parte del techo donde existía una plancha metálica que se utilizaba para enrumbar el agua lluvia, allí se encontraban cuatro gaticos recién nacidos, totalmente mojados, casi muertos, al parecer la gata madre se había llevado tres de la cría, y a esos no los había podido cargar debido al agua, inmediatamente este señor saco los gaticos y los seco, metiéndolos envuelto en un trapo, dentro de una caja de cartón en el interior de su cajón metálico, estaban a salvo.

   Cuando “Minino” vio lo que se había hecho, se desapareció, era increíble lo que había hecho, les había salvado la vida a cuatro gaticos, y esto no lo invente yo, todos en la feria conocen de este hecho, inclusive “Mini dosis” decía que si los gatos tuviesen un gobierno como tienen las personas en cada país, bien podían haber condecorado a “Minino” con la orden de “La Salvación heroica”.

   “Minino” había demostrado que el hecho de ser un gato callejero, no le quitaba méritos en su vida, “Minino” se estaba convirtiendo en un ejemplo de “gatunidad” porque no se debe decir en el caso de los gatos, “humanidad”, muchas cosas más sucedieron que lo fueron elevando como un gallardo gato.

   Me contaba la señora “Mejorana”, una de las artesanas, que lo que más le impacto de “Minino”, fue la vez que delante de “Mentiritas”, a uno de los turistas se le cayó un billete de 50 euros sin que el mismo se diese cuenta, resulto ser que cuando se retiraba el turista, “Minino” había cogido el billete con la boca, y con las uñas de los pies, le rasgaba el pantalón al turista, son cosas increíbles, dicen que el turista lo fotografió y lo acaricio mucho, esto era una muestra de la honestidad y la decencia gatuna, que en los tiempos en que vivimos se está desapareciendo en los humanos. “Mejorana” me decía también: fíjese “Senador”, si lo que yo le digo es verdad, que ese gato se comportó mejor que “Mosquita Muerta” ¿Sabe usted lo que me dijo esta chiquilla cuando el turista se marchó? Que, si eso le hubiese sucedido a ella, el turista no hubiese alcanzado a ver el billete de 50 euros, porque a ella le hacía mucha falta.

   Las cosas que fueron sucediendo con este gato, se cuentan y no se creen, y menos se creen todavía cuando las personas saben que es un gato callejero, pero “Minino” resulto un gato ejemplar en todos los sentidos de la vida.

   Pasados seis meses, acabaría la alegría para los Cabagueiros y también para otras personas que se solidarizaron con este gato, la suerte no lo continuo acompañando; un día, al comenzar una de las jornadas de trabajo, la señora Cabagueiros venía muy entusiasmada, porque le había cocinado a “Minino” la mejor de las comidas, además que pensaba echarle comida de gatos pre elaborada de aquella que le había regalado el turista, pero cuando llego el mediodía, “Minino” no se presentó, esto era mala señal, aquella situación comenzó a entristecer a los que más lo querían, todos comenzaron a preguntar por el mismo, sin embargo no hubo respuesta, al parecer no se sabía del en general, pero era un indicio peligroso el hecho de que no se hubiese presentado al almuerzo.

   La noticia se fue difundiendo, muchos pensaron que lo habían botado del lugar, porque de la misma manera que en la feria existían personas que le tenían una alta consideración a los animales, había otras que los maltrataban, y los despreciaban; pero algo hizo pensar en lo peor, y era el hecho de que casi siempre que se bota un gato, este vuelve, tendrían que haberle botado muy lejos, y ya se especulaba en que era probable que hubiese muerto.

   Termino aquella jornada de trabajo, allí se trabajaba dos días y se descansaban dos, es decir dos por dos, la señora Cabagueiros en su casa comentaba con el señor Carlos, sobre esta situación, ambos estaban consternado porque si algo yo tengo claro es que para ellos un animal de este tipo es como una persona, y cuando lo llegan a querer como quisieron a “Minino”, sienten que le falta alguien de sus seres queridos.

   Llego la próxima jornada de trabajo, y los Cabagueiros preguntaron a los vecinos de la feria, preguntaron también a los demás muchachos montadores que doblaban turnos, la respuesta era: no sabemos, no lo hemos visto, no hemos oído comentarios, etc. Faltaba por preguntarle a la familia del “Sheriff”, esta familia eran también personas que cuidaban a los animales y sentían pasión por ellos, cuando los veían desvalidos los alimentaban y le daban amparo bajo techo, pero esta familia no estaba en la casa a primera hora.

   Lazarita la esposa del “Sheriff” llego sobre las 10:30hs de la mañana, en cuanto la señora Cabagueiros la vio, se acercó a ella y le pregunto’, Alina Cabagueiros estaba desesperada, Lazarita casi llorando le comunico que se lo habían encontrado en la terraza de la casa muerto al amanecer del día anterior, y que al parecer lo habían envenenado, porque no estaba golpeado; la señora Cabagueiros con los ojos aguados volvió al puesto de trabajo y se lo comento a Carlos Cabagueiros, este hizo algunos minutos de silencio y luego rompió a hablar.

   Alrededor del señor Carlos ya había varios de los muchachos que venden en la feria, este comenzó a preguntarse cómo podían existir seres humanos con tan pocos sentimientos, decía: “ese gatico no les hacía daño a las personas, no molestaba, no importunaba, era casi como uno más de nosotros, y habiendo salido casi de un basurero, porque la vida le había trazado ese derrotero, se estaba convirtiendo en un personaje por sus acciones en función del bien”.

   Fue así que de esta triste manera termino la vida de este extraño señor y gallardo gato.

   Las plantas y los animales tienen tanta vida y merecen vivir tanto como las personas, y los seres humanos debían comprender y ayudar a los mismos, no puede alguien arrogarse el derecho de quitarle la vida a un ser viviente por un capricho, porque lo que se hace en contra de un animal o una planta, luego se hará en contra de las personas.

   “Minino” quedara en el recuerdo de todas las buenas personas de esa feria artesanal y de todos los que lo vayan conociendo, porque yo, el senador de los cuentos que no miente, y que tampoco exagera, aunque pueda en determinado momento adornar, se encargara de contar esta triste, pero bonita historia para que hechos como estos no se vuelvan a repetir y este tipo de animalitos ocupen el lugar que se supieron ganar en la historia de nuestras vidas.

   Muchas gracias.

                                          “El Senador de Los Cuentos”

 

 

  CHUCHO Y CHUCHA. LOS APARECIDOS DE LOS CABAGUEIROS.

 

   Los Cabagueiros no solo eran una familia de excepcionales características para con los animales, eran también muy instruidos, muy dados a la lectura, y hasta había dentro de ellos un espíritu de creadores; como muchos solían decir en el Batey “Tres Claveles”, eran “leídos y escribidos”, o como otras personas que los conocían, comentaban de ellos: “son gente de letras”.

   Casi siempre entre las 16:00hs y las 17:00hs, era común una especie de tertulia, mientras degustaban una infusión al estilo de un té, en casa de Los Cabagueiros, a veces solían estar presentes algún que otro vecino, en estas tertulias, uno de ellos daba lectura y comentaba algún tema interesante, ellos solían hablar de cualquier tema, pero entre los preferidos se encontraban: la fauna, la flora, las religiones, la medicina, la política, y la sociología; una de esas acostumbradas tardes, la señorita Charito, había elegido para comentar un libro de la investigadora Lidia Cabrera, llamado “El Monte”, libro de un valor extraordinario, por las investigaciones y descubrimientos hechos por esta etnóloga, referentes a la santería, como parte de las religiones afrocubanas y su sincretismo en Cuba.

   Esa tarde la señorita Charito, había comenzado leyendo sobre un tema en particular que tenía que ver con “San Lázaro”, un santo muy respetado que se auxiliaba y a la vez servía a los perros, y leía textualmente:

 

LO ASOMBROSO EN LA FAMILIA DE LOS CABAGUEIROS.

   Cuca Ballestero y La Gata Minin

Contaba Cuca a la señora de Cabagueiros, algo para ella muy grande, tan extraño que temía no le fuesen a creer; La Cabagueiros loca por conocer lo que Cuca anunciaba, le decía vamos cuéntame, adelante:

Cuca miro alrededor como buscando si había alguien más como que tal vez no quisiese divulgarlo a los demás, y cuando estuvo segura comenzó a contar lo que la señora de Cabagueiros recién me comento…

Míster Churry era sobrino de Minina, la gata de Rosita era hermana de Minina, ellas habían venido muy pequeñas del Escambray Villareño y la mama y el papa de ambos habían nacido en La Capital de Cuba, La Habana; al suceder la guerra insurreccional de la década de los años 1950 en Cuba, habían sido llevados por su dueño que era un patriota revolucionario cubano para esa cordillera montañosa.

 

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